Bienestar

Injerto capilar: qué debes tener en cuenta antes de hacértelo

No todas las personas pueden someterse a un injerto capilar y además hay varios métodos que dependen de algunos factores. Te lo explicamos todo

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Hacerse un injerto capilar se ha convertido en los últimos años en un método muy popular tanto entre hombres como entre mujeres. De hecho, el número de intervenciones de este tipo en España se ha multiplicado por tres en el último año y cada vez son menos las personas que viajan a Turquía y deciden quedarse en nuestro país para realizarse este tratamiento capilar.

Este incremento se debe al rotundo éxito de este tipo de procedimiento médico como tratamiento definitivo contra la alopecia. Además, también hay que tener en cuenta la calidad de la sanidad española, que se sitúa entre las mejores del mundo, y la importancia de un buen seguimiento durante el postoperatorio.

La pérdida de cabello es algo cada vez más preocupante para los españoles y está dejando de ser tabú ponerle remedio. Tanto hombres como mujeres recurren a especialistas para tratarlo de manera óptima. Según Toni Santos, director de la clínica Aderans | Bosley, “el 40 por ciento de los hombres experimentan algún tipo de pérdida de cabello a los 35 años. La causa más común es la alopecia androgénica, o calvicie de patrón masculino, que se caracteriza por un cabello que se va miniaturizando, hasta que desaparece bien por la frente, coronilla o ambos”. 

Además, “más del 25 por ciento de las mujeres experimentan algún nivel de pérdida de cabello antes de los 50 años. Para muchas de ellas, el cabello es una parte importante de su belleza y la imagen que tienen de sí mismas. Sin embargo, como pierden el pelo de forma diferente a los hombres, puede ser frustrante encontrar respuestas”. Uno de los métodos más utilizados es hacerse un injerto capilar que nos permita conservar, fortalecer, engordar y hacer crecer el cabello, tanto masculino como femenino. Pero hay algunas cosas importantes que debemos conocer antes de realizarnos uno de estos tratamientos.

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Cada vez más hombres y mujeres se someten a un injerto capilar en España.Pixabay

Qué es un injerto capilar

El trasplante capilar es un procedimiento que consiste en trasplantar folículos pilosos de una zona de la cabeza (la zona donante) a la zona de adelgazamiento (la zona receptora). Los folículos sanos de tamaño completo y de crecimiento vigoroso se trasladan del cuero cabelludo donante a las zonas de adelgazamiento para aumentar la densidad del cabello en crecimiento.

Es importante acudir siempre a un profesional cualificado. Hoy en día hay diferentes técnicas de restauración capilar dependiendo de cada caso para solucionar su problema. Analizarlo de manera individual y elegir la mejor técnica es fundamental para que el resultado sea el mejor. Tanto los hombres como las mujeres experimentan alopecia androgénica o patrón de calvicie. 

Como explica Toni Santos, “el estrés puede hacer que los folículos pilosos entren prematuramente en la fase de reposo y luego se caigan. La carencia de vitaminas o cambios en los niveles hormonales pueden provocar adelgazamiento del cabello”. 

Calidad del folículo piloso

La efectividad de un microinjerto capilar depende de una correcta evaluación tanto de la zona donante como del área receptora. Esto consiste en determinar la calidad del folículo piloso y el área de la cabeza con mayor densidad, es decir, la menos afectada por la alopecia. Esta zona suele ser la de la nuca, aunque también pueden identificarse otras zonas del cuero cabelludo.

El diagnóstico previo determina cuántas unidades foliculares se pueden implantar, teniendo siempre en cuenta que no se pueden extraer más unidades foliculares de la zona donante que las que permite la propia zona, o el resultado final no será el esperado. A esto debemos sumarle que el paciente debe tener un buen estado de salud, por lo que en la clínica le deberían hacer una analítica y un chequeo que lo corrobore.

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El éxito de un injerto capilar depende de un buen diagnóstico previo.Pixabay

Tipos de injerto capilar

Técnica FUE. Se trata de una técnica mínimamente invasiva en la que los injertos de unidades foliculares (que pueden contener de 1 a 4 folículos) se extraen de manera individual de la zona donante del paciente y se trasplantan individualmente a la zona a restaurar creando, gracias a una depurada técnica, líneas de cabello naturales.

Método FUSS o FUT. Es una forma permanente de restaurar el aspecto natural de su cabello que consiste en extraer todos los injertos de una tira de la zona donante dominante de la parte posterior de la cabeza. A continuación, y tras una cuidadosa preparación por parte de nuestros técnicos, se preparan estos injertos individualmente para trasplantarlos a la zona donante.

BioGraft™. Hablamos en este caso de la asociación de dos técnicas para ayudar a aquellas personas en las cuales un trasplante capilar no es la mejor solución a su problema. Así, combina las prótesis capilares con la Extracción de Unidades Foliculares (FUE).

Injerto sin rapar. Es una técnica cada vez más solicitada puesto que el paciente al día siguiente nadie aprecia que ha sido operado.

También existe la posibilidad de realizar una prótesis capilar o sistema de integración, piezas que han sido confeccionadas con una base donde se han anudados cabellos naturales. Se mimetiza con el propio cabello y cubre zonas concretas del cuero cabelludo. Se combina a la perfección con el pelo para lograr naturalidad y un acabado indetectable.

Esto hay que complementarlo con tratamientos capilares, “la opción natural para cualquier persona que luche contra el cabello fino, debilitado o con poco volumen. Tanto si ya se sufre la caída del cabello, como si se busca la prevención del mismo o soluciones para ayudar a que vuelva a crecer” es una buena elección.

Cuidados tras el injerto

La intervención suele ser ambulatoria y el paciente se marcha a casa nada más terminarla, pero deberá tener algunos cuidados y las revisiones pertinentes para que no se produzca ningún problema. El tratamiento contra la alopecia no termina con el proceso quirúrgico, sino que también requiere la protección del cuero cabelludo principalmente durante las primeras semanas después de haber finalizado la intervención. 

Es necesario evitar la exposición prolongada al sol y el uso de productos químicos sobre el cabello, así como evitar infecciones y mantener una buena higiene de esa zona. Hay que tener paciencia porque los resultados finales -antes iremos viendo paso a paso la mejora, pero no la definitiva- no suelen verse hasta un año después de la intervención.

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