Tan solo dos horas han bastado para que que se agoten en Ticketmaster las 33.000 entradas para asistir a los dos únicos conciertos que dará en España el artista hawaiano Bruno Mars la próxima primavera. Sin embargo, este periódico ha comprobado que si un usuario accede a la plataforma con la intención de comprar un ticket, esta le redirige a una página llamada Seatwave que, curiosamente, pertenece a la misma multinacional que Ticketmaster: Live Nation. La misma promotora de eventos que en marzo se vio involucrada en un escándalo relacionado con la reventa de entradas para un concierto de Bruce Springsteen. Inmediatamente después de que Ticketmaster anunciase que los pases para ver a 'The Boss' estaban agotados, aparecían en Seatwave a precios desorbitados. "Lo sentimos, no hay entradas disponibles en ticketmaster.es. Puedes conseguir tus entradas en Seatwave, la web de compra y venta de entradas entre fans", lamentan los propietarios de la compañía en España a través de un mensaje en referencia al próximo show de Bruno Mars. (Ver imagen)
La organización FACUA-Consumidores en Acción ha alertado de esta práctica tanto al Instituto Municipal de Consumo del Ayuntamiento de Madrid, que mantiene abierta una investigación a Ticketmaster por denuncias anteriores de FACUA, como a la Agencia Catalana del Consumo, al celebrarse uno de los dos conciertos en Barcelona, solicitando que apliquen sanciones a la compañía por el tráfico irregular de entradas. Desde ora organización, OCU, también aseguran que reciben cientos de quejas y consultas al año ante "graves situaciones relacionadas con la reventa de entradas". Entre ellas, los precios "absolutamente exorbitantes". "La reventa es un fenómeno bien conocido en nuestro país, aunque la reventa ambulante esté prohibida", explican a Vozpópuli. "Normalmente, una promotora contrata al artista u organiza un evento. Esa empresa puede optar por vender ella misma las entradas o subcontratar otra especializada que las venda a través de internet", informan. "Luego aparecen empresas que, incluso, pueden ser las mismas o filiales de estas que venden las entradas a un precio muy superior", añaden. "Y la historia se repite. Miles de consumidores buscan en internet una entrada para un concierto determinado; hacen clic en uno de los primeros sitios que el buscador ofrece y acaban por pagar la entrada mucho más cara que el precio oficial. Consideramos inaceptable la desprotección del consumidor: si resulta perjudicado, es muy difícil reclamar y, en ocasiones, imposible", denuncian. Y por ello, la organización ha lanzado una campaña.
Una ley de 1982
Pero, ¿es legal la reventa de en España? OCU manifiesta que la legislación es "antigua y no contempla expresamente la prohibición de la reventa por internet, situación aprovechada por numerosos sitios web como Ticketbis, Viagogo o Tengoentradas.com". "El marco legal debe actualizarse a las tecnologías actuales. No hay otra normativa más reciente que la de 1982 y no podemos regirnos por una norma de hace décadas en el entorno tecnológico de hoy en día", dicen. Y recuerdan que el precio medio de entradas por conciertos en nuestro país es de 13,5 euros. "Aunque es difícil cuantificar el ahorro medio, podría hablarse de cientos de euros. En 2013, más de 20 millones de personas asistieron a conciertos de música popular en vivo y sólo en 2015, más de 3 millones de personas asistieron a festivales en nuestro país", exponen desde la organización. Un coste medio que choca con los 3.000 euros pagados recientemente en reventa por una entrada de Justin Bieber o los 12.000 euros de un ticket para el último concierto de los Rolling Stones. Varios países ya han regulado la reventa en internet con ciertas condiciones de protección para los consumidores y, entre las medidas adoptadas, OCU destaca que la empresa organizadora del evento debe otorgar su consentimiento expreso para la reventa y el sobreprecio de las entradas no puede superar cierto porcentaje, normalmente no más de un 20%.
El precio medio de una entrada de concierto en España es de 13,5 euros, cifra que choca con los 3.000 para ver a Bieber
Matan Ganani, fundador y CEO de la empresa de ticketing NeverEmpty, explica que es el promotor del evento el que trae al artista, busca un recinto y negocia la venta de entradas con plataformas del mercado primario. "Al aforo hay que descontar invitaciones, compromisos publicitarios o si se acordó un número de ellas para el recinto", señala. "El precio de los tickets que paga el cliente lo define el promotor y, de ahí, un porcentaje corresponde a estas plataformas de venta oficial por gastos de gestión que va a la plataforma por prestar el servicio", explica. Si bien Ganani cuenta que hay personas que individualmente compran la mayor cantidad de entradas posibles para hacer negocio en la reventa, existen otros fenómenos más sofisticados que estarían impulsados por empresas. Es el ejemplo de los robots informáticos (bots). "Los bots saben automáticamente cuando se abre una venta de manera masiva y rápida. Las empresas del mercado primario intentan evitar que ocurra a través de pruebas Captcha que en teoría solo pueden resolver los humanos, pero los desarrollos tecnológicos han permitido que los robots también se salten esos filtros", revela el CEO de NeverEmpty. Para Ganani el problema radica en que no existe una "actualización legal". "El decreto que lo regula habla de la reventa a pie de calle en el 82, cuando el e-commerce no estaba desarrollado. No se trata tanto de prohibir, pues es un mercado existente y si la ley capase estas web saldrían alternativas en el mercado negro, se trata de actualizar", considera.