El aprovechamiento de las sobras de comida era algo que madres y abuelas practicaban con un virtuosismo óptimo. También tiene cierta lógica ya que usualmente las mujeres no trabajaban fuera y disponían de mucho más tiempo para atender la casa que en los tiempos actuales.No obstante, dejaron su poso de sabiduría para las generaciones posteriores. En aquel entonces el principal motivo para aprovechar la comida era la economía doméstica, ahora, con esta crisis, el principal objetivo será no salir a la calle a hacer la compra más de lo estrictamente necesario. Y, por supuesto, no tirar comida.
Más allá de las empanadillas…
… hay todo un mundo de recetas diferentes para dar una segunda vida a esos restos de guisos que quedan en la nevera. Por supuesto que las croquetas, albóndigas, la ropa vieja o las empanadillas son recursos de siempre y bienvenidos sean, pero poner un poco de imaginación al tema puede descubrirnos un mundo nuevo, sabroso y apetecible.Empecemos por los primeros platos. ¿Qué queda un trozo de tortilla de patatas que nadie quiere ya? Pues hazla guisada: prepara una salsa verde a base de perejil con ajo picado y cuando esté hecha, mete la tortilla en la salsa y deja que de un hervor (algunas personas le añaden una punta de pimentón para que la salsa quede roja y algo picante). Son las famosas ‘tortillas guisadas’, una receta actualmente bastante en desuso.
Pan duro y verduras
Con el pan duro tienes dos opciones: rallarlo en tu casa para utilizarlo para empanar o… hacer unas sopas de ajo. Eso sí, antes de que se quede duro del todo hay que tener la precaución de haberlo hecho rebanadas. El pan duro, bien tostado o bien frito, queda excelente para este plato tradicional manchego (casi mejor porque se conserva más entero que si es del día); también podemos recurrir a la sopa de cebolla y, por supuesto, ahora que viene el calor también se puede utilizar en un gazpacho o un salmorejo.En cuanto a las verduras, siempre tendremos un segundo recurso: ¿coliflor hervida?, si los cogollitos están enteros se puede rebozar; ¿judías verdes?, con tomate, huevo duro y aceitunas son un perfecto relleno para una aleta de carne; zanahorias, pimientos o puerros, son ideales para hacer una menestra de cordero o agregar a unas lentejas ‘a lo pobre’. También es muy buen recurso la gelatina para hacer un aspic de verduras y servirlo como guarnición.
Del sashimi al ceviche
Si quedan restos de pescado, nada mejor que hacer unas conchas de bechamel. Se llaman ‘conchas’ porque el recipiente donde se vierte la bechamel de pescado es el exterior de las vieiras (que se pueden encargar en las pescaderías). Una vez rellenas se espolvorean con un poco de queso rallado, se pone algo de mantequilla y al horno: es una cena deliciosa. También se pueden utilizar cazoletitas tradicionales. Los restos de pescado crudo cuando hemos tomado sashimi o sushi, harán un excelente ceviche para tomar, por ejemplo, de aperitivo. Si los huevos van a caducar y no tienes tiempo de prepararlos, no dudes en cocerlos hasta que estén duros: así se conservarán varios días más y será un estupendo ingrediente para terminar otros platos o formar parte de ellos.
Paella y carnes
Con los restos de paella hay dos opciones: recalentada, si se churrusca un poco, está deliciosa. Aunque también se pueden hacer flanes pequeños (con un vaso de vino pequeño como molde) y recubrirlos de mayonesa o salsa rosa para hacer un plato diferente. La carne asada se puede hacer filetes y empanarlos: dará otro aspecto a la carne si se acompaña de unas buenas patatas fritas. También puede desmenuzarse para preparar una empanada o elaborar un risotto. Ésta última fórmula italiana resulta un magnífico recurso para aprovechar las sobras, porque admite casi todo tipo de alimentos en pequeñas porciones.Si es sólo salsa de carne puede servirnos para aderezar espaguetis, arroz tipo risotto como decíamos o hacer unos huevos al plato si le añadimos además unos guisantes y un poco de pimiento rojo.
Esas dulces frutas
Si ves que se van a estropear, la compota es una maravillosa solución ya que en almíbar y guardada en la nevera durará mucho más. Y, por supuesto, otra opción será hacer mermelada (cada tipo de fruta requiere un tratamiento diferente, mirar bien la receta) y esterilizarlo convenientemente si se va a almacenar.Los sobrantes de fruta, confitándolas con azúcar, se pueden utilizar para hacer un pudding, en el que podemos utilizar también pan duro o de molde si está a punto de caducar.