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Sexo durante el embarazo: todo lo que necesitas saber

El embarazo es un periodo en el que surgen numerosas dudas y más si los padres son primerizos. Cualquier pequeño detalle es una preocupación y algunas de ellas pueden estar

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El embarazo es un periodo en el que surgen numerosas dudas y más si los padres son primerizos. Cualquier pequeño detalle es una preocupación y algunas de ellas pueden estar relacionadas con la posibilidad de tener o no sexo durante esos nueve meses de gestación.

Algunas parejas optan por no mantener relaciones sexuales en esa etapa por miedo o desconocimiento, pero hay que derribar mitos porque no solo es posible, sino también recomendable en el caso de las embarazadas.

A menos que el médico indique lo contrario, es bueno practicar sexo durante los meses de embarazo. Son muchos los padres que piensan que con la penetración o con el simple hecho de que la mujer tenga un orgasmo se puede dañar al bebé, pero esto es un mito que hay que desterrar de una vez por todas si se tiene un embarazo sin complicaciones.

Tampoco hará que aumenten las posibilidades de pérdidas o de un parto prematuro siempre y cuando, insistimos, que se trate de un embarazo saludable. Será el ginecólogo el que valore si es un embarazo de alto riesgo o si en alguna de las etapas es recomendable no mantener actividad sexual alguna. 

El feto está protegido por los músculos fuertes del útero y por el líquido amniótico, un fluido que rodea y amortigua al embrión y luego al feto en desarrollo en el interior del saco amniótico. Esto permite al feto moverse dentro de la pared del útero sin que las paredes de este se ajusten demasiado a su cuerpo, además de proporcionarle sustentación hidráulica.

También tiene la protección del tapón mucoso que se desarrolla alrededor del cuello uterino y que previene posibles infecciones. Que quede bien claro: el pene no llega nunca a entrar en contacto con el feto durante la penetración.

Según el estudio Sexualidad y Embarazo llevado a cabo por la Universidad de Vigo, “el 29 por ciento de las mujeres embarazadas manifiesta que casi siempre que mantienen relaciones sexuales durante el embarazo hay coito; un 28 por ciento dice que lo hay siempre; el 21 por ciento asegura que lo hay la mitad de las veces y el 14 por ciento que casi nunca lo hay”.

Además, el mayor porcentaje, un 34 por ciento, llega al orgasmo siempre que las mantiene, seguido de las que sienten orgasmo una de cada cuatro veces (26%). Nunca alcanzan el orgasmo con las caricias mutuas sin coito un 12 por ciento de las embarazadas.

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Durante el embarazo, la mujer puede experimentar cambios en el deseo sexual.Pixabay

¿Cambia el deseo sexual durante el embarazo?

Cada mujer es un mundo y algunas embarazadas notan cómo sus apetencias sexuales o su deseo sexual varía en algunas fases de ese periodo. Lo mejor es hablar con la pareja sobre las relaciones sexuales de manera abierta y encontrar otras maneras de satisfacer la intimidad que no tienen por qué ser únicamente con el coito o la penetración. Los besos y las caricias pueden ser tan placenteros y necesarios como el resto. 

Además, para algunas mujeres el coito se vuelve incómodo a medida que va cambiando su cuerpo y sobre todo en los últimos meses de gestación. En esas últimas semanas, cuando se acerca el momento del parto, son muchas las preocupaciones que asaltan a las madres primerizas y las emociones están a flor de piel, por lo que también pueden sentir que se pierde temporalmente el deseo sexual, algo que pasará.

Durante los primeros meses, puede suceder que la fatiga, las posibles náuseas o el dolor de pecho hagan que la mujer no disfrute tanto del sexo. Esos síntomas suelen desaparecer en el segundo trimestre por lo que ahí se puede ver cómo el deseo por mantener relaciones va en aumento y es totalmente normal.

Algo muy positivo es que durante el embarazo aumenta el volumen de sangre y la mayor parte del flujo sanguíneo se dirige a la zona de la pelvis, por lo que es probable que se llegue al orgasmo más fácilmente e incluso que sea más intenso.

La pareja también puede notar ciertos cambios en el deseo sexual al sentirse más preocupado ante la llegada de una nueva vida y nuevas responsabilidades e incluso puede pensar que la embarazada no se siente cómoda con el sexo evitándolo totalmente. Lo mejor, como siempre, la comunicación para ambos establecer esa confianza necesaria que ayude a entender qué pasa por la cabeza y el cuerpo de cada miembro de la pareja.

¿Hay que evitarlo en algún momento?

Siempre que el embarazo sea normal, no hay necesidad. Pero el ginecólogo puede recomendarte que evites las relaciones sexuales si tienes sangrado vaginal sin causa aparente, estás perdiendo líquido amniótico, el cuello uterino comienza a abrirse prematuramente, la placenta cubre parcial o totalmente la abertura cervical (placenta previa) o si tienes antecedentes de trabajo de parto prematuro o parto prematuro.

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La comunicación es clave en la pareja a la hora de afrontar miedos sobre el sexo.Pixabay

Sexo en las últimas semanas

No está demostrado que mantener sexo en las últimas semanas de gestación pueda adelantar el parto. Pero el semen contiene prostaglandinas, una sustancia que teóricamente puede hacer madurar el cuello del útero y facilitar el parto, aunque la cantidad que hay en la eyaculación es ínfima. El proceso que desencadena un parto es más complejo, por lo que se puede disfrutar hasta el final si se desea.

Las mejores posiciones

Como siempre, todo depende de la incomodidad que sienta la mujer, sobre todo en los últimos meses de gestación. En esa etapa final del embarazo, lo mejor es optar por posturas que no causen ningún tipo de presión sobre la barriga de la embarazada, como puede ser la postura del misionero. Al estar echada boca arriba, el peso del bebé puede presionar sus órganos internos o arterias principales provocando cierta incomodidad. 

Lo más adecuado es elegir posiciones en las que ella pueda controlar la velocidad y profundidad en el momento de la penetración (ella encima de su pareja, tumbados los dos de lado o con la mujer sentada en el borde de la cama, por ejemplo). La comunicación con la pareja es fundamental para dejarte fluir, decirle lo que te apetece o cómo te sientes en cada momento y cuáles son tus deseos en cada etapa del embarazo. Experimenta y busca qué es lo mejor para ti.

Si después de mantener relaciones sexuales se produjeran síntomas inusuales como dolor o sangrado o contracciones, lo mejor siempre es consultar al ginecólogo para que nos explique si es algo normal o no. 

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