Annalena McAfee ha trabajado como periodista durante 32 años. Fue directora de la sección cultural del Financial Times y fundó el Guardian Review, el suplemento literario de The Guardian, que dirigió durante seis años. De ahí que ¡La exclusiva!, su primera novela, sea una historia teñida de las vivencias de un oficio que conoce muy de cerca
En las páginas de ¡La exclusiva!, Honor Tait, reconocida periodista casi octogenaria que fuera descrita en sus días de gloria como «alto cociente intelectual con escote bajo», debe recibir a una colega mucho más joven que viene a entrevistarla. Se trata de Tamara Sim, veintisiete años, trabajadora free lance en una revista del corazón, que no ha pisado la universidad pero compensa su ignorancia con ambición e ingenio.
Sobre los encuentros y desencuentros de estas dos mujeres de diferentes generaciones y clase social, con una ética profesional y una visión del mundo muy diferentes, se despliega una novela de periodistas, que va de la sátira a la intriga policiaca, de la comicidad a la desolación, una sarcástica crítica a lo que se han convertido en la actualidad los medios de comunicación. Estas dos mujeres representan la vieja y la nueva escuela periodística, pero también "dos perspectivas culturales y dos edades", según la autora.
La falta de ética de los medios de comunicación sensacionalistas y la enorme brecha que separa el periodismo serio del amarillismo son algunos de los temas que aborda ¡La exclusiva!, ha explicado McAfee, quien ambienta el desarrollo de la historia en el mes de enero de 1997, "cuando muchos todavía pensaban que Internet era una moda pasajera".
Desde entonces, "las cosas han empeorado", dice McAfee, porque "la crisis hace cada vez más difícil encontrar el dinero necesario para hacer periodismo de investigación o periodismo de calidad que pueda llegar a tener valor literario".
"Internet nos ha traído cosas buenas y cosas malas", ha añadido, y entre las malas se encuentra "el problema del dinero", que tiene como consecuencia que "el periodismo de calidad sea escaso"."Sueño con que llegue el día que se pague en Internet por los artículos de calidad", ha señalado la veterana periodista.
"Finalmente ni la mujer mayor es tan íntegra ni la joven tan rastrera", ha desvelado la escritora, que ha vivido en propias carnes la avidez del periodismo sensacionalista, porque los tabloides británicos han escarbado en alguna ocasión en la vida privada de su marido, el novelista Ian McEwan.
Sin embargo, más allá de la reflexión amarga sobre la transparencia o la opacidad del quehacer de la profesión, Annalena McAfee aún plantea la historia y la reflexión literaria sobre el periodismo desde la vigencia y la necesidad de sus buenas prácticas.