El deseo sexual puede verse reducido por muchos motivos externos (estrés, problemas personales…) pero también internos de nuestro propio organismo. Las hormonas controlan todas las funciones del cuerpo humano incluyendo el sistema reproductivo, el inmune y el metabólico. Por eso, cuando los niveles hormonales descienden, bien sea debido al proceso natural del envejecimiento, al estrés, a los cambios en la dieta o a la menopausia, en el caso de las mujeres, conlleva una pérdida de la energía, la vitalidad, la libido y la salud.
Las hormonas del deseo sexual, son los estrógenos y la testosterona. En el caso de las mujeres, la libido cambia según la edad. Aumenta con el tiempo, alcanzando la madurez sexual hacia los 35 años, pero también puede disminuir con la llegada de la menopausia. Las mujeres jóvenes tienen más cantidad de éstas hormonas, por eso su interés por el sexo es elevado e intenso.
Los cambios hormonales que se producen durante el ciclo menstrual influyen de manera clara en la intensidad del deseo sexual, ya que en los días de ovulación hay un pico de estrógenos (mayor deseo). Cuando una mujer se queda embarazada, la libido también aumenta debido al aumento de las hormonas y después del parto, se segrega prolactina, hormona ‘anti deseo’ que en algunos casos puede hacer que sea menor. Durante la menopausia las hormonas se van reduciendo y esto es negativo para el deseo sexual.
Una reducción temporal del interés sexual no se considera disfunción sexual y puede estar causada únicamente por estrés, agotamiento físico o un exceso de trabajo o preocupaciones. Cuando esto se alarga en el tiempo es cuando debemos empezar a preocuparnos y consultar a un especialista en la materia.
Deseo sexual en los hombres
En el caso de los hombres, la testosterona es una hormona producida por los testículos. Ciertas afecciones, la toma de algunos medicamentos o lesiones físicas pueden llevar a niveles bajos de testosterona que hacen que la libido masculina se vea afectada y se produzca una disminución en el deseo sexual. El nivel de testosterona también disminuye naturalmente con la edad. Esto afecta incluso al estado de ánimo y hace que se produzcan cambios en la grasa corporal y la musculatura masculina.
La testosterona es además muy importante para mantener unos músculos y unos huesos más fuertes, ayuda al crecimiento del cabello, a producir espermatozoides y a aumentar la energía y la producción de glóbulos rojos. En los hombres, es a partir de los 30 a los 40 años de edad cuando el nivel de testosterona puede empezar a disminuir lentamente y eso sucede de una manera natural.
Entre los síntomas que pueden hacer saltar las alarmas se encuentran los problemas para tener una erección de manera fácil y habitual, problemas para conciliar el sueño, una disminución en la fuerza física, en la concentración y en la capacidad muscular así como un aumento de la grasa en el cuerpo aunque se practique ejercicio de manera habitual. Por supuesto, el síntoma principal es que hay una disminución importante en el deseo sexual a la hora de mantener relaciones sexuales.
Innovación para aumentar el deseo sexual
Enfocados en reestablecer ese equilibrio hormonal con el objetivo de ralentizar el proceso de envejecimiento humano y conseguir, con esto, una mejora de la calidad de vida, así como, la prevención de patologías diversas, existe una terapia innovador que se lleva a cabo con hormonas bioidénticas. Y te preguntarás: ¿eso qué significa?
Desde Clínicas Doctor Life nos explican que se trata de una especialización para ofrecer a los pacientes el tratamiento de reemplazo con hormonas bioidénticas, que consiste en utilizar hormonas biológicamente idénticas a las que se originan y crean en el propio cuerpo humano.
Este novedoso tratamiento se presenta como una alternativa más natural ya que las hormonas bioidénticas, a diferencia de las sintéticas, proceden, en primera instancia, de fuentes naturales y vegetales que después se modifican directamente en el laboratorio. Esto hace que sean más seguras para el organismo ya que no producen prácticamente ningún tipo de daño, agresión o efecto secundario.
Cómo funciona para aumentar el deseo sexual
La terapia se utiliza en aquellos pacientes que generan una cantidad inferior de hormonas a las habituales y necesarias en sangre, en concreto los estrógenos y la progesterona. Las terapias con hormonas bioidénticas se basan en recobrar el equilibrio de las hormonas más necesarias para el organismo como la DHEA (conocida como la hormona de la juventud), la testosterona (que ayuda a que el deseo sexual sea mayor), la pregnenolona (con efectos antidepresivos y ansiolíticos) el estradiol, la progesterona y la hormona tiroidea.
Beneficios del rejuvenecimiento hormonal
Los pacientes que se someten a terapias de reemplazo hormonal mejoran de forma significativa su salud y bienestar. En este sentido, es notable la reducción del nivel de colesterol, la protección ante patologías de carácter cardiovascular, la reducción de la grasa corporal, el fortalecimiento de huesos y músculos, la recuperación del apetito y excitación sexual, el aumento de la energía y vitalidad, así como la mejora de la sensación de bienestar y del estado anímico.
En el caso de los hombres además, presenta una mejora en la habilidad eréctil y una protección prostática mientras que, en las mujeres, la terapia hormonal ayuda considerablemente a reducir los problemas asociados a la menopausia. Según la doctora Rebeca García, médico especialista en endoscopia bariátrica, “este tipo de tratamientos ayuda a ralentizar ese declive repentino de nuestra salud física y mental que ocurre una vez superada la mediana edad. Es una forma de conseguir que esa transición sea poco a poco y menos perceptible”.
En cuanto a las patologías adversas, la terapia de rejuvenecimiento hormonal permite también reducir el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes, el cáncer de colon o el Alzheimer.
Cuánto dura la terapia
Entre los seis y 12 meses de terapia los pacientes notan esa recuperación física e informan de una sensación de bienestar y de mejora de su actitud vital. Se trata de un tratamiento médico que solo se debe usar bajo prescripción médica y tras pruebas diagnósticas concretas.