Hubo libros como el Nadie es más que nadie (Espasa), del ex presidente cántabro Miguel Ángel Revilla, que se mantuvo más de 30 semanas entre los más vendidos. Semejantes cifras hacían pensar que los autores políticos eran rentables. Revilla, claro, iba ya envuelto en ese aire mediático que potenció el entusiasmo. El éxito no es igual para todos. Y eso lo saben los grupos editoriales con más músculo, que se apuntan a la publicación de libros normalmente ejecutados por 'fantasmas', que sería el caso de quien escribe el libro en nombre del autor o, como en el caso de Irene Lozano, como co-autor.
El anuncio de la publicación, el próximo 19 de febrero, de Manual de resistencia (Península) revive esta discusión sobre los libro políticos como fracaso comercial pero poderoso instrumento de lobby. Planeta tiene un amplio catálogo en la materia. A finales de 2013, José Bono publicó con ese mismo sello el primer tomo de sus memorias: Les voy a contar(Planeta). Su acogida fue más bien fría entre los lectores. Sin embargo, y a juzgar por la publicación de la segunda entrega Diario de un ministro, en cuyas páginas Bono se centra en su etapa como ministro de Defensa entre 2004 y 2006, las reediciones y reimpresiones fuero escasas.
No fue el único José María Aznar publicó las suyas. A esas siguieron las memorias de Alfonso Guerra, en cuyas páginas el político socialista cargaba contra todo y contra todos: desde Felipe González yJosé María Aznar hasta Manuel Chaves o Baltasar Garzón, lo cual llevó el libro a mantenerse cinco semanas entre los más vendidos. El Grupo Planeta intentó fichar a Pablo Iglesias para incorporarlo a su catálogo, en el que ya figuran personajes como Juan Carlos Monedero con el libro Curso urgente de política para gente decente, que ya alcanzó y sobrepasó la décima edición. Eran los días en que Podemos arrasaba electoralmente.
Con unas ventas bastantes más discretas, las memorias de personajes como José Luis Rodríguez Zapatero o Todos los cielos conducen a España. Cartas desde un avión, un volumen que reúne la correspondencia y reflexiones políticas del entonces ministro de Relaciones Exteriores, José Manuel García Margallo. Muy pocos sobrepasan los 300.000 o 400.000 ejemplares. No consiguen remontar la coyuntura política que ocasiona la publicación.