Esta semana durante el Congreso sobre Memoria y Convivencia que tiene lugar en Bilbao, los escritores Luisa Echenique y Luis Haranburu han sentado posición sobre cuál ha sido el papel de creadores e intelectuales en los últimos años con respecto al terrorismo de la banda ETA.
Durante una mesa redonda titulada Cultura y convivencia, Echenique y Haranburu junto al productor de cine Elías Querejeta hicieron referencia al "silencio" que ha existido en la cultura vasca ante los actos de la banda terrorista. Incluso llegaron a calificarlo como un hecho “ominoso”.
Al respecto, Haranburu, autor de los libros Desgizona (1978) y Karakol presoa (1987) y de las obras de teatro Caritate (1979) y Zumalakarregi. Biziaren gatazka (1986) añadió que este "mal" -el de la indiferencia- se ha "encarnado con fuerza en todo el pueblo vasco, que ha vivido narcotizado consumiendo una cultura producida bajo un "canon abertzale" o "patriotcanon" que, a su juicio, se ha establecido en la literatura vasca.
Desde Madrid, al ser consultado por Vozpópuli acerca de las declaraciones de Haranburu, el filósofo y escritor Fernando Savater mostró su acuerdo: “Algunos intelectuales y creadores nos hemos opuesto, pero no hemos sido la mayoría ni hemos sido precisamente premiados por ello. De hecho, el mismo Haranburu ha tenido que afrontar agresiones por sus posiciones”
Fernando Savater: "La protesta en algunos de los intelectuales del País Vasco ha supuesto una sensación de soledad para muchos"
En ese sentido, el autor de Contra las patrias (Tusquets, 1985) ha explicado que justamente la vocación de protesta que ha surgido en algunos creadores, escritores e intelectuales también ha provocado en algunos de ellos una cierta sensación de “soledad”.
Asimismo, Savater coincide con Haranburu en la necesidad de establecer una convivencia entre el euskera y el castellano y generar caminos suficientes para evitar los dogmatismos y buscar presencias y voces que eviten tanto la banalización del horror como el espectáculo de la tragedia.