Los anticonceptivos masculinos aún no son una realidad, pero ya hay algunos estudios y pruebas que se están llevando a cabo para desarrollar métodos que puedan usar los hombres para prevenir enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados. Desde la invención de la píldora anticonceptiva femenina en los años 60, las parejas que no desean tener hijos pueden llevar una vida sexual plena y autodeterminada, aunque la responsabilidad de ello recae casi en su totalidad en la mujer y esto es en parte porque hay muy pocos métodos anticonceptivos masculinos.
Sin embargo, hay estudios que demuestran que cada vez menos mujeres quieren asumir los efectos secundarios de la píldora, así como esa responsabilidad de la que hablábamos.
En un estudio reciente, We-Vibe junto con YLabs, institución de investigación estadounidense del Laboratorio de Innovación de Harvard, han explorado las cuestiones más importantes sobre el futuro de la anticoncepción masculina. Para ello, han entrevistado a más de 3.500 personas y a siete expertos en sexualidad de diferentes países.
En esta investigación se han analizado métodos anticonceptivos prometedores, los posibles obstáculos y las soluciones realistas para posibilitar un futuro con una cultura anticonceptiva igualitaria. El estudio muestra muy claramente que la mayoría de los hombres quiere compartir la responsabilidad y las posibilidades de que esto ocurra son realmente altas, ya que el aumento de la demanda está impulsando la investigación.
Anticonceptivos masculinos: ¿qué les parece?
En todo el mundo, el 78 por ciento de los hombres participantes en el estudio quiere compartir la responsabilidad de la anticoncepción con sus parejas y son positivos respecto a los anticonceptivos masculinos. Esta tendencia está siendo impulsada principalmente por los Millennials y la Generación Z que cada vez cuestionan más los roles y responsabilidades de género existentes.
El 83 por ciento de los encuestados atribuyen la responsabilidad de la anticoncepción a todas las partes implicadas, independientemente de su identidad de género. "Al final, todos se benefician de los distintos métodos anticonceptivos. Estos pueden reforzar la relación y la confianza y permitir a ambos miembros de la pareja disfrutar aún más de sus momentos íntimos. El buen sexo no es un camino de ida. Cuando ambos miembros de la pareja se sienten cómodos, con ganas y, sobre todo, seguros, el sexo puede convertirse en una experiencia compartida mucho más placentera", afirma Johanna Rief, responsable de Empoderamiento Sexual de la marca.
Miedo a los efectos secundarios
Aunque hay hombres muy interesados en tomar anticonceptivos, cuatro de cada diez en todo el mundo afirman que no tolerarían ningún efecto secundario, especialmente si pudiera afectar a su libido. También las mujeres encuestadas en el estudio dijeron que les resultaría difícil ceder la responsabilidad: tienen la preocupación de que su pareja no tome los anticonceptivos con regularidad. Lo que se necesita, por tanto, es un cambio cultural significativo en el que los hombres exijan y quieran usar anticonceptivos y las mujeres estén dispuestas a ceder parte de la responsabilidad.
Anticonceptivos masculinos del futuro
En la actualidad, el preservativo y la vasectomía son las únicas formas de anticoncepción disponibles para hombres. Ahora mismo se están estudiando en detalle dos métodos anticonceptivos masculinos con gran potencial:
- NES/T 3. Se trata de un gel que puede aplicarse sobre la piel y que reduce eficazmente el número de espermatozoides. El gel está compuesto de un tratamiento basado en hormonas que está diseñado para reducir la producción de esperma, pero sin afectar a la libido. John Reynolds-Wright, director del estudio de la Universidad de Edimburgo con este novedoso método anticonceptivo, ha explicado que se espera que el producto alcance una tasa de efectividad como la de la píldora anticonceptiva del 97 al 99 por ciento.
- RISUG4. Hablamos de una inyección no hormonal en los conductos deferentes que detiene la liberación de esperma. Este método viene siendo estudiado y probado desde 1984 en animales y humanos, y parece que se ha demostrado que podría ser un método de gran eficiencia y además sería indoloro y reversible. Podría estar disponible el año que viene. Se trata de inyectar dos sustancias, que al unirse forman un gel dentro del escroto, que forman un tapón e impiden el paso de los espermatozoides
Hasta ahora, ambos métodos han demostrado tener pocos o ningún efecto secundario. Este aspecto en particular será enormemente importante en el desarrollo de nuevos métodos para hombres. La seguridad sigue siendo uno de los mayores retos de la investigación de métodos anticonceptivos en general.
Al tratarse de productos que se administran a personas sanas y no se utilizan para tratar enfermedades, la tolerancia a los efectos secundarios es especialmente baja entre los organismos reguladores de la medicina, como la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
Estos estrictos requisitos de seguridad también explican por qué ninguna gran empresa farmacéutica ha estudiado aún los posibles anticonceptivos masculinos. La mayor parte de la financiación procede del gobierno y de organizaciones sin ánimo de lucro (por ejemplo, la Male Contraceptive Initiative).
Aumento de la demanda
Según un reciente informe de la ONU, la mitad de los embarazos en el mundo no son planificados. Los embarazos no planificados son más frecuentes en las regiones socialmente desfavorecidas y de bajos ingresos, ya que los anticonceptivos, por desgracia, no son baratos y las mujeres suelen correr con los gastos solas.
De media, las mujeres tienen un 68 por ciento más de gastos sanitarios privados que los hombres. La razón de esto radica en que los preservativos son considerablemente más baratos que otros métodos anticonceptivos para las mujeres. Según la Encuesta Nacional de Anticoncepción 2020 (Hábitos de la población femenina en relación al uso de los métodos anticonceptivos), en España, el método más utilizado por las mujeres como anticonceptivo es el preservativo (por un 31,3 por ciento de ellas), seguido de la píldora (un 18,5% de las mujeres encuestadas).
Además, el 49,9% de las mujeres de 15 a 49 años de edad afirma que le han informado y ofrecido alguna vez la posibilidad de utilizar alguno de los métodos de larga duración (DIU o implante).