El origen de la Virgen del Carmen está en el Monte Carmelo, en Israel. El Papa Benedicto XVI decía de este monte el 15 de julio de 2006: "El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas. El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, quien en el siglo IX antes de Cristo defendió valientemente de la contaminación de los cultos idolátricos la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. Inspirándose en la figura de Elías, surgió al Orden contemplativa de los «Carmelitas»”.
El teólogo y pontífice de origen alemán se refiere a que el profeta Elías subió varias veces a la cima de este monte, donde había un altar, como narra el Antiguo Testamento. En una de estas ocasiones en la más célebre, fue cuando reto a los sacerdotes de Baal (dios cananeo y fenicio de la fertilidad y el clima) a ver cual era el Dios verdadero. El suyo, Yahweh, Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, o Baal. El resultado fue que subieron dos novillos para ser sacrificados en dos altares, para que los respectivos dioses mandaran el fuego que llevará a cabo el holocausto, sobre las víctimas presentes. Después de una larga espera de horas, tras la súplica de los sacerdotes, el dios Baal no mandó fuego alguno. En cambio Yahweh, tras echar varios jarros de agua, mandó en poco tiempo el fuego que mostró su poderío al quemar al novillo.
Esta tradición de adorar a Dios perduró en el tiempo, y nacieron muchos eremitas que llevaron un intensa vida espiritual en los alrededores, hasta que en el siglo XII un grupo de religiosos empezaron a vivir en torno al monte en comunidad y nació esta orden, que construyó la primera iglesia dedicada a Santa María en este monte.
Entre los grandes santos de la Iglesia Católica que han pertenecido a esta orden, a lo largo de la historia, destacan Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz.
El 16 de julio 1251 la Virgen se apareció al líder de la orden, San Simón Stock, en Cambridge, con un escapulario (vestimenta que toma el nombre de escápula o más conocido como el omóplato), que con el tiempo se ha convertido en un colgante más discreto, con dos trozos de tela rectangulares marrón con la imagen de la Virgen, por el cual el que lo portara al morir iría al Cielo el sábado (día dedicado a la Virgen María, Madre de Dios, por ser el día que estuvo manteniendo unida a la Iglesia, tras la muerte de Cristo, antes de su resurrección), posterior a su fallecimiento. Es decir, que la Virgen le prometió que a todo el que muriera con el escapulario puesto, jamás iría al infierno.
De este episodio nace la efeméride de esta advocación a la Virgen que se celebra todos los años el 16 de julio. Y la costumbre de usar este sacramental (instrumento sagrado que ayuda espiritualmente a estar cerca de Dios), que puede ser de metal o , como hemos dicho, de tela marrón.
Estrella del Mar, Patrona marineros
También se le atribuye a Simón Stock esta oración: "Flor del Carmelo Viña florida, esplendor del cielo, Virgen fecunda, singular. ¡Oh Madre tierna, intacta de hombre, a todos tus hijos proteja tu nombre, Estrella del Mar! Desde entonces se la conoce a la Virgen como guía o estrella de los marineros y se la atribuye bajo esta advocación mariana infinidad de milagros vinculados al mar.
Se le atribuye al militar mallorquín Antonio Barceló Pont la propagación de esta devoción entre los marinos y marineros, cuando en 1784 venció a la piratería berberisca en el Mediterráneo, tras invocar a la Virgen, bajo esta advocación. Otro milagro se produjo en el año 1845, cuando el barco inglés ‘Ocean' s King' en una tormenta, uno de los tripulantes subió a la cubierta para pedir a la Virgen ayuda, lanzando un escapulario al mar y en ese momento la tormenta paró.
La Virgen del Carmen es también la Patrona de las Fuerzas Armadas desde el 19 de abril de 1901.
Por todo lo dicho, el 16 de julio se celebra la tradicional fiesta en muchos puertos, pueblos y barrios, donde salen imágenes por calles, ríos y mares, acompañadas por cientos de devotos.
Un caso singular es el del madrileño barrio de Puente de Vallecas, que celebra la fiesta de su patrona, la Virgen del Carmen, de una manera peculiar. En 1981 un grupo de jóvenes decidió aplacar el calor abriendo las bocas de riego de la calle Peña Gorbea. De aquel episodio espontáneo surgió una tradición: una “batalla naval”, reclamando que Vallekas fuera puerto de mar. Desde entonces todos los años el programa de festejos incluye esta “guerra de agua” por las calles del distrito, para todos los vallecanos.