Cada vez son más las personas que, dispuestas a cuidar de su salud, cuidan al máximo su alimentación. Y es que, sin obviar los avances de la ciudad en temas de bienestar, no debemos olvidar que existen numerosos alimentos que, gracias a sus propiedades, ayudan a combatir enfermedades. Es el caso de la miel, un producto natural apreciado por su dulce sabor o las fresas, una de las frutas más deseadas de la primavera. Pero además, queremos hablarte del chocolate, un delicioso ingrediente con innumerables beneficios.
Utilizado por antiguas civilizaciones, como la maya o la azteca, con fines medicinales, e incluso como alimento energético antes de una batalla, al chocolate también se le atribuían propiedades espirituales.
A lo largo de los siglos, el chocolate se ha utilizado para curar o aliviar algunas enfermedades. Un ‘poder’ que la ciencia ha podido confirmar en muchos casos. Y es que, según los expertos, el consumo moderado de este alimento puede ayudar con numerosos problemas de salud.
Las enfermedades que el chocolate ayuda a combatir
Tal y como señala la Fundación Española de la Nutrición (FEN), el chocolate es un alimento rico en grasa y azúcares (sobre todo en las opciones más comerciales, aunque afortunadamente, cada vez existen alternativas más naturales), “por lo que su contenido energético suele ser elevado”.
Fuente de minerales como fósforo, magnesio, hierro y potasio, el chocolate es rico en catequinas (flavonoides) que le confieren un admirado poder antioxidante. Y es que, más allá de tener un delicioso sabor, a este alimento se le atribuyen grandes beneficios para la salud.
Te contamos cuáles son las enfermedades que el consumo de chocolate, dentro de una dieta sana y equilibrada, podría ayudar a combatir:
-Hipertensión: tal y como señala un estudio reciente publicado en la revista ‘Nature Scientific Reports’, el consumo de chocolate negro puede ayudar a reducir los niveles altos de tensión, e incluso el riesgo de coágulos sanguíneos. Un dato que confirma los beneficios cardiovasculares de este alimento, y que podría ser un gran paso en el desarrollo de terapias para el tratamiento de la hipertensión. Así lo asegura el Dr. Rigved Tadwalker, cardiólogo en el Providence John´s Health Center de Santa Mónica: “Las conclusiones de este estudio son muy prometedoras para la prevención de la hipertensión”.
-Hipercolesterolemia: aunque algunas variedades de chocolate, ricas en grasas y azúcares, pueden afectar negativamente al colesterol, el chocolate negro, aquel con un mayor porcentaje de cacao, puede ayudar a reducir los niveles del llamado ‘colesterol malo’.
-Diabetes tipo 2: según señala la Sociedad Española de Nutrición, “los flavanoles, una subclase de flavonoides con propiedades antioxidantes, del cacao podrían ayudar a retrasar la progresión de la diabetes tipo 2 al frenar la pérdida de masa y función de las células beta del páncreas causada por esta enfermedad”.
-Problemas dentales: aunque puede ser un enemigo cuando se consume en exceso, principalmente las versiones procesadas con grandes cantidades de azúcar, el chocolate cuenta con un compuesto químico, la teobromina, que puede reducir la aparición de caries y la sensibilidad dental.
-Estrés: según los expertos, consumir chocolate ayuda a reducir el cortisol, la hormona del estrés. Además, cuenta con triptófano, necesario para la formación de serotonina, un neurotransmisor que influye en el estado de ánimo.
-Enfermedades cerebrovasculares: son muchos los efectos que, según los estudios, tiene el chocolate en nuestro cerebro. Es el caso de las investigaciones que confirman que la ingesta de cacao mejora las funciones cognitivas, o el artículo, publicado en la revista ‘Journal’ de la American College of Cardiology, que asegura que el consumo regular de este alimento puede reducir el riesgo de sufrir un ictus en un 20%.
-Problemas en la piel: gracias a sus propiedades antioxidantes y a los efectos antiinflamatorios de minerales como el potasio, el hierro, el cobre o el magnesio, el chocolate ayuda a mantener la piel sana y aumenta la fotoprotección interna.
