Cuando se publicó hace ya más de veinte años, este libro levantó un revuelo tremendo. Fue una contribución indispensable, original y sobre todo muy polémica a la literatura sobre el Holocausto, pero pagó el alto tributo de la polémica. Se trata del libro Los verdugos voluntarios de Hitler, de Daniel Jonah Goldhagen (Boston, 1959), profesor asociado de Ciencia Política y Sociología de la Universidad de Harvard, que el sello Taurus vuelve a editar entre sus novedades de otoño.
Los verdugos voluntarios de Hitler (Taurus) constituyó una revisión del más terrible suceso de nuestro siglo: el intento de exterminio de toda una raza, la judía, por parte de los nazis. Goldhagen planteó entonces una situación que resultó lesiva para muchos: los exterminadores no fueron exclusivamente hombres de las SS ni miembros del partido nazi, sino ciudadanos alemanes de muy diversa condición, hombres y mujeres corrientes que mataron brutalmente a los judíos, poniendo en ello su voluntad y su entusiasmo.
Retrata a hombres y mujeres corrientes que mataron brutalmente a los judíos, poniendo en ello su voluntad y su entusiasmo
El libro llegó a impulsar lo que se conoció como el Debate Goldhagen. Basándose en pruebas de primera mano Goldhagen retrató a Alemania incluso antes del período nazi. Ya entonces, se percibía un "antisemitismo alucinante". Llega a escribir Goldhagen que se trataba de una una sociedad en la que el antisemitismo era un "modelo cognitivo culturalmente compartido" y profundamente arraigado. El problema de fondo era mucho más complejo: la versión de Goldhagen resultaba incómoda.
Muchos estudiosos del tema, por ejemplo Hannah Arendt, habían presentado hasta entonces a los alemanes como burócratas sin sentido que seguían órdenes. Otros como Christopher R. Browning examinó parte del mismo material que Goldhagen, incluidos los registros del Batallón 101 de la Policía de Reserva, cuyos miembros asesinaron a cientos de miles de judíos en Polonia y Ucrania, pero no llegó a señalar con tanta claridad lo que Goldhagen sí consiguió.
Muchos estudiosos, por ejemplo Hannah Arend, habían presentado a los alemanes como burócratas sin sentido que seguían órdenes
Goldhagen describe a los miembros del Batallón de Policía 101, una especie de unidad de reserva asignada para hacer trabajo policial en los territorios conquistados, como esposos y padres alemanes comunes. Sus comandantes les dijeron que no tenían que matar judíos. Aun así, entraron en una "producción dantesca" de asesinatos, sumergiéndose en sangre e invitando a sus esposas e hijos a mirar. Fue, escribe Goldhagen, como si la humanidad hubiera entrado en "un nuevo orden moral".
El Holocausto se convirtió en su tema esencial. Además de este libro, publicó otros como La Iglesia católica y el Holocausto (Taurus, 2002) y Peor que la guerra (Taurus, 2010). Hijo Erich Goldhagen, un sobreviviente del gueto judío rumano en Czernowitz, Goldhagen procuró ilustrar una realidad de la que su padre jamás quiso hablar y que con la contundente evidencia a la que apeló para buscar respuestas a preguntas que jamás la tuvieron. Así se explicaría que a Hitler no le fuera difícil enrolar a un gran número de alemanes en la “solución final”, plateando sus editores en el comentario que acompaña el anuncio de la reedición, que se publicará el próximo 12 de septiembre.