Hubo un tiempo en España en que antes de conceder un Premio Nacional de Cultura había que llamar al premiado para cerciorarse de que, en efecto, lo aceptaría. España atravesaba los años de las drásticas medidas de contención del gasto público y el sector veía con recelo cualquier movimiento oficial. Hasta ese entonces, del gobierno sólo había recibido recortes y desplantes: los presupuestos habían caído hasta cuatro veces su valor; el IVA Cultural del 21% golpeó al tejido cultural de las artes escénicas y el cine, además de a los galeristas y artistas. Muchos de los reconocimientos de aquellos polémicos años -2014 y 2015- serán entregados por los Reyes este miércoles, entre ellos el Premio Nacional de Diseño de Moda en 2014, María José Montiel; Premio Nacional de Música en 2015 y Roberto Fernández Díaz, Premio Nacional de Historia de España en 2015.
Acaso porque las negativas pretendían contestar con gestos la actitud de un gobierno que aplicó probablemente los mayores recortes a la cultura en la historia de la democracia, llegó a generarse una incomodidad tal que muchos premiados tenían que justificarse por no rechazarlo. "Este es un país que no da tregua. Le conceden a uno el Premio Nacional de Literatura Dramática y en lugar de dar las gracias, uno tiene que pedir perdón por aceptarlo. Estoy de acuerdo con la mayoría de los argumentos expuestos para rechazar su Premio Nacional de la Música”, aseguró entonces Manuel Calzada Pérez Premio Nacional de Literatura Dramática de 2014. Lo hizo en una carta dirigida a Jordi Savall, quien esos mismos días había renunciado al Premio Nacional de Música por su desacuerdo con la política cultural del ministerio dirigido por José Ignacio Wert.
Recogerán los premios correspondientes al año 2014, entre otros, Emilio Lledó, reconocido con el Premio nacional de Ensayo, así como Luis Alberto de Cuenca, quien recibe el Premio Nacional de Poesía por su libro Cuaderno de vacaciones o Ignacio Martínez de Pisón, quien obtuvo el Premio Nacional de Narrativa por su obra La buena reputación. A Manera de recopilatorio, y al echar mano de hemeroteca, rescatamos las cinco polémicas más recientes.
"Ni 5 minutos de mi vida me he sentido español". La frase no pudo ser más problemática, aunque él insistió luego en que se trataba de una ironía. La pronunció el cineasta Fernando Trueba al recibir el Premio Nacional de Cinematografía 2015 de manos del ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo. La frase se volvió contra el cineasta con la fuerza de un boomerang. Lo que debió ser ocasión para el homenaje devino en carnicería. Por mucho que Trueba intentó aclarar que no había intención de escarnio, que no pretendía ser “conflictiva ni provocadora”, el daño estaba ya hecho. La opinión pública se revolvió, molesta, por aquellas palabras. Si por algo puede justamente ser reconocido Fernando Trueba (Madrid 1955), ha sido justamente por el aporte y proyección internacional que su obra ha dado al cine español: más de 20 largometrajes y varios premios, incluido el Oscar en 1992 por Belle Epoque.
Wert, campeón absoluto en el bochorno de los Premios Nacionales. Tres creadores devolvieron el Premio Nacional en los tres años de gestión del primer ministro de Educación Cultura y Deportes José Ignacio Wert. A lo largo de la legislatura de los populares en el gobierno tres creadores reconocidos con los Premios Nacionales los han rechazado. Así lo hicieron en 2014 el compositor Jordi Savall y la fotógrafo Colita. “La situación de la cultura es de pena, vergüenza y dolor de corazón . Así pues, de momento, Sr. Wert, no me apetece salir con usted en la foto”, dijo la fotógrafa Colita al momento de rechazar el reconocimiento, a través de una carta pública dirigida al titular de Educación y Cultura.
“Este año ya llevo rechazados 35.000 euros en premios”. El partido Popular estrenaba legislatura cuando el escritor Javier Marías rechazó el Premio Nacional de Narrativa por su novela Los enamoramientos. Marías, que siempre ha dicho que no aceptaría ningún premio estatal, ha asegurado que "aceptar el premio habría sido indecente y una sinvergonzonería". Y por si quedaba alguna duda, Marías avisó entonces que, de ofrecérselo, también rechazaría el Cervantes. "Este año ya llevo rechazados 35.000 euros en premios", dijo en la rueda de prensa que ofreció aquel mismo día. Aunque agradeció el gesto del jurado, Marías no escatimó en reproches institucionales. "Me parece mentira que mi padre no tuviese ningún premio", dijo aludiendo a su padre el filósofo y escritor Fernando Marías.
El premio Nacional de Tauromaquia de Ángeles González-Sinde. La ministra de cultura del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero creo en 2011 el Premio Nacional de Tauromaquia. La medida generó especial escozor entre los antitaurinos y activistas, quienes vieron en este gesto un desplante. Según lo establecido por Sinde, el premio debía entregarse anualmente a un profesional del mundo del toreo (empresario, torero, ganadero o profesional vinculado al sector) con un importe de 30.000 euros.
“Mi sentido común me obliga a rechazar este premio”. En el año 2010 el artista Santiago Sierra rechazó el Premio Nacional de Artes Plásticas 2010. Explicó sus motivos a la ministra Ángeles González-Sinde en una carta pública: "El arte me ha otorgado una libertad a la que no estoy dispuesto a renunciar. Consecuentemente, mi sentido común me obliga a rechazar este premio", aseguró. No podía aceptar el reconocimiento de un Estado “que pide a gritos legitimación ante un desacato sobre el mandato de trabajar por el bien común sin importar qué partido ocupe el puesto. Un Estado que participa en guerras dementes alineado con un imperio criminal. Un Estado que dona alegremente el dinero común a la banca. Un Estado empeñado en el desmontaje del Estado de bienestar en beneficio de una minoría internacional y local", dijo. El hecho sentó precedente, ya que era la primera vez que un artista renunciaba al Premio Nacional de Artes.