La pasada edición del Festival de Málaga premió con la Biznaga de Oro a la mejor película iberoamericana al drama Radical, una historia esperanzadora inspirada en el caso real de un maestro que cambió la vida de los alumnos de un colegio situado en el barrio marginal de una ciudad fronteriza de México. El cineasta Christopher Zalla es el responsable de la dirección, mientras que el actor Eugenio Derbez, uno de los intérpretes de comedia más populares de México, es productor y protagonista de esta película, que supone su debut en el drama.
Esta película se estrena este viernes en España tras haber sido premiada en la pasada edición del Festival de Sundance con el galardón Festival Favorite. En ella, Sergio, un profesor de primaria, pone en marcha un método un tanto peculiar y alejado de la tradición educativa con los alumnos de un colegio situado en un ambiente conflictivo, donde muchos de los chicos llevan vidas más cercanas a la vida adulta que a la de otros niños de su edad.
Sin embargo, el sistema para motivarlos, que logra ser efectivo, no convence del todo ni a sus colegas profesores ni a los funcionarios, que no ven con buenos ojos la revolución que prepara, con la que consigue que una niña criada en un vertedero en el ambiente más precario imaginable logre convertirse en una ingeniera aeroespacial. Esta niña se llama Paloma y su sueño no se habría hecho realidad si un profesor como Sergio no hubiera creído en ella, en su inteligencia y en sus ganas.
Este proyecto le llegó a Zalla a través de Eugenio Derbez, protagonista y productor del filme, quien quería cambiar su camino y no limitarse a obras de comedia. Precisamente, apareció en la película que lanzó la carrera de Zalla, Padre nuestro (2007), ganadora del premio del público en el Festival de Sundance. Entonces le prometió que iba a pensar en una trama pero tardó 15 años en hacerlo, un tiempo en el que este director fue padre de un hijo, según ha recordado en una entrevista a través de zoom con motivo de este estreno.
Zalla reconoce que antes de leer el guion pensó que se trataba de "demasiada sacarina", pero su lectura le provocó llanto y emoción. "Había algo entre la relación entre un adulto y los niños que me llegó y que no entendí pero quería explorar la conexión y la creación de la familia y la amistad", ha comentado sobre unas cualidades alejadas de la oscuridad de su primer filme. "Siempre estoy interesado en historias de niños que están en un lugar en el que tienen que comporse como adultos", cuenta.
"En el mundo del arte es feo abrazar temas de esperanza, no sé por qué, no entiendo por qué en este momento, en nuestro mundo, donde hay tanta desesperanza"Christopher Zalla, director de cine
El maestro aparece en Radical como alguien determinante para rescatar al mundo actual de cierta debacle. "Puede ser naif para los cínicos como nosotros, pero conozco bien al Sergio real y quería cambiar su mundo. Él viene de un barrio que se llama "Basural", que recibe la basura de Matamoros, de ahí venía él y ahí quería volver, a la escuela de primaria, la más olvidada del país. Al final estamos hablando de él, de la semilla que sembró y la idea que tenía", ha señalado.
"En el mundo del arte es feo abrazar temas de esperanza, no sé por qué, no entiendo por qué en este momento, en nuestro mundo, donde hay tanta desesperanza, cuando algo como eso ocurrió. Ser artista es ser idealista, creer que puedes cumplir lo imposible", ha enfatizado sobre su papel con esta película.
Radical, un antisistema en las aulas
Preguntado por este perfil de maestro, considerado casi un antisistema en los entornos educativos donde no siempre la enseñanza está centrada en las emociones, Zalla ha señalado precisamente que el título siempre fue "irónico", porque al final se trata de "un cambio pequeñito" que, en vez de iniciar el viaje de un niño por una vida de aprendizaje y reglamentos, empieza "por aquello que les interesa y quieren aprender". "La curiosidad tiene una recompensa que es el descubrimiento y el conocimiento", ha destacado.
Radical ha tenido un éxito rotundo en México y también en Estados Unidos, donde él vive, pero han sido recibidas de formas diferentes. "En Estados Unidos, el individualismo, el capitalismo y nuestros valores más grandes hablan de que uno sí puede ganar y llegar a un objetivo, así que ven en Radical lo que se puede llegar a hacer, una historia inspiradora. En México ocurre lo contrario: miran lo que detiene, lo que se podría haber hecho si no estuviésemos tan limitados por nuestro mundo o nuestra cultura, es más pesimista. Mientras que para los estadounidenses es una historia de belleza y de posibilidad, para los mexicanos es más una tragedia", ha reconocido.