Cultura

Polémica por el festival de flamenco de Madrid: “Parece pensado para modernos y turistas”

"Deberíamos dar mucho más espacio a los flamencos que por su extracción social y su cultura no se identifican con las revistas ‘cool’ o de tendencias", opina el músico e investigador flamenco Pedro Lópeh

  • Fotograma del vídeo promocional del festival

Muchas redes sociales, grupos de WhatsApp y conversaciones de bar entre aficionados al flamenco echan humo estos días. El motivo es la programación del festival de Flamenco de Madrid en 2019, donde abundan las propuestas ajenas al arte jondo. Algo se podía intuir viendo el videoclip que anunciaba el ciclo, donde unos chulazos ibicencos bailan en plan Locomía en las calles desiertas de Madrid, con una iconografía que recuerda a los años de La Movida y los fastos de 1992. Esta estética eufórica, colorista y ‘cool’ tiene poco o nada que ver con las vidas de la mayoría de artistas y aficionados al flamenco, un género culturalmente arrinconado e ignorado por los medios públicos.

“Cuando abres la programación y te encuentras a Los Voluble, Refree y otro tipo de ‘moderneces’ tienes la impresión de estar ante una programación hecha para los turistas. Deberíamos dar mucho más espacio a los flamencos que por su extracción social y su cultura no se identifican con las revistas ‘cool’ o de tendencias. Traer tantos modernos es alimentar la maquinaria del mercado”, opina el músico e investigador flamenco Pedro Lópeh, que estos días acaba de publicar una introducción al género, Ramo de coplas y cantares. También es conocido por su labor en el podcast El Café de Silverio.

No es una cuestión de purismo, sino de legítima defensa. “A mí me encanta Selu y me encantan los carnavales de Cádiz. Sin duda eso es un arte, pero un arte independiente del flamenco. Si estuviéramos en los años setenta y ochenta, en los que en cada pueblo había un festival flamenco y conciertos de flamenco con regularidad, no causaría tanto rechazo meter cosas así en la programación, donde hay demasiadas propuestas que como mucho llegan a ‘flamencoides’. No me parece bien hacer esto ahora, cuando tantos flamencos nuevos, viejos y de mediana edad no encuentran espacios para actuar. El circuito ha mermado mucho, el flamenco está acosado y toca defenderlo. Lo que se ha hecho aquí es dar espacio a gente que no lo necesita y que está en la cresta de la ola moderna”, añade.

"Es verdad que propuestas como Selu, Los Voluble, Refree y Los Planetas no son flamenco", admite el director artístico del centro Fernando Fernán Gómez

Nacho Marín, director artístico del centro Fernán Gómez, admite el planteamiento. “Es verdad que propuestas como Selu, Los Voluble, Refree, Los Planetas y otros no son flamenco. Nuestra idea era enfrentar propuestas tradicionales, muy de raíz, con gente que parte de la tradición para llegar a otro sitio o que directamente pertenece a otras disciplinas. Tampoco son flamencos los conciertos de música contemporánea que se programan en colaboración con la Asociación de Música Electroacústica de España. Apostamos por lo mismo que hicieron en su día Falla o Albéniz, acercándose al flamenco desde la música clásica”, responde.

Respecto a la defensa del circuito de pequeñas salas, aclara lo siguiente: “Hemos establecido una colaboración con la asociación La Noche en Vivo para que durante el festival haya conciertos de flamenco en lugares como Clamores, Cardamomo y el bar Barco. Queremos que esos días los locales de jazz puedan programar flamenco, así como destacar la programación de recintos como Casa Patas”, subraya.

Niño de Elche, comisario exflamenco

En el centro de la polémica, como de costumbre, encontramos a Francisco Contreras, más conocido como el Niño de Elche, comisario de esta edición del festival. “Me parece muy fuerte que un centro cultural público designe como comisario a alguien que se lleva fatal por lo menos con la mitad de los flamencos y de los aficionados al flamenco. Es difícil escoger a una persona que provoque mayor animadversión. Hablamos de un artista que manifiesta su odio al mundo flamenco, que suele hablar con desdén del género y que en sus redes sociales se define como ‘exflamenco’. Eso no le impide aprovechar las oportunidades que se presenten para ganar dinero con el flamenco en festivales públicos”, denuncia Lópeh.

Marín defiende su decisión: “Yo separaría el discurso de El Niño de Elche del trabajo de Francisco Contreras. Tendemos a confundir el personaje con la persona. Buscábamos a alguien que fuese artista y que tuviese capacidad de colaborar con nombres de distintos géneros. Él ha trabajado con artistas tan interesantes como Refree, Isaki Lacuesta o Angélica Liddel. Tampoco vamos a hacer una lista negra con los artistas que aparecen en las revistas de tendencias”, contesta.

En este punto, es obligado comentar que la página web del propio festival se alude al comisario como “Francisco Contreras, el Niño de Elche”, sin distinguir entre persona y personaje. En cualquier caso, incluso dando por buena la distinción, usar un alias para menospreciar al flamenco y tu nombre del DNI para ejercer cargos en festivales flamencos sigue siendo llamativo. Unos lo llamarán hipocresía y otros versatilidad.

Sin pensar en la afición

Por supuesto, Lópeh no es el único que tiene reparos con la programación. Muchos músicos expresan en privado su disgusto con el festival por motivos parecidos. La cantante y compositora Cathy Claret, que ya dejó clara su postura sobre este debate en una entrevista con Vózpopuli, insiste en que “los payos blancos hípsters están horterizando y monopolizando todo el flamenco con sus enchufes". Un joven modelo gitano, Daniel Jahoer de Vargas, usó su página de Facebook para hacer un listado de todas las familias flamencas madrileñas que no han tenido hueco en el festival. “Intereses, clasismo, postureo, racismo, veo muchas cosas con el flamenco. Desde luego que no pienso gastarme ni un duro en este festival, estáis haciendo con un arte milenario e identitario un triste negocio blanco, absurdo, banal y podrido”, escribía.

Pedro Lópeh resume sus reparos en una intuición: “Pienso que el Niño de Elche ha montado el festival al que a él le gustaría asistir, sin pensar nunca en la afición, que no son precisamente gente que lea webs modernas como Jenesaispop. Tampoco parece que haya atendido a las necesidades del flamenco actual, que cada vez suena menos en radio, sale menos en televisión y ofrece peores condiciones de vida a los artistas”. A pesar de su postura contundente, Lópeh insiste en aclarar que no le parece una cuestión de racismo. “No estoy nada de acuerdo con la gente que acusa al Niño de Elche de ser antigitano. Para nada creo que lo sea, de hecho estoy seguro que no lo es. Lo que pasa es que su idea de modernidad flamenca no tiene ningún enganche con muchísimos flamencos. Acusarle de antigitano es como acusar al director del museo Reina Sofía de antigitano, cuando sencillamente es que no comparte paradigmas culturales con esa comunidad. Están en otra dimensión. Es una visión de la modernidad que difícilmente va a enganchar con el hijo de un ‘currito’, sea gitano o payo”, concluye.

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