Dicen que el desayuno es la comida más importante del día, y aunque esto aún genera debate entre algunos expertos, son muchos los que aseguran que para empezar el día es necesario romper el ayuno llevado a cabo durante la noche con una cuidada alimentación. Sin embargo, esto no siempre es fácil. Y no solo por aquellos que optan por algo rápido y ligero, sino también por quienes eligen alimentos inapropiados que pueden poner en riesgo la salud.
Desde hace tiempo, esta comida se ha convertido en una preocupación para los expertos que advierten del gran número de personas que no realizan un desayuno saludable y optan por uno compuesto por alimentos con pocos nutrientes o difíciles de digerir.
Una elección, en ocasiones justificada con las prisas y la falta de tiempo, e incluso con la pereza, que puede entorpecer nuestro ritmo diario e incluso ocasionarnos problemas como cansancio, malestar o sensación constante de hambre.
Las claves del desayuno perfecto
Aunque es cierto que no existen un desayuno perfecto concreto, expertos e instituciones insisten en la necesidad de incluir en la primera hora del día alimentos que proporcionen los nutrientes y la energía necesaria.
Tal y como señala la Fundación Española de la Nutrición (FEN), “el desayuno debe incluir al menos tres grupos de alimentos y se recomienda completar con un cuarto, ya que la combinación de todos ellos aporta al organismo hidratos de carbono complejos, fibra, proteína, agua y una adecuada cantidad y calidad de grasa contribuyendo además a cubrir las necesidades de vitaminas y minerales”.
Aunque muchas generaciones han crecido con la creencia de que un buen desayuno es aquel compuesto por cereales azucarados, bollería, zumo de naranja, tostadas con mermelada y leche con cacao edulcorado, lo cierto es que en los últimos años esta tendencia ha cambiado.
Así lo asegura la doctora Monique Tello de la Universidad de Harvard que critica el consumo de estos alimentos cargados de grasas y azúcares: “Para las células de nuestro cuerpo, un tazón de cereales, un bagel, una tostada o un muffin no son diferentes a un postre. Los carbohidratos y los azúcares procesados aumentan los niveles de azúcar en sangre y de insulina, que lleva con facilidad toda esa glucosa a las células grasas y la convierte en energía almacenada o, lo que es lo mismo, a grasa corporal”.
Los alimentos que debes evitar en tu desayuno
Así, para poder realizar un desayuno saludable, que nos ayude a mantenernos sanos y en forma, es importante conocer cuáles son esos alimentos que los expertos recomiendan evitar durante las primeras horas del día.
- Zumos de frutas: aunque la creencia popular apunta a los beneficios de los zumos de frutas, los expertos advierten de la gran cantidad de azúcares que tienen y, en el caso de los zumos comerciales, también de aditivos. Aunque siempre será mejor la versión natural que la envasada, en los últimos años, los estudios recomiendan consumir la fruta entera en lugar de en zumos en los que se desecha la pulpa, donde se encuentra la fibra, ocasionando un pico de azúcar por una mayor asimilación por parte del organismo.
- Bollería industrial: este tipo de alimentos forman parte de los denominados ultraprocesados, ricos en grasas, azúcares y aditivos, son señalados por autoridades como la Organización Mundial de la Salud (OMS) como parte responsable de algunas enfermedades como las cardiovasculares, la obesidad, o la diabetes.
- Carnes procesadas: alimentos como el beicon, las salchichas o los embutidos, tan típicos en los desayunos de muchos países, cuentan con grandes cantidades de grasas saturadas y sales que, además de convertirse en auténticas bombas de calorías, son perjudiciales para la salud, tal y como señalan los expertos.
- Cereales azucarados: de gran popularidad gracias a grandes campañas de marketing, muchas generaciones ha comenzado sus mañanas con un tazón de cereales. Una buena elección si se opta por versiones naturales, sin azúcares ni sabores.
- Yogures de sabores: otro alimento muy presente en los desayunos, y en las meriendas de los niños, son los yogures de sabores, que cuentan con grandes cantidades de azúcares. Siempre es preferible la opción natural sin edulcorar.
- Pan blanco: en los últimos años, los expertos desaconsejan el consumo de pan blanco en favor de la versión integral. Así, señalan a la importancia de evitar las harinas refinadas que contienen hidratos de carbono de absorción rápida, que provocan picos de glucosa en sangre.