La ralentización que está viviendo en el último año el coche eléctrico en el mercado global está afectando no sólo a las propias automovilísticas, que han tenido que replantear sus estrategias a corto y medio plazo, sino también a mucha industria auxiliar.
Una de las últimas que ha tenido que dar marcha atrás es la alemana Basf, que ha decidido congelar el proyecto para crear una refinería de metales a gran escala para lograr el reciclaje de baterías en su planta de Tarragona debido a esa baja demanda de coches eléctricos que se está viviendo en Europa.
"Estamos listos para empezar tan pronto como la expansión de las capacidades de las células y la difusión de los coches eléctricos se recuperen en Europa", señaló Markus Kamieth, consejero delegado de la compañía en una conferencia telefónica de la que se hizo eco la cadena de televisión alemana NTV, en la que reconoció que su compañía trabaja para reducir aún más el riesgo del mercado de ese tipo de vehículos.
"La demanda de coches eléctricos se ha desplomado en los últimos meses. Esto también ha repercutido en los planes de Basf", pues la empresa "va a posponer un importante proyecto de reciclaje de baterías" en España, según comentaron en NTV las intenciones de la empresa alemana.
El proyecto de reciclaje de baterías en Tarragona era calificado por la firma alemana de "máxima prioridad" el pasado mes de abril. Con todo, Kamieth señaló que confían en que los materiales para baterías sigan representando una importante oportunidad de crecimiento para la industria química.
El grupo químico redujo su beneficio neto un 12,8% en el primer semestre de 2024 frente al mismo periodo del año anterior, hasta los 1.797 millones de euros, por los menores ingresos en un contexto de caída de precios, según ha informado la compañía.
Gestamp reduce beneficios
También a la española Gestamp le está afectando este frenazo que esta viviendo el mercado de coches eléctricos, y ha visto como su beneficio neto se redujo casi un 35% en el primer semestre del año hasta los 106 millones de euros desde los 162 millones registrados en este mismo periodo del pasado ejercicio, tal y como ha informado la compañía en un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La empresa vasca ha achacado esta reducción principalmente a un menor dinamismo del grupo en regiones clave como Europa y Sudamérica. De hecho, los beneficios en Europa Occidental se redujeron en el semestre casi un 12%, hasta los 2.204 millones de euros.
En el primer semestre del año, los volúmenes de producción de vehículos tuvieron un crecimiento interanual del 0,5% y la generación de caja positiva fue de 77 millones de euros.
En este contexto, las expectativas de la empresa de origen vasco pasan por una ralentización en todos los mercados a excepción de Norteamérica y las operaciones en el continente asiático en plena expansión del vehículo eléctrico y las tensiones comerciales entre las marcas occidentales y chinas.
De esta manera, la compañía ha revisado a la baja las previsiones respecto del crecimiento de la producción de vehículos ante la caída de volúmenes y la volatilidad del mercado de los eléctricos.
"El segundo trimestre ha confirmado la previsible ralentización del mercado de producción de vehículos en 2024 y la volatilidad en la transición al vehículo eléctrico", ha afirmado el presidente ejecutivo de Gestamp, Francisco J. Riberas.
Las acciones de Gestamp retrocedieron en la sesión de ayer miércoles cerca de un 1% hasta por debajo de los 2,70 euros por título. En el último año, la capitalización de la firma se ha desplomado más de un 40%.