Cultura

“Este Madrid es un cementerio”

Pocas veces hallamos un titular tan acertado a la hora de hablar de la vida cultural de Madrid, aunque los mismos músicos que proclaman que la ciudad es un camposanto son ejemplo de lo contrario. Siempre es de agradecer cuando unos jovenzuelos agarran unas guitarras, bajos y baterías y se lanzan a tumba abierta buscando descargar toda la energía que llevan acumulada a base de contundencia, ironía y mala leche. Al fin y al cabo esa es la base del punk, del rock de garaje, de la juventud entendida como fuerza vital.

  • Los Nastys.

Y en eso andan Los Nastys, cuarteto madrileño que lleva el barrio de Malasaña como bandera y que acaban de lanzar el vídeo de su canción Madrid es un cementerio. Un contundente anticipo de su nuevo disco que saldrá este mismo mes de enero, bajo el nombre de Me lo encontré así y que será publicado por el histórico sello Tres Cipreses, ahora bajo el manto de Warner.

Histórico porque en Tres Cipreses, en los albores del nacimiento de las compañías independientes de los años 80, se publicaron los primeros trabajos de gente como Parálisis Permanente o Gabinete Caligari y posteriormente, discos de Los Nikis, Loquillo o Los Coyotes. Ahora Los Nastys cierran un círculo, ya que se mueven en los terrenos del rock de garaje con impronta punk pero sin olvidar aquellos referentes que comenzaron la eclosión pop en el Madrid de lo que luego se llamó la Movida.

Desahogo vital y musical a golpe de espíritu punk

Tienen Malasaña como centro de acción (de hecho, el nombre del grupo proviene de una ya legendaria sala del barrio que cerró sus puertas el pasado verano garito del barrio) pero los hermanos Luis y Fran Basilio provienen de Tomelloso, donde comenzaron a armar jarana al frente de Los Brandys. Trasladados a Madrid por mor de los estudios, y ante la existencia de otro grupo con el mismo nombre, cambiaron al actual Los Nastys, pero no perdieron su habitual gusto por los sonidos regados por cualquier tipo de bebida espirituosa. Tienen incluso una canción de nombre Jägermeister, dedicada a ese brebaje moderno causante de más de una resaca de las que dejan huella.

Mezclando melodías nacidas en el pop sesentero, acompañándolas de punzadas psicodélicas y ruidistas, desembocan en el descaro punk a través del cual pueden dar rienda suelta a la urgencia de la edad y al desahogo vital, frustrado ante un mundo que no es como lo habían prometido. Este Madrid es un cementerio es un claro ejemplo de ese grito ante una ciudad que pareciera desmoronarse sin dejar de resultar adictiva. No inventan nada nuevo pero a todo le dan la vuelta con una frescura que en directo alcanza cotas de fiesta eterna.

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