Tal y como señalan los expertos, la alimentación es clave para poder disfrutar de una vida sana. Así, recomiendan llevar una dieta diaria variada y equilibrada que incluya todos los nutrientes que el organismo necesita para su correcto funcionamiento. Alimentos como el aceite de oliva, uno de los ingredientes más beneficiosos para la salud; la miel, consumido desde la antigüedad por sus buenas propiedades nutricionales; y otros más sorprendentes como el romero, una hierba aromática admirada por sus propiedades.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la dieta no pueden faltar verduras y frutas, que deben suponer una parte importante de nuestra alimentación. Frutas como la manzana, una de las más conocidas y consumidas que, además, es considerada un tesoro nutricional que ayuda a combatir algunas graves enfermedades.
Las enfermedades que las manzanas ayuda a combatir
Tal y como señala la Fundación Española de la Nutrición (FEN), se cree que las manzanas ya se consumían en la prehistoria, tal y como demuestran los restos arqueológicos. Esta fruta destaca por su aporte de potasio y de vitamina C, pero también cuenta con una potente actividad antioxidante: “Aporta cantidades importantes de flavonoides diversos como flavonoles, catequinas y procianidinas”.
Bajas en calorías, tan solo 53 calorías por cada 100 gramos, las manzanas aportan hidratos de carbono “y contienen importantes apreciables de fibra, tanto soluble como insoluble, siendo esta última la más abundante”, señala la FEN.
Unas importantes y admiradas propiedades que hacen que las manzanas ayude a combatir algunas de las enfermedades que más afectan a la población:
-Enfermedades cardiovasculares: tal y como señala un estudio de la Universidad de Harvard, el consumo regular de manzanas está asociado con una reducción del riesgo de enfermedades cardiacas y accidentes cerebrovasculares. Según la investigación, los fitoquímicos presentes en esta fruta, combinados con la fibra pectina, pueden proteger contra el daño de los radicales libres en el corazón y en los vasos sanguíneos, protegiéndonos de enfermedades cardiovasculares.
-Diabetes tipo 2: el citado estudio también señala que gracias a su actividad antioxidante, las manzanas pueden proteger las células del páncreas, lo que tendría un impacto positivo en la prevención de la diabetes tipo 2.
-Hipercolesterolemia: los investigadores de la Universidad de Harvard también reconocen que las manzanas, gracias a la pectina, una fibra soluble que ayuda a prevenir el estreñimiento, ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL (conocido como colesterol malo’). Y es que esta fruta es rica en pectina, que actúa disminuyendo la absorción de grasas que provienen de la alimentación.
-Obesidad y sobrepeso: según los expertos, el consumo de manzanas también está relacionado con un menor riesgo de obesidad y sobrepeso. Gracias a su aporte de agua y su alto contenido en agua (el 85,7 % de su composición), es un gran aliado para adelgazar.
-Hipertensión: las manzanas también ayudan a controlar los niveles de tensión. Son ricas en potasio, un mineral que facilita la eliminación del exceso de sodio del organismo, uno de los mayores enemigos de la presión arterial.
-Problemas digestivos: la pectina presente en las manzanas desinflama la mucosa digestiva favoreciendo dolencias como la colitis, el colon irritable y otros problemas intestinales. Los compuestos prebióticos de esta fruta alimentan las bacterias beneficiosas en el intestino, mejorando la microbiota intestinal. Pero además, favorece la digestión y la eliminación de líquidos y toxinas del organismo.
-Enfermedades neurodegenerativas: tal y como señalan diferentes estudios, el consumo regular de manzanas podría tener efectos protectores contra algunas conocidas enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. Según las investigaciones, los antioxidantes y fitonutrientes de esta fruta estimulan la generación de nuevas neuronas, un proceso denominado neurogénesis.