Nadie sale ileso de uno de sus disparos. Ante la cámara del fotógrafo madrileño Jeosm han posado desde futbolistas como Cristiano Ronaldo hasta escritores como Arturo Pérez-Reverte, Javier Marías o James Ellroy. No cumple aún los 40 años, pero lleva toda su vida de combate en combate. Su nombre es hermético, extraño, incluso impronunciable. Le viene del grafiti, un mundo al que lleva ligado más veinte años. Es un veterano de esa guerra urbana y un fotógrafo que aprendió a librar sus mejores batallas entre muros. Porque a mirar se aprende así: disparando.
Jeosm se define a sí mismo como escritor de grafiti, alguien que se planta ante el mundo con una cámara y un bote de pintura. Porque se trata de eso: de enunciar la propia existencia en el lugar más recóndito y arriesgado de la ciudad. ¿Existe algo más abstracto y a la vez universal que enunciar el yo? ¿Quién va a una guerra para existir y no para acabar con la existencia del otro? Acaso por ese motivo él las mujeres le pueden. Cuando las retrata, son ellas quienes apuntan. Se crecen ante el objetivo como una catedrales o montañas, entrepiernas que alumbran e intimidan. Son las soldadas de una guerra que él parece haber traído aprendida de casa.
Tras su libro de retratos 'Mujer', el fotógrafo madrileño de 34 años retoma su territorio natural, desde el pellejo de cientos de chicas que se juegan su derecho a ser iguales a golpe de aerosol. Si en Guerreros urbanos (Alfaguara y La Fábrica) Jeosm capturó las acciones efímeras del grafiti, esta vez cierra el foco y centra su atención en las mujeres que forman parte de este movimiento cultural. La gran batalla es ésa: la que libra la periferia contra el centro. Una rara guerrilla de seres que desean, por encima de todo, existir. Porque este asunto no va de edulcorar la guerra, sino de reconocer los códigos de quienes luchan. Esa es la sustancia, el dedo y la llaga.
Más de tres años le tomó a Jeosm el mundo que retrata de ellas 'Ellas', un libro en el que habla de varias artistas como Utah, Lady Mae, Laia, Sara y Ochi... chicas que salen a la calle a partirse la cara y hacer lo propio con los demás. Mujeres que cuentan con sus manos para decir al mundo que ellas están ahí. Se trata de un homenaje a la aportación que las mujeres han hecho y hacen al graffiti y que busca un nuevo punto de partida a la visibilidad que todas deben tener, dentro y fuera del movimiento.
A Jeosm las mujeres le pueden. Cuando las retrata, son ellas quienes apuntan. Se crecen ante el objetivo como una catedrales o montañas
Jeosm es el fotógrafo de la realidad, le interesan aquellas personas que son valientes y auténticas. Por esa razón reúne 120 fotografías de estas mujeres en acción, en momentos de trabajo individual y en acciones colectivas. La mayoría cubre su rostro no sólo porque respondan a la lógica clandestina del grafiti, sino porque encabezan si propia guerrilla. A estas imágenes las acompañan textos del académico y escritor Arturo Pérez-Reverte, así como del artista Suso33, así como del fotógrafo neoyorquino Henry Chalfant, el galerista Goyo Villasevil y la historiadora del arte María José Solano.
Todo en las imágenes de Jeosm cobran vida de forma sobria y arbitraria: en blanco y negro, aunque convendría decir ‘blanco o negro’. Porque en su mundo se es o no. La importancia de lo vivido supera todo esteticismo. Sin colores, la vida se la juega en los matices; y la herida es más herida; la hendidura más hendidura; y la costra más costra . JEOSM, con su mirada que taladra, consigue grises donde otros meten filtros o poses.
Los que saben de fotografía –aquellos que separan el trigo de la paja- conocían el trabajo de JEOSM desde mucho antes. Desde su serie de retratos 'Soldados' y 'Realidad' –lo auténtico era el único filtro de aquellas imágenes- hasta 'Sacrificio' (Autoedición, 2015) un libro que aúna retrato y contexto de la escena de Artes Marciales Mixtas (MMA) en España. Arturo Pérez-Reverte, quien conoció a JEOSM cuando adelantaba su investigación para la novela El francotirador paciente (Alfaguara, 2013), pareció oler el asunto a kilómetros de distancia. Después de 20 años entre las trincheras, Pérez-Reverte puede jactarse de saber quién posa y quién no; quién es real y quién no. Por eso es él quien dio las claves de las fotografías del libro 'Guerreros urbanos' y regresa una vez más sobre el tema, esta vez en manos de mujeres que Jeosm ha retratado cual combatientes, mujeres que renuncian se enuncian, sin pedir permiso, al escribir su nombre sobre las paredes de la ciudad.