Bienestar

Los hábitos de alimentación sana para mejorar la salud de los mayores de 50 años, según la OMS

Te contamos cuáles son los secretos para mantener una dieta sana y beneficiosa para el organismo

  • Un plato de salmón con verduras -

Seguir una alimentación sana a veces se convierte en algo complicado. A pesar de ello, todos debemos tener en cuenta que seguir con este tipo de dieta a lo largo de nuestro vida es fundamental para prevenir la malnutrición y cualquier tipo de enfermedades o trastornos. Conforme pasan los años nos damos cuenta de lo importante que es comer bien y mantener una dieta equilibrada.

Tener una alimentación variada, equilibrada y que sea también saludable, se debe tener en cuenta las características de cada persona, es decir, de la edad, sexo o los hábitos de vida que tenga. Cada vez más, los jóvenes deciden cuidarse y tener una dieta perfecta. Ir al gimnasio, hacer más deporte, tener una alimentación correcta... Son solo algunos de los propósitos que se repiten año tras año cientos de españoles.

Sin embargo, la tarea no es nada fácil. El aumento en la producción de alimentos procesados o un estilo de vida ajetreado anima a que las personas consumas alimentos con un alto contenido en grasas, sal o que sean hipercalóricos. Esto hace que den de lado otros que son ideales para el cuerpo como, por ejemplo, la fruta, las verduras o los cereales.

La OMS tiene claro cuál es la alimentación sana que debe seguir un adulto o una persona mayor de 50 años. Te contamos todos los detalles sobre ella.

La alimentación perfecta para mayores de 50, según la OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) marca algunos hábitos que debe incluir una alimentación sana para todas esas personas adultas, mayores de 50 años, que pueden suponer un gran beneficio para su salud. Esta dieta debería incluir un alto contenido en "frutas, verduras, legumbres (tales como lentejas y alubias), frutos secos y cereales integrales (por ejemplo, maíz, mijo, avena, trigo o arroz moreno no procesados)".

"Al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de fruta y hortalizas al día (2), excepto papas, batatas, mandioca y otros tubérculos feculentos", explica la OMS. La entidad también es muy clara con la ingesta de azúcar. De hecho sobre este aspecto asegura lo siguiente: "Menos del 10% de la ingesta calórica total de azúcares libres (2, 7), que equivale a 50 gramos (o unas 12 cucharaditas rasas) en el caso de una persona con un peso corporal saludable que consuma aproximadamente 2000 calorías al día, aunque para obtener beneficios de salud adicionales lo ideal sería un consumo inferior al 5% de la ingesta calórica total (7)".

En este caso, es importante destacar que los azúcares libres, para la OMS, son "todos aquellos que los fabricantes, cocineros o consumidores añaden a los alimentos o las bebidas, así como los azúcares naturalmente presentes en la miel, los jarabes y los zumos y concentrados de frutas".

Por otro lado, sobre el consumo de grasas, la OMS tiene claro que para mantener una alimentación sana, todos los adultos deben ingerir menos del 30% de grasa. "Las grasas no saturadas (presentes en pescados, aguacates, frutos secos y en los aceites de girasol, soja, canola y oliva) son preferibles a las grasas saturadas (presentes en la carne grasa, la mantequilla, el aceite de palma y de coco, la nata, el queso, la mantequilla clarificada y la manteca de cerdo)", explica la organización.

También incluye en este apartado a las grasas trans de todos los tipos, "en particular las producidas industrialmente (presentes en pizzas congeladas, tartas, galletas, pasteles, obleas, aceites de cocina y pastas untables), y grasas trans de rumiantes (presentes en la carne y los productos lácteos de rumiantes tales como vacas, ovejas, cabras y camellos)". Y añade que "se sugirió reducir la ingesta de grasas saturadas a menos del 10% de la ingesta total de calorías, y la de grasas trans a menos del 1% (5). En particular, las grasas trans producidas industrialmente no forman parte de una dieta saludable y se deberían evitar (4,6)".

En cuanto la sal, señala que debe consumirse menos de 5 gramos al día, es decir, una cucharada. Además, la sal debería ser yodada. Y tú, ¿sigues este tipo de alimentación en tu rutina diaria.

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