Cultura

Vacaciones: tiempo de piscina, pueblo, playa... ¿y libros?

Con el final de las clases el tiempo de nuestros hijos se multiplica aunque cada vez cuesta más esfuerzo que cojan un libro

Imagen de archivo de una mujer leyendo en una piscina. Mikhail Nilov

Llega el verano y con él las largas vacaciones de nuestros hijos que, en muchos casos, llenamos con campamentos, tiempo con los abuelos, viajes, pueblo, playa, montaña, piscina, deporte, juego, TV, consolas... En España existe una amplia y variada oferta de planes culturales infantiles o familiares, que pueden proporcionar una experiencia educativa en el periodo estival, como las visitas a museos, monasterios, castillos, yacimientos arqueológicos…  Pero, ¿cómo lograr que nuestros hijos lean en verano?

Lo que queremos conseguir es que nuestros hijos lean por gusto, frecuentemente, para conocer nuevas realidades y para mejorar el modo de pensar. En este sentido el conferenciante Álvaro González Alorda nos interpela diciéndonos: ¿qué será de nosotros o de nuestros seres queridos con el paso del tiempo, tras unas buenas lecturas? 

El despertar por la lectura surge de la manera más inesperada. Eso no quita que pongamos los medios y generemos un entorno para disfrutar de la lectura. ¿Cómo generar este ambiente de lectura en casa este verano? Principalmente de tres maneras: mediante el ambiente de lectura en casa, que lo generamos con nuestro ejemplo. Visitando frecuentemente la biblioteca del barrio y las librerías, y disminuyendo el uso de las pantallas. Estos son los elementos clave que favorecen la lectura.

El ejemplo tiene que ir por delante

Decía hace tiempo Ismael Sanz, acerca de los beneficios del ejemplo en la lectura de los padres: "Es interesante observar que los alumnos españoles de cuarto de primaria, a cuyos padres les gusta mucho leer, alcanzan 540 puntos en la prueba internacional de lectura PIRLS. Sin embargo, los estudiantes de primaria a cuyos padres no les gusta nada leer tienen 498 puntos. La diferencia entre 540 y 498 puntos es de casi un curso escolar. Es decir, los alumnos, a cuyos padres les gusta leer llevan casi un curso de ventaja ya en cuarto de primaria con respecto a los que no tienen ese ejemplo en el hogar".

En educación, el ejemplo siempre va por delante. Todo lo que los hijos vean hacer a sus padres será motivo de imitación en el presente o en el futuro. Muchas veces exigimos lo que nosotros no vivimos. Hay que recordar que nadie da lo que no tiene. Por eso en casa hay que crear espacios y tiempos de lectura. Sitios donde no haya pantallas o que estén apagadas y donde se pueda estar relajado, leyendo los libros que nos gustan. Este ambiente a lo largo del tiempo es un gran ejemplo para nuestros hijos. Este hábito personal de los progenitores calará en la medida en que seamos constantes y transmitamos de manera natural nuestra pasión por la lectura. Lo conseguiremos si cultivamos nuestra afición por leer libros que nos aportan y nos gustan. 

La lectura nos cultiva, nos mejora y nos forma como personas

Las bibliotecas, grandes aliadas

Por otro lado, otros grandes aliados para entusiasmar a nuestros hijos con la lectura son las bibliotecas. Su visita frecuente, sacar el carné de usuario, el mero hecho de leer los títulos de las novedades, hojear los libros que nos gustaría leer o el pasar ratos leyendo desinhibidos de la realidad, generan en nuestros hijos afición por ella. Es importante ampliar el abanico de lecturas de nuestros hijos, asesorándolos para que sea el espectro lo más amplio posible y así puedan conocer múltiples realidades. 

De igual manera, la visita frecuente a las librerías, para ver las novedades y comprar un libro que deseamos desde hace tiempo, desarrolla nuestro deseo de disfrutar leyendo y aprender sobre lo leído. 

Los hábitos digitales son más rápidos de adquirir, pero generan adicción sobre el usuario, nos adormecen y en gran medida nos anestesian. Esta realidad en exceso no facilita la lectura o escritura. En cambio el hábito de lectura despierta el afán de saber y aprender cosas nuevas. La lectura nos cultiva, nos mejora y nos forma como personas. Este verano tenemos una nueva oportunidad de dedicar tiempo de calidad a la lectura, buscando obras adaptadas a la edad de nuestros hijos y a la temática que más les guste o les pueda ayudar a crecer en su desarrollo personal.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.

  • M
    marqueslinchado

    ¿Qué hace la poligonera que antes presentaba un informativo de Prisa en la piscina de Mikhail Nilov? ¿No será otro concuñado?