Abascal sigue escalando en las encuestas y el CIS lo sitúa como tercera fuerza política. Nuevos partidos para que nada cambie

Hay discos que llegan a ocupar un lugar más allá de su propio valor intrínseco, de sus propias virtudes musicales, dentro de la iconografía popular y cultural de una época. Y como si hubiera habido un resorte especial capaz de advertir a otras personas que durante aquella grabación se estaba gestando algo realmente histórico, en más de una ocasión la cámara de un fotógrafo ha dejado constancia casi eterna de lo acontecido.

La prueba del algodón que demuestra que alguien ha alcanzado la popularidad viene cuando ese alguien, además de desempeñar las funciones habituales -ya sea cantar, ser tertuliano o hacer la ameba sin más-, prueba a dar rienda suelta a su creatividad. Muchos famosos lanzan -o al menos, prestan su cara para que así parezca- perfumes, líneas de ropa, de cósmetica, etc. Pero si con algo logran enternecer y hasta ‘limpiar’ su imagen, es abandonándose a la escritura desmedida de libros infantiles, como acaba de hacer Martina Klein -¿le queda algo por hacer en materia publicística?-. Pero sin duda, no es la primera… ni la última. ¡Lean, lean! -nos referimos al artículo, no a su libro-.

No es el único artista que tiene en su discografía una buena tanda de recopilatorios y grandes éxitos, que habitualmente salen al mercado coincidiendo con una actuación en directo o cualquier efeméride destacable de su biografía. Pero siempre cabe preguntarse si son necesarios este tipo de discos para completar una carrera tan mediática como la de "El Boss".