La prueba del algodón que demuestra que alguien ha alcanzado la popularidad viene cuando ese alguien, además de desempeñar las funciones habituales -ya sea cantar, ser tertuliano o hacer la ameba sin más-, prueba a dar rienda suelta a su creatividad. Muchos famosos lanzan -o al menos, prestan su cara para que así parezca- perfumes, líneas de ropa, de cósmetica, etc. Pero si con algo logran enternecer y hasta ‘limpiar’ su imagen, es abandonándose a la escritura desmedida de libros infantiles, como acaba de hacer Martina Klein -¿le queda algo por hacer en materia publicística?-. Pero sin duda, no es la primera… ni la última. ¡Lean, lean! -nos referimos al artículo, no a su libro-.