De alergias e intolerancias extravagantes y poco frecuentes está el mundo lleno. De hecho, existen particularidades tan aparentemente poco frecuentes como la alergia al ejercicio físico. Sin embargo, la mayoría de las alergias no son tan poco reconocibles. Al polen, al pelo de ciertos animales, a los ácaros o a determinados alimentos suelen ser los motivos más habituales por los que ponemos nuestros pies en una consulta de alergología. Eso no quita, que de vez en cuando, haya sorpresas que incluso puedan complicar el día a día de una pareja con singularidades como la alergia al semen, una sustancia que incluso tiene una mejor temporada.
En puridad, no se trata de ser alérgica (importante matiz porque no se han descrito casos de alérgicos) al semen, sino a la PSA (la proteína del plasma seminal humano). Esta proteína se libera desde la próstata con una función práctica: licuar el semen para que los espermatozoides puedan moverse libremente. Además, ciertos estudios aseguran que su misión también es debilitar la capa mucosa cervical de la mujer, para así hacer más sencillo el trabajo de los espermatozoides.
De esta manera, se puede producir la reacción alérgica durante el coito y también tras él, particularmente tras la eyaculación, momento en que se secreta esta proteína en mayor cantidad. La sintomatología, a veces confusa, puede desarrollar ardor genital, hinchazón en la zona vaginal o enrojecimiento, factores que hacen que a veces pueda pasar desapercibida.
Básicamente sucede porque sus síntomas pueden camuflarse con otras patologías como podrían ser dermatitis por contacto o, habitualmente, por confundirlo con enfermedades de transmisión sexual o por la presencia de hongos como los que desatan la candidiasis vaginal. Este solapamiento, no a veces referido como demasiado grave, no implica que la forma de manifestarse de esta extraña alergia se limite a ello.
Ciertas complicaciones puede ocasionar otros síntomas que se extiendan al resto del cuerpo como dificultad respiratoria, dolor abdominal, vómitos, urticaria, edemas y, en casos muy extremos, que se produzca el temido shock anafiláctico. Como en tantos otros episodios alérgicos, la farmacoterapia del tratamiento incluye antihistamínicos (en los casos leves) y adrenalina autoinyectable en los casos extremos que se produzca la anafilaxia, ambos debidamente pautados y una vez que esté diagnosticada esta alergia.
Cuándo se produce la alergia al semen y qué factores la podrían desencadenar
Tanto el propio semen, para el que no influye su calidad, como el líquido preseminal contienen PSA, solo que el primero lo hace con una concentración mucho mayor, razón por la que la única forma de evitar la reacción alérgica es utilizando profilaxis como los preservativos. En caso contrario, para la manifestación clínica, el tiempo medio de aparición es entre cinco y 15 minutos después del contacto, momento en que esta sintomatología hace acto de presencia.
Por desgracia, no solo se trata de una patología tremendamente molesta que puede dinamitar la vida sexual de una pareja y el confort de una mujer, sino que también tiene relación con los problemas de fecundidad. No de manera directa, puesto que la alergia al semen no significa que la mujer no pueda concebir de forma normal, pero sí que las molestias ocasionadas durante el acto sexual hagan poco deseable el coito.
En este caso, conviene tener en cuenta que esta alergia se puede diagnosticar. Según explican desde Mapfre, las pruebas diagnósticas combinan los clásicos pricks cutáneos con analíticas sanguíneas que permitan confirmar las sospechas que apunte la diagnosis clínica a través de las preguntas del alergólogo.
Topamos así con una alergia que puede afectar al 12% de las mujeres, especialmente entre los 20 y los 30 años -puesto que el sistema inmune es más reactivo a la histamina durante este período de tiempo- , pero no significa que no se pueda manifestar más tarde. De hecho, en mujeres maduras también se puede dar cuando se produce una concomitancia con otros factores como cirugías vaginales, el uso de DIU o después del parto.
Además y como es lógico, las reacciones a este tipo de intolerancia no se producen solo a nivel vaginal, sino en todo punto donde alcance el semen, así que la piel o la boca también podrían ser susceptibles de sufrir estas complicaciones.
Además, se ha de mencionar la parte de responsabilidad que el hombre puede implicar en este agravamiento de las reacciones. Es el caso de las vasectomías, situación que podría aumentar la hipersensibilidad a esta proteína seminal. Además, las mujeres con historial alérgico previo, también podrían tener una predisposición a otro tipo de alérgenos.
El tratamiento incluye la administración de antihistamínicos pautados, e incluso una inducción a la tolerancia exponiendo a la paciente a pequeñas dosis del alérgeno. La finalidad sería ir disminuyendo la hipersensibilidad del organismo a la citada PSA, pudiendo así hacer más amable la vida sexual de la mujer y erradicando las molestias asociadas a esta reacción. Además, se debe mencionar que esta alergia no es exclusiva a la proteína seminal de un mismo individuo, sino que sucedería con cualquier otro hombre.
En el caso de querer concebir pero por estas molestias no querer afrontarlo, existen soluciones a través de la reproducción asistida. En ese caso, suele apostarse por la inseminación artificial a través de espermatozoides lavados, una técnica que permite separar el esperma del líquido seminal. De hecho, es una práctica habitual en la concepción en parejas donde el varón es transmisor de ciertos virus como el VIH o la hepatitis C y B, que suelen transmitirse a través de la fluidos sexuales. Por eso, tras 'lavar' los espermatozoides, la carga viral prácticamente desaparece y permite un embarazo sin riesgo de transmisiones, como explican desde Instituto Bernabéu.
Como colofón, también se debe explicar que el hombre puede ser susceptible también de ser alérgico al semen -incluso al propio-, como explicaba este artículo de Reuters, donde la sintomatología sería muy similar a la acontecida en el caso femenino. Esta patología es todavía más rara que en el caso de la femenina y su tratamiento vendría marcado por la inmunoterapia hiposensibilizante.