¿Cómo saber si estamos con la persona correcta? ¿Cómo estar seguros de si hemos elegido bien o si todo se irá al traste en unos años? ¿De verdad el amor puede durar toda la vida? Estas y otras preguntas nos invaden cuando estamos en una relación de pareja y vamos a dar un paso importante, ya sea tener hijos, mudarnos o casarnos.
Independientemente de si estás de acuerdo con que hay una persona indicada para cada uno, puede resultar difícil darse cuenta o estar seguro de si nuestra pareja es "nuestra persona" o si, por el contrario, debemos seguir buscando y encontrar algo mejor.
Vamos a ver algunas de las señales que pueden ayudarte a dilucidar si realmente tu amorcito te conviene y debes seguir apostando por él o ella o si has de alzar el vuelo y encontrar otro nido más acorde a ti.
Todo fluye
Aunque tengáis vuestras peleas, la relación fluye y es bastante fácil. Os ponéis de acuerdo con facilidad, no os cuesta hacer planes, entendéis los puntos de vista y percepciones del otro y los aceptáis. Si, por el contrario, las discusiones y conflictos son vuestro pan de cada día, tu pareja no es la indicada.
Tu cerebro cambia
Un indicador seguro de que esa persona es para ti y de que lo que sientes es amor es que piensas mucho en ella cuando no está cerca. Un estudio de 2005 realizado por investigadores de la Universidad Stony Brook de Nueva York sugiere que esto se debe a que el amor real y el apego genuino alteran realmente las reacciones bioquímicas que tienen lugar en el cerebro.
Cuando piensas en tu persona, obtendrás una oleada de dopamina, un neurotransmisor que aumenta la felicidad, además de una iluminación de los centros de recompensa del cerebro.
O sea, que si estás por ejemplo en el trabajo sin tu amor y piensas en él y te pones feliz, es que es el indicado.
Sois 'nosotros'
En un estudio de 2002, psicólogos de la Universidad de Texas descubrieron que aquellos que se sienten profundamente conectados con su pareja son más propensos a usar pronombres plurales en vez de personales. Es decir, el "yo" da paso al "nosotros". Por ejemplo:
–¿Qué harás estas vacaciones?
–Pues iremos a la playa.
Incluiros como un todo, un núcleo indivisible, en algunos aspectos, indica que es la persona, sin duda.
Estás dispuesto a luchar
Sólo aquel que no sabe del amor cree que éste es un camino sencillo y que conseguir que se afiance sucede por arte de magia, como en las películas americanas. Sin embargo, y tal y como asegura Fromm en El arte de amar, el amor no es una emoción sino una capacidad que puede desarrollarse, y que está íntimamente ligada a la responsabilidad, el respeto y el cuidado de los demás. Esto es, con verdadero conocimiento de lo que realmente necesita y desea la otra persona. Es decir, que el amor requiere esfuerzo. Y si no estás dispuesto a esforzarte por luchar por tu relación, no tengas duda: no es tu persona.
Te sacrificas felizmente
Ojo, que haya que esforzarse y hacer sacrificios por el amor, como se detalla en el punto anterior, no significa que los hagamos a disgusto. De hecho, nos cuesta pero lo hacemos encantados, porque es nuestra responsabilidad, porque queremos realmente a esa persona y creemos realmente en la relación.
Un estudio de 2015 llevado a cabo por psicólogos de la Universidad de Kobe en Japón, descubrió que las parejas en las que estos esfuerzos y sacrificios brillaban por su ausencia tenían muchas más probabilidades de fracasar en un periodo corto de tiempo.
Es tu principal apoyo
Si sientes que tu pareja te admira, te respeta y te anima a cumplir y alcanzar tus sueños y metas y tú haces lo mismo con ella, sin duda estáis hechos el uno para el otro.
Las relaciones más felices se basan en el respeto mutuo, por lo que incluso si ambos tienen intereses diferentes que desean perseguir, la pareja estará allí para alentarlos y apoyarlos. Si no es vuestro caso, a otra cosa mariposa.
No todo es sexo
Naturalmente, el sexo juega un papel muy importante en una relación sana, y sentirse físicamente atraído y satisfecho por la otra persona es esencial. Sin embargo, en una relación perfecta y adecuada el sexo no ocupa, para nada, el primer lugar.
De hecho, puedes ver si tu relación va mal si mantener relaciones sexuales es lo único que hacéis juntos. Una pareja es mucho más que compartir momentos de cama.
Y esto es, a grandes rasgos, todo, lector. Esperamos haberte ayudado a tomar una buena decisión.