El amor propio es la relación que tenemos con nosotros mismos. Es además conocerse y aceptarse tal y como somos. Con el arranque de la primavera, es una buena época para rendirle homenaje a este gran sentimiento que, mayoritariamente se celebra de forma material, entregando amor a nuestras parejas o seres queridos, aunque muchas veces tenemos amor para dar a los demás pero, ¿qué pasa con uno mismo?
El amor propio es fundamental para una salud mental y emocional buenas, ya que influye en la autoconfianza, la capacidad de afrontar los retos que se ponen por delante y la relación que establecemos con los demás. Se construye desde la infancia y la adolescencia, pero también se puede modificar y reforzar a lo largo de los años.
Desde la Escuela de Nutrición Emocional, nos recuerdan que el amor más puro, más sincero y profundo que podemos recibir, viene de nosotros mismos. "Y es que el ser humano en su parte esencial es amor, paz, consciencia y luz, pero cada vez que nos desconectamos de esto muchas veces por falta de amor propio y de autocuidado, comenzamos a sentirnos incómodos, ya que hemos salido de nuestro centro”, comentan desde la escuela. Una persona con amor propio es una persona que se quiere, se respeta y se acepta tal como es, con sus virtudes y sus defectos.
Trabaja el amor propio
Pero ¿cómo podemos reconectar con nosotros mismos y comenzar a trabajar en amarnos? Estos son los puntos que nos comparten desde la Escuela de Nutrición Emocional:
La aceptación
Una de las bases más importantes para comenzar a trabajar en nuestro amor propio es la aceptación ya que es la base de la transformación. Es importante entender que cada uno tiene la vida que necesita y la que, de una u otra manera, hemos elegido y creado. No tiene sentido compararse con alguien que es completamente diferente a ti, que ha tenido otra vida, historia, experiencias, aprendizajes, educaciones y sensaciones.
Confía que todo lo que te ha pasado, te está pasando y te pasará es lo mejor para ti, aunque en el momento no lo sientas así. De esta forma tienes en tu mano el poder de cambio, de guiar tu vida hacia donde tú quieras, y no pensarás que como no te ocurrió lo mismo que las otras personas, tu no podrás conseguirlo.
Entender que la felicidad depende de nosotros mismos
Muchas personas viven con la sensación de ser siempre víctimas y podríamos enumerar todo lo que nos hace sentir así y dando un enorme poder a nuestras circunstancias externas, olvidándonos de lo más importante: nuestras circunstancias internas.
Vivir la vida desde una posición de víctima puede ser cómodo, ya que ponemos todo el poder y la responsabilidad fuera, pero desde este lugar nunca nos sentiremos en calma y plenos con nosotros mismos. Poner nuestra felicidad o infelicidad en manos de otros es un reflejo de estar completamente desconectados de nuestro propio poder interior.
Ser más delgado no te hará quererte más
Tu cuerpo es tu casa, tu templo, cuídalo. No por pensar que vas a cambiar la esencia, sino porque lo quieres y lo respetas. La idea es comenzar a reconectar con lo que realmente somos, redescubrir nuestra esencia que está ahí, siempre lo ha estado, y estemos como estemos, no cambia. El usar una talla 38 o una 48 no te hace ni mejor ni peor persona, ni más ni menos especial, ni te entrega mayor o menor valía.
El secreto de un cambio real y permanente consiste en ser capaces de mirar nuestro fondo sin distraernos con la forma. Una vez descubierto el fondo, y desde la libertad, consciencia, amor y respeto, podemos hacer cambios en la forma. Tu esencia es maravillosa, e independientemente de tu peso, ya te mereces lo mejor.
Cuando nos desconectamos de nuestra esencia y caemos en los juegos de la mente, definiéndonos solo con nuestro físico, comenzamos a sentirnos mal, a estar ansiosos, angustiados e inseguros, ya que al perder la noción de que somos un todo siempre nos sentiremos incompletos, por lo cual nuestro aspecto físico nunca será́ suficiente. Si adelgazar solucionará nuestros problemas, el 80 por ciento de los pacientes operados de sobrepeso no recuperarían su peso inicial. El peso no nos define, somos mucho más y por eso tu esencia no reside en tus kilos, eres un ser integral y el peso es solo una parte de ti.
Beneficios del amor propio
Además, cuando comenzamos a amarnos a nosotros mismos, nuestro cuerpo deja de luchar y se relaja, disminuyendo el estrés y activando el sistema nervioso parasimpático, activando así también nuestra digestión, favoreciendo una correcta absorción de nutrientes y el desarrollo de masa muscular.
“Amarte a ti mismo es el mejor alimento para realizar mejoras en todos los niveles de tu vida, incluido tu peso. Al vivir diariamente en gratitud, desde el amor, la compasión y la paciencia, confiando en ti y en la vida, te irás acercando cada vez más a la plenitud de corazón y desde ahí́ serás cada vez más consciente de que tu cuerpo no merece más excesos ni más daños”, explican los expertos.
Te mereces respeto y tu cuerpo es perfecto tal como es: es tu templo, es quien te permite moverte en este mundo, es uno de tus mayores regalos. “Cuando comienzas a sentirlo así, bajar de peso es algo que sucede de forma inevitable, porque ya no necesitas esa grasa para protegerte ni para castigarte. Independiente de lo que pueda pasar fuera, tú estarás a salvo porque estarás en tu centro, contigo, en ti”, añaden.
Eres mucho más que un título, que una cuenta corriente, que un coche de último modelo y que todo lo que puedas llegar a imaginar. Cuando aprendas a mirarte con ojos de amor a ti mismo, con esos mismos ojos mirarás al mundo, y confiarás plenamente en el curso de la vida. “El amor es el antídoto para todo. El amor propio es la esencia de la plenitud de corazón”, concluyen.