El escritor Raúl Guerra Garrido, Premio Nacional de las Letras 2006, se confiesa "intelectualmente aburrido" de los nacionalismos, a los que considera una política de facsímil, y sostiene que la banda terrorista ETA, telón de fondo de varias de sus obras literarias, entre ellas La carta, no va a desaparecer. "La máxima aspiración del enfermo crónico es mantener controlada su enfermedad", señala Raúl Guerra Garrido (Madrid, 1935) en una entrevista concedida a EFE.
Guerra Garrido vuelve a las entrevistas, a la conversación con periodistas y lectores -su próximo encuentro será en la Librería La Central, el día 29- gracias a La estrategia del outsider o la vuelta al mundo de Naraya Sola, de Alianza Editorial, su más reciente libro, en el que este autor defiende la dignidad como la forma "de seguir siendo tú mismo cuando ser tú mismo es lo que puede perjudicarte". Guerra Garrido se olvida en esta ocasión de su obsesión por la estructura y deja "fluir un río de pensamientos" en la defensa del "outsider", esa persona, dice, "excepcional o singular" en un mundo unificado.
A pesar de haberse resistido siempre a utilizar palabras extranjeras en su escritura en castellano, la traducción al español de "outsider" no abarca todas las acepciones que tiene en inglés: extranjero, extraño, extraviado, intruso, inadaptado, raro, extravagante, anómalo, insólito, singular, contestatario y excepcional, entre otras, relata."Quería contar en un relato qué es la vida, a partir de una anécdota de hace dos años, cuando mi nieto Roque nació", recuerda. "Uno de sus primos le recibió diciendo, Roque, bienvenido a Madrid", pero el hermano del recién nacido le corrigió: No, bienvenido a la tierra".
"La bienvenida a la tierra cuando yo me estoy despidiendo de ella me impresionó mucho", indica el autor que comenzó así una obra repleta de citas literarias que convierte en anécdotas que, a su vez, se transforman en relatos. Las ideas de este escritor se agolpan en una mezcla de géneros en la que está presente también el teatro, donde retrata la historia de amor entre dos "outsiders": Naraya, una brillante bióloga que se gana la vida como "stripper", y Ausencio, un ingeniero naval que desea ser poeta.
El escritor es muy crítico con la sociedad actual "cosificada y cuantificada", un mundo en el que las personas "ponen el alma en las cosas que les rodean" y cuyo contrapunto son, precisamente, los "outsider", el individuo singular y excepcional que es fiel a sí mismo hasta sus últimas consecuencias. Pero Guerra Garrido destaca que además de los voluntarios, hay "outsiders" o desplazados "involuntarios", como son los inmigrantes y los viejos. Sobre estos últimos, grupo en el que se incluye, asegura en su libro: "somos zombies sociales con un coste de mantenimiento insoportable". La estrategia del outsider es la puesta en escena de este escritor frente a la vejez, una fase sobre la que sentencia: "Si crees que la vida ha sido injusta contigo, espera la vejez".
