Los deportes con más demanda energética como el ciclismo, el 'running' o el fútbol se encuentran entre los deportes que presentan más riesgo de muerte súbita en pacientes con miocardiopatías o canalopatías; por el contrario, los deportes menos asociados son aquellos con baja carga estática y dinámica, como el golf, el yoga o el críquet, según ha manifestado la cardióloga Esther Zorio.
Algunas enfermedades cardiovasculares como las miocardiopatías (aquellas que afectan al músculo cardiaco) o las canalopatías (alteraciones eléctricas del corazón) conllevan un mayor riesgo de aparición de arritmias ventriculares (malignas) y de muerte súbita. "Tanto las miocardiopatías como las canalopatías son enfermedades genéticas y en pacientes por debajo de 30 años son la primera causa de muerte súbita en el deporte", ha explicado la experta.
La cardióloga aclara que, por encima de los 30 años, "la cardiopatía isquémica, es decir, la enfermedad coronaria que se manifiesta fundamentalmente como un infarto agudo de miocardio o una angina de pecho, se sitúa como la primera causa de muerte súbita asociada al deporte".
Tal y como indica la experta, el deporte puede desencadenar arritmias e incrementar el riesgo de muerte súbita si se padece alguna de las patologías mencionadas. Con todo, la incidencia de muerte súbita en el deporte es poco común, ocurriendo en solo uno o dos casos por cada 100.000 deportistas al año.
Así, la intensidad del deporte determina el riesgo de muerte súbita: aquellos deportes con baja carga estática y dinámica presentan menos riesgo, mientras que los que requieren más demanda energética son más peligrosos si se padece algunas de estas patologías. La cardióloga asegura que "el riesgo es similar tanto si hablamos de deporte competitivo como recreacional", por lo que las recomendaciones son las mismas.
Miocardiopatía arritmogénica y deporte
Por su parte, la cardióloga de la Sección de Arritmias del Hospital Universitario Vall d'Hebron de Barcelona, Begoña Benito, ha afirmado que la miocardiopatía arritmogénica, un tipo de miocardiopatía que, sin ser la más frecuente, sí puede ser causa importante de muerte súbita en el deporte.
"En su modalidad más típica, esta enfermedad se produce por mutaciones en los discos intercalares; es decir, en las estructuras que unen unas células con otras. Esto conlleva que se pierda la arquitectura normal del músculo cardiaco llegando a aparecer fibrosis o depósitos grasos preferencialmente en el ventrículo derecho", explica la Dra. Benito. Ese tejido anormal es la fuente de arritmias.
Entre los 20 y los 40 años, la enfermedad puede manifestarse en forma de arritmias malignas, especialmente durante la práctica deportiva. "Esta etapa es peligrosa porque hablamos de pacientes jóvenes que, en muchas ocasiones, no son conscientes de que tienen esta cardiopatía de base y en los que el deporte supone un riesgo para presentar arritmias graves".
A partir de los 50-60 años, si la enfermedad ha progresado, además de las arritmias puede producirse insuficiencia cardiaca por una pérdida más extensa del tejido cardiaco normal.