Los superalimentos no son alimentos milagrosos. Hablamos de alimentos que cuentan con un alto valor nutricional, ricos en antioxidantes, grasas saludables o vitaminas. Aunque para muchos es un producto de moda y marketing, lo cierto es que son una buena fuente de salud si se incluyen en una dieta saludable y equilibrada. Pero, ¿es oro todo lo que reluce en el mundo de los superalimentos?
Para comenzar, debemos saber que no existe una definición ‘oficial’ de la palabra superalimento y la Organización Mundial de la Salud tampoco incluye esta palabra al hablar de grupos de alimentos con un alto contenido en vitaminas, ácidos, minerales y proteínas que aportan beneficios a la salud.
Aunque se puede pensar que son alimentos de nueva creación, lo cierto es que todos llevan siglos cosechándose (como, por ejemplo, la quinoa, tan de moda en los últimos años) y hasta han sido utilizados en culturas milenarias tanto en alimentación como en medicina tradicional. Ante esto, pueden surgir muchas dudas sobre si es bueno o no tomar este tipo de alimentos, por lo que debemos conocer algunos mitos y verdades de estos productos.
Son beneficiosos para la salud
Verdad. Todos son ricos en antioxidantes, polifenoles y vitaminas que favorecen el retraso del envejecimiento, el sistema inmune (algo que previene que nos contagiemos de virus e infecciones) y tienen efectos antiinflamatorios. Además, muchos de ellos nos proporcionan mayor energía para afrontar el día y previenen y combaten enfermedades cardíacas y otras de tipo crónico, gracias a su baja densidad calórica.
Son bajos en calorías
Verdad. Los superfoods son bajos en calorías y además ricos en fibra, por lo que pueden ser incluidos en dietas para adelgazar gracias a su poder para desintoxicar el organismo y ayudar a tener mejores y más rápidas digestiones. Eso sí, no evitan enfermedades como la obesidad por sí mismos, deben siempre estar incluidos en una dieta saludable y completa.
Los superalimentos sustituyen a otros alimentos
Falso. Como hemos dicho, no son alimentos milagrosos y debemos incluirlos en una dieta completa y equilibrada. Un superalimento no puede sustituir a otros sino que debe ser complementario. Además, debemos seguir tomando frutas, verduras, carnes y pescados para llevar una alimentación saludable. De hecho, los nutrientes de los superalimentos no se asimilan solo con comerlos. Algunos de ellos necesitan ser combinados con otros alimentos para lograr absorber todas sus propiedades.
Pueden tomarlos los veganos
Verdad. Aquellas personas que siguen dietas veganas o vegetarianas tienen que tener especial cuidado para consumir las cantidades necesarias de minerales y vitaminas en su alimentación diaria. Por esto, los superalimentos son ideales ya que están presentes en frutas, cereales y verduras y suplen cantidades importantes de proteínas o fibra que normalmente aparecen en productos como la carne, el pescado o los lácteos que no están incluidos en las dietas veganas o vegetarianas.
Por ejemplo, la chía es rica en fibra y vitamina C, y nos aporta siete veces más Omega 3 que el salmón, pero hay que tomarla en cantidades más grandes. Se pueden añadir en muchas elaboraciones como ensaladas, yogures, zumos o batidos, entre otros. También hay una lista de superalimentos que pueden ser consumidos por personas intolerantes al gluten.
Tienen propiedades curativas
Falso. Es esencial entenderlo porque algunos mitos hablan de que los superalimentos pueden ‘curar’ enfermedades como el colesterol alto o incluso el cáncer. Como siempre, llevar una alimentación equilibrada y sana y hacer ejercicio varias veces por semana puede ayudarnos a tener una mejor salud general, pero los superalimentos no curan ningúna enfermedad. Dejemos eso a la Ciencia y la Medicina.
Mejor consumirlos crudos
Verdad. Estos productos deben consumirse en crudo o en su estado natural o con la mínima cocción posible. Así es como mantienen sus propiedades intactas y se facilita su absorción por el organismo. Por eso, lo ideal es incluirlos en ensaladas, desayunos, batidos o pokes variados.
La chía tiene ‘poderes’
Falso. Esta semilla contiene una gran concentración de ácidos grasos como el Omega 3, pero debemos saber que hablamos de 17 gramos de Omega 3 por cada 100 gramos de chía. Es raro que alguien tome 100 gramos de chía en una única comida, por lo que ante esto quizá es mejor tomar salmón, con mayor repercusión en nuestra dieta que una cucharadita de chía, que es lo que se consume habitualmente en un yogur o un porridge.
Son muy caros
Verdad… a medias. Hay algunos de los considerados superalimentos que sí que tienen un coste muy elevado al proceder en su mayoría de países lejanos y que tampoco son fáciles de encontrar en España salvo en tiendas especializadas. Es el caso del açai, del yuzu o del Kahi Nam, conocido como caviar verde. Pero hay otros como la chía (una bolsita de chía puede durarte varios meses aún echándola a diario en tu bowl de desayuno y merienda), el aguacate o la avena (la encontrarás en cualquier supermercado).
Son solo cereales y especias
Falso. Hay una gran variedad de alimentos incluidos en el grupo de los superfoods que van desde las frutas a verduras, legumbres y lácteos. Los más relevantes (y más fáciles de encontrar) son:
- Frutas: granada, bayas, arándanos, frambuesas, fresas, baya de goji, uvas.
- Frutos secos: nueces, almendras, cereales.
- Legumbres: judías rojos, cacao, garbanzos.
- Verduras: brócoli, espinacas.
- Algas: espirulina, chlorella.
- Productos lácteos: kéfir.
- Hierbas: jengibre, ginkgo biloba, té.
- Productos apícolas: miel, jalea real.
Espirulina para perder peso
Falso. Aunque tiene un gran contenido proteico al que se le han atribuido propiedades adelgazantes, lo cierto es que es el mismo que encontramos en una pechuga de pollo, por ejemplo. La OMS solo recomienda su uso en casos de desnutrición severa, como puede ocurrir en algunos países en vías de desarrollo, pero no en nuestro país.
Arándanos para cuidar el corazón
Verdad. Son un superalimento al que se le atribuyen propiedades para reducir el riesgo de accidente cardiovascular. Un estudio llevado a cabo en 2012 aseguró que los participantes que consumieron tres o más porciones de arándanos por semana tenían un riesgo un 32 por ciento menor de sufrir un ataque al corazón que aquellas que solo las tomaron una vez al mes.