Cultura

Terenci Moix: 20 años del adiós al amante de los Ducados, los percebes y las fabulaciones

Un documental y una serie recuperan el legado del novelista y recuerdan su dimensión más íntima a través de su círculo cercano

  • Terenci Moix. -

El pasado mes de abril se cumplieron 20 años de la muerte de Terenci Moix, uno de los escritores más célebres de España de la segunda parte del siglo XX, galardonado, entre otros, con el Premio Planeta y el Premio Ramon Llull de novela. Ahora, un documental que llega este viernes a los cines y una serie que se estrena el 22 de septiembre en Filmin ahondan en su contribución literaria, pero también en los aspectos más íntimos que conformaron una de las personalidades más carismáticas de las letras españolas.

Terenci Moix: la fabulación infinita es el título del material audiovisual que se estrena tanto en formato de película como de serie y que cuenta con los testimonios de personas cercanas al escritor, como Luis Antonio de Villena, Nuria Espert, Colita, Enric Majó, Anaïs Schaaff o Boris Izaguirre, entre otros. "Terenci, abiertamente homosexual, divertido y dicharachero, ha envejecido bien, es necesario reivindicar su figura", afirma en una entrevista a Vozpópuli Álvaro Augusto, coautor de esta producción junto a Marta Lallana, que además dirige el filme.

Izaguirre recuerda al responsable de El día que murió Marilyn (1969) o Chulas y famosas (1999) como un "conversador extraordinario" a quien le gustaba "consumir los días", mientras que Colita rememora sus excentricidades, como gastarse "medio planeta" en cremas o comprarse abrigos de visón, un despilfarro por el que llegó a darle "muchos adelantos". Estaba enamorado de Egipto, fumaba Ducados constantemente y cenaba todas las noches percebes. Además, le gustaba organizar comidas y cenas, dentro y fuera. El actor Enric Majó, su pareja durante casi 15 años, recurre a tres adjetivos positivos y uno que delata su relación: "Era brillante, generoso, inteligente y manipulador".

¿Quién sería hoy Terenci Moix si viviera en la actualidad? Anaïs Schaaf, ahijada y amiga, fantasea en este documental pensando que en la actualidad sería el jubilado con mayor número de seguidores en Instagram y recuerda lo mucho que le gustaba "ser famoso". "Era el mejor publicista de sí mismo y su mejor obra era él mismo. Era una persona que sabía venderse como nadie y entendía que esto no iba en detrimento de su calidad literaria", afirma el coautor de esta producción.

Asimismo, el escritor Luis Antonio de Villena pone el acento en el conflicto interior entre el nivel de sus textos y su sed de popularidad, entre "ser cotizado por su calidad literaria" y ser un personaje famoso porque además, según le confesó en alguna ocasión, también escribía novelas "para ganar dinero". "Primó más su necesidad de agradar a la gente que su calidad literaria. No tenía ningún problema en rebajar la ambición de su obra en favor de un mayor número de ventas", agrega el guionista del documental.

"Él tenía una necesidad imperiosa de ser amado, no tanto de amar, y de recibir la atención de la gente. Lo sacrificó todo por esa popularidad"Álvaro Augusto, coautor del documental

Esta película parte de su infancia y juventud para entender a aquel joven que creció casi sin amigos, con un hermano enfermo que falleció cuando tenía apenas 18 años, y que buscó en la ficción cinematográfica todo aquello que no llegaba en la vida real, tan impregnada de aburrimiento o de dolor. A pesar de tener una familia un tanto peculiar, según recuerda alguna de las voces invitadas, fue además un niño muy mimado, lo que podría explicar su necesidad por ser el foco de atención y la tentación constante de caer en la vanidad.

En un momento del documental se le pregunta en una entrevista de televisión qué ocurriría si él no es el centro de la conversación en una cena, a lo que responde que en ese caso no iría. "Él tenía una necesidad imperiosa de ser amado, no tanto de amar, y de recibir la atención de la gente. Lo sacrificó todo por esa popularidad y ese sentimiento de ser amado", recalca Augusto.

Terenci Moix siempre quiso vivir como lo hacen los personajes de las películas y no como sus vecinos, motivo por el que renunció, en primer lugar, a su nombre original, Ramón, y lo cambia por otro "más novelesco". Así, el personaje en el que se convirtió tenía más que ver con el cine que con lo que vida cotidiana.

Terenci Moix: pionero en confesar su homosexualidad

Según cuenta Álvaro Augusto, a diferencia de otras personalidades de la cultura, como el caso del propio Luis Antonio de Villena, Terenci Moix siempre sostuvo que él "nunca había estado en el armario", incluso a pesar de haber nacido en los años 50. "No es una persona a quien sus inclinaciones sexuales le atormentasen. De hecho, es de las primeras personas que hizo pública su homosexualidad, que habló de tener novio en televisión y que cuando en 1984 Enric Majó le deja, sale por televisión diciendo que le han hecho daño", cuenta.

Aunque Terenci Moix se convirtió en un pionero al abordar la homosexualidad de manera natural, Augusto matiza que "no lo hizo por activismo, sino por narcisismo". "No lo hizo porque creía que fuera importante defender la causa LGTBI, sino porque tenía la necesidad de contar su vida y de ser el centro de todo, que sus vivencias centraran todas las conversaciones", agrega.

"Terenci Moix era una persona de izquierdas y un libertario que tenía una relación bastante conflictiva con los sectores más catalanistas de su ciudad"Álvaro Augusto, coautor del documental

Fuera de este documental se ha quedado la dimensión política de Terenci Moix, en la que el equipo de la película, sin embargo, sí trabajó. "Habíamos preparado un bloque en el que se iba a hablar de la mala relación que tenía con Jordi Pujol y el sector de la derecha catalana. Al final, por el tono, no encajó y se decidió sacarlo", argumenta Augusto.

No obstante, precisa que su posición está en todos los artículos de Terenci Moix, que era "una persona de izquierdas y un libertario que tenía una relación bastante conflictiva con los sectores más catalanistas de su ciudad, Barcelona".

Del mismo modo, matiza que era "una persona profundamente cobarde, a pesar de todo lo transgresor, lo políticamente incorrecto que podía ser a través de su obra". "En su vida personal tenía miedo a la policía, a diferencia de otros amigos más comprometidos. Tenía un terror al daño físico y ese compromiso que tuvieron otras personas, él no lo tuvo", concluye.

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