Las producciones surcoreanas están adquiriendo cada vez más protagonismo en todo el mundo. La película 'Parásitos', de Bong Joon-ho, se convirtió en una de las más importantes de la historia, haciéndose con cuatro premios Oscar y creando un precedente. Ahora, contra todo pronóstico, Netflix ha estrenado una serie de la que todo el mundo habla y que puede pasar a ser la más vista de su plataforma, 'El juego del calamar'.
Solo hace falta echar un vistazo a las redes para ver que todo el mundo comenta una nueva ficción de la plataforma de Reed Hastings. 'El juego del calamar' ('Squid Game', en inglés) se presenta como una ficción sobre un juego misterioso y mortífero al que se presentar "456 participantes desesperados" que tratan de salir de la miseria.
Es adictiva, un elemento esencial para atrapar al espectador. Pero, además, tiene un trasfondo que invita a reflexionar y a poner en situación a la audiencia: ¿Qué haría en esa situación? ¿Participaría o es una auténtica locura y lo rechazaría al instante?
La ficción dirigida por Hwang Dong-hyuk se estrenó el pasado 17 de septiembre y consta de nueve episodios. Un par de semanas después, se ha convertido en un auténtico fenómeno, pudiendo superar a otras de sus cartas ganadoras como son 'Stranger Things', 'Lupin', 'Los Bridgerton' o 'La casa de papel'.
Se trata del primer drama surcoreano que alcanza el número uno en Netflix en todo el mundo -90 países-, algo que logró tan solo diez días después de estrenarse. El propio CEO de la compañía, Ted Sarando, ha revelado que será la ficción en lengua extranjera "más visto en el mundo".
La historia sigue la vida de 456 personas desesperadas, que viven una situación insostenible tanto social como económica: personas perseguidas por malversación y fraude, ciudadanos sin empleo, sin posibilidades, ludópatas, mafiosos, perseguidos por matones… En definitiva, casi medio millar de ciudadanos que tienen deudas millonarias.
Todos ellos reciben una misteriosa invitación de una manera completamente surrealista para participar en un juego. Solo tienen que llamar al número que aparece en una tarjeta y acudir al lugar que se les indica.
'El juego del calamar': tres reglas
Sin saber cómo han llegado a un lugar desconocido, los participantes firman un contrato para jugar a una serie de "juegos infantiles". Las reglas -solo tres- parecen simples: si el jugador incumple las normas de cada juego, es eliminado; si se niega a jugar, es eliminado; y si la mayoría de jugadores optan por no jugar, se cancelan los juegos.
Así, todos los asistentes aceptan jugar, el bote final alcanza los 45.600 millones de wones (33 millones de euros), más que atractivo para los jugadores.
Pronto conocen en qué consiste realmente el juego y en qué consiste realmente el término "eliminar", aunque, como en la vida real, las necesidades, la supervivencia, la codicia y el miedo a caer en un agujero sin fondo les empuja a ignorar las consecuencias del juego.
La serie fue creada por el director Hwang Dong-hyuk, conocido por películas como 'Silenced' (2011), 'Miss Granny' (2014) y 'The Fortress' (2017), que ha guardado en un cajón la historia de 'Squid Game' durante una década.
Aunque habrá que esperar la reacción de todos los que estén inmersos en la historia de 'El juego del calamar', lo cierto es que la serie merece la pena por su trasfondo. Sin olvidar los tonos empleados: juegos infantiles y colores llamativos acordes con los juegos que nada desvelan de lo que realmente va a ocurrir.
Crítica férrea a la sociedad y el miedo al fracaso
Hwang Dong-hyuk sumerge al espectador en una crítica férrea a la sociedad, especialmente asiática, en la que el miedo al fracaso y al deshonor de las familias recorre cada esquina. 'El juego del calamar' carga, además, contra el capitalismo y la competencia irracional por tratar de lograr el éxito, cueste lo que cueste.
El cineasta ya ha tratado temas trascendentales como los abusos sexuales, la búsqueda de la felicidad o la discapacidad y, ahora, a través de una serie de Netflix con una llamativa interpretación de su protagonista, Gi-hun (Lee Jung-jae), trata de enchanchar al espectador a través de una sátira y reproche a la sociedad.
