Es un hecho que las expectativas hacen un flaco favor a la realidad. La curiosidad ante las puertas del Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián este domingo era máxima. Allí, en el pase de las 8.30 de la mañana, la prensa ha podido ver una película que ha acaparado titulares de la prensa internacional en las últimas semanas. Sparta, el nuevo largometraje del incómodo director austriaco Ulrich Seidl ha congregado no solo al público más madrugador, sino también a algunos cámaras de medios locales, pendientes por ver la reacción de los primeros espectadores de una película a priori polémica, que compite en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián.
El Festival Internacional de Cine de Toronto anunció el pasado 9 de septiembre la cancelación del estreno de su película, un retrato de un pedófilo que da clases de judo a niños. El lío venía en realidad por otros derroteros: no es tanto lo que uno puede ver en la pantalla como lo que supuestamente ocurrió durante el rodaje, tal y como denunció el semanario alemán Der Spiegel y recogió Efe.
Tal y como afirmó este medio, los niños, de entre 9 y 16 años, fueron presionados para rodar semidesnudos escenas incómodas con violencia en las que se recreaban situaciones de alcoholismo de las que sus respectivas familias no habían sido informadas. El director, sin embargo, siempre ha sostenido que nunca ha cruzado los límites "éticos" ni "morales" durante el rodaje del filme, que Vozpópuli ha podido ver este domingo.
No llega en ningún caso a sobrepasar la línea de lo sórdido, una sensación para la que uno está preparado desde el momento en el que empieza la película
Lo cierto es que Sparta posee las dosis de incomodidad que uno imagina en una película de Seidl, director de películas como Paraíso: amor (2012) o Buenas noches, mamá (2014) pero no llega en ningún caso a sobrepasar la línea de lo sórdido, una sensación para la que uno está preparado desde el momento en el que empieza la película hasta que termina. Y, sin embargo, nunca llega, más allá de cuerpos de niños semidesnudos.
La mejor herramienta del director (para algunas cuestionable) está en colocar por momentos a los buenos en el bando de los malos, y a los malos en el bando de los buenos. En ocasiones humaniza, quizás en exceso, a un personaje que vive angustiado por un deseo que no domina, que no logra reprimir y con el que no puede seguir adelante en una vida atormentada por sentimientos monstruosos.
Mi presencia en la premiere podría ensombrecer la recepción de la película. Ahora es el momento de que la película hable por sí sola", dijo el director
Cuando el espectador ya se ha hecho una imagen más o menos precisa del protagonista, que abandona una relación frustrada con una mujer que no consigue atraer su atención sexual, y tiene claro el momento desagradable que llegará antes o después, el director, con una clara vocación provocativa, muestra que quienes peor tratan a los más pequeños, quienes más terror psicológico causan y más les atormentan son quienes a priori tienen que cuidarles: sus padres. La violencia (física o verbal) llega sutilmente por donde uno no lo imagina. Ahí, y solo desde ahí, revuelve al espectador y lo coloca en la más profunda confusión, el lugar al que no esperaba llegar.
Sparta: retrato valiente
Para quien escribe, Sparta no solo carece de polémica, sino que se defiende con dignidad una película que el director ha decidido no presentar físicamente en el festival. La distribuidora, Filmin, confirmó este sábado la ausencia de Ulrich Seidl. "Mi impulso inicial fue ir a San Sebastián y no dejar sola la película en la que mi equipo y yo hemos trabajado durante tantos años. Sin embargo, me he dado cuenta de que mi presencia en la premiere podría ensombrecer la recepción de la película. Ahora es el momento de que la película hable por sí sola", dijo el cineasta en un comunicado.
José Luis Rebordinos, director del festival donostiarra, se negó a cancelar su participación en el festival, donde opta por la Concha de Oro, máximo galardón, y defendió que "solo una orden judicial" le llevaría a cancelar su proyección, una postura similar a la que mantuvo en la 69º edición, cuando se premió a Johnny Depp con el premio Donostia. "No ha sido ni detenido ni acusado en sede judicial de maltrato ni condenado por ello. Si alguien tiene que juzgar es un juez, no soy quién para hacer un juicio moral. ¿Nosotros sabemos si los otros premios Donostia tienen una conducta intachable?", dijo a Vozpópuli en una entrevista. Hoy Sparta no solo no ha escandalizado al público, es que incluso ha recibido aplausos.