Para quien no lo sepa, el dubstep es un tipo de música electrónica que se ha puesto muy de moda últimamente. Importada -como casi todo en este ámbito- desde Reino Unido, su mayor característica son los sonidos desestructurados, arrítmicos, que lo convierten en un estilo muy difícil de bailar. Sin embargo, ha sido abrazada por tribus urbanas hasta ahora muy alejadas de los circuitos tradicionales del techno y el house, tales como rockeros o amantes del hip-hop. Por su parte, las grandes estrellas de la música electrónica se ven ahora en la obligación de entrar en la rueda del dubstep, explorando este género con resultados no siempre satisfactorios.
Es inútil huir de este sonido demencial, porque siempre te acaba pillando
Así que un festival con música electrónica en 2012 es un aquelarre de dubstep, y a veces una tortura para los muchos que, como el que escribe, abominan de este estilo. Todos los productores consideran adecuado tener su momento dubstep, por lo que te puedes tirar toda una noche huyendo de ellos. Es una huida infructuosa, en cualquier caso, porque este sonido demencial es más rápido que tú y siempre te acaba pillando.
'Dubsteps' aparte, el evento musical Electromar cumplió este fin de semana su tercera edición con un resultado satisfactorio. En tres años, el festival no ha repetido localización, pululando por distintas zonas colindantes al Mar Menor murciano. Comenzó su andadura en la cartagenera Playa Honda, para ubicarse en 2011 en el pueblo de Los Narejos, apenas unos kilómetros al norte. Para su tercer año de vida, marchó un poco más al norte para recalar en Torrevieja, localidad que, no se sabe muy bien por qué, es un referente en el descanso veraniego español desde que en "Un, dos, tres" obsequiaran a los concursantes con pisos cerca de sus 'playas'.
Fue una gozada ver a los clásicos de la movida 'rave' británica de los 90, Orbital
En lugar del formato de dos años que se eligió en 2011 -y que, con la llegada de Moby, marcó el momento histórico que jamás ha vivido este festival- para 2012 se ha vuelto a una sola noche de conciertos y se ha optado por la heterogeneidad para captar la mayor cantidad de público posible. De esta forma, los poperos Love of Lesbian o Iván Ferreiro compartieron escenario con las figuras de la electrónica Orbital, Tiga y Booka Shade, venidos desde Inglaterra, Quebec y Berlín, respectivamente.
Pop de muchos quilates
Sobre los catalanes LoL pocas cosas malas se pueden decir. Con un magnífico trabajo instrumental y vocal, sus sentidas letras hacen llorar a muchos, excitan a otros, y hacen sentirse identificado a casi todo el mundo. Pergeñaron un concierto impecable, de sonido rotundo, con momentos histriónicos y mostrando empatía con el público. Un 10 para esta formación, que es en este momento referente total de la música pop que se está haciendo en España. Con temas como 'Historia del amante guisante' o 'Club de fans de John Boy' se tienen ganado el respeto del público. Originales y creativos, el día anterior habían tocado en Aranda de Duero (Burgos), cuyo fresquito cambiaron sin pestañear por el calor levantino. A mitad de su concierto, el veterano Iván Ferreiro, excantante de Los Piratas, subió al escenario para cantar con ellos al alimón.
Iván Ferreiro subió al escenario junto a Love of Lesbian, en una colaboración exitosa
Ya en la parte electrónica, fue una gozada volver a ver a Orbital, clásicos de la movida 'rave' británica de principios de los 90, que dejó otros artistas inolvidables como The Prodigy o Altern 8. Aunque había dudas sobre si eran ellos los que realmente estaban sobre el escenario y no otros que cogían su nombre, la pureza de su sonido (con hits como 'Halcyon') despejó la incógnita. Esperadísima también fue la actuación de los alemanes Booka Shade, adalides del 'deep house' y en plena efervescencia creativa. Por su parte, algo decepcionante resultó la intervención de los italianos Cyberpunkers, que no obstante son autores de un tema que viene que ni pintado en momentos políticos como los que vivimos: 'Fuck the system'.