Ninguno lo dijo claramente, pero ni Real Madrid ni FC Barcelona querían un nuevo enfrentamiento en los cuartos de final de la Liga de Campeones como ya ocurriera la temporada pasada. La mejor opción era el Apoel Nicosia griego, y finalmente la suerte estuvo de parte del club blanco. Los de Mourinho disputarán la ida el 27/ 28 de marzo en el país heleno, dejando la vuelta para el disfrute de la parroquia blanca el 3/4 de abril.
A priori, más complicada se presenta la eliminatoria para los de Guardiola, ya que su rival en la ronda ha resultado ser el Milan. De la misma manera, los blaugranas contarán con la ventaja de disputar la vuelta en su feudo. De esta manera, el hipotético clásico sólo podría tener lugar en la final del trofeo, el 19 de mayo en Munich, algo que seguro jugadores y aficionados agradecen, después de la polémica que se despertó el año pasado con cuatro enfrentamientos Madrid-Barcelona en apenas mes y medio.
Los otros dos partidos han emparejado a Marsella con el Bayer de Munich, y al Benfica con el Chelsea de Torres.