El infarto de miocardio, la insuficiencia cardiaca y la hipertensión arterial son algunas de las enfermedades cardiovasculares, una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Según los expertos, en España, afectan a más de 770.000 personas, posicionándose como la segunda causa de muerte. Una cifra que no mejora fuera de nuestras fronteras.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares provocan la muerte de 17,9 millones de personas al año, y son responsables del 32 por ciento de las defunciones en todo el mundo, muchas de las cuales podrían evitarse.
Ante este duro escenario, expertos e instituciones trabajan para mejorar los principales factores de riesgo de enfermedades como el infarto y la insuficiencia cardiaca, por ejemplo, buscando nuevos síntomas que puedan alertar de una posible dolencia relacionada o advertir del riesgo de sufrir un accidente cardiovascular.
Así, desde hace años, se conocen algunos síntomas comunes del infarto como el dolor en el pecho, la falta de aire o el dolor en el brazo en el caso del infarto; o de cansancio, pérdida de apetito, palpitaciones o dificultad para respirar en el caso de la insuficiencia cardiaca.
Ahora, un estudio desvela un nuevo síntoma, difícil de identificar, que podría advertir de un problema cardiaco como el infarto o la insuficiencia cardiaca.
El síntoma difícil de identificar que podría advertir del riesgo de infarto e insuficiencia cardiaca
Tal y como afirman investigadores de la Universidad de Michigan, la pérdida del sentido del olfato podría llegar a predecir el riesgo de que una persona desarrolle insuficiencia cardiaca.
Aunque hay que tener en cuenta que la pérdida de olfato es un proceso que, en muchos casos, se produce de manera natural con el paso de años, habitualmente a partir de los 60 años, los expertos apuntan que también podría señalar a alguna enfermedad, en este caso cardiovascular. Un síntoma común difícil de relacionar con una afección concreta.
Además, hace unos años, otro estudio señaló a este síntoma como un importante marcador de demencia, e incluso de un indicador en las primeras fases del Parkinson. Unos datos a los que ahora habría que añadir los relacionados con el riesgo de infarto y fallo cardiaco.
Para este estudio, publicado recientemente en la revista científica ‘Journal of the American Heart Association, los investigadores analizaron los datos de 2.500 personas del Estudio ABC de la Salud del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Estados Unidos. Se realizó un seguimiento de los participantes, adultos sanos con edades comprendidas entre 70 y 79 años, a los que se les comprobó su sentido del olfato, durante un máximo de 12 años o hasta que sufrieron un episodio cardiovascular o fallecieron.
Así, los investigadores analizaron los datos intentando encontrar una relación entre la pérdida de olfato y las afecciones cardiovasculares, entre ellas el infarto de miocardio, el ictus, la insuficiencia cardiaca congestiva, la angina de pecho o la muerte a causa de una cardiopatía coronaria.
En las conclusiones del estudio, los científicos apuntaron que las personas que presentaban pérdida olfativa tenían un riesgo de alrededor de un 30 por ciento superior de haber padecido fallo cardiaco durante el periodo que duró el estudio, en comparación con aquellos que no habían tenido este síntoma.
Según los expertos, todavía son necesarios más estudios similares para confirmar la relación de este síntoma con las enfermedades cardiacas. Sobre todo, teniendo en cuenta, que tras los trastornos del olfato pueden encontrarse muchas causas muy diferentes a las de un infarto o una insuficiencia cardiaca. Ante cualquier duda, lo mejor es acudir a un especialista que realizará una evaluación adecuada y completa.
