El poliamor tiene muchas aristas y existen diferentes relaciones no monógamas que muchas veces pueden confundirse unas con otras. Hablamos con expertos sobre cuáles son los diferentes tipos de relaciones que hay ahora mismo, de la trieja, al trío o el poliamor.
Si hablamos de relaciones de pareja no monógamas, en las cuales se rompe con la exclusividad, que puede ser afectiva y/o sexual, se abre un abanico de posibilidades enorme. No todas tienen las mismas normas ni los mismos límites y siempre depende de lo que acuerden, desde el respeto y la libertad, los miembros de la pareja.
“Para empezar, depende de si solo se rompe la exclusividad sexual o también con la afectiva. En el primer caso, es donde entran los tríos (tres personas que interactúan sexualmente), las relaciones abiertas o liberales (parejas que a diferentes niveles pueden tener relaciones sexuales con terceras personas con el conocimiento y consenso de todas), las parejas swinger (parejas que hacen intercambios a nivel sexual con otras parejas)”, nos explica Arola Poch, sexóloga de la red social para explorar la sexualidad Wyylde.
Según una investigación de Fad Juventud, el tipo de pareja preferida por los jóvenes sigue siendo, mayoritariamente, la monógama (65 por ciento), seguida de las relaciones sin compromiso (11 por ciento). Del total, un ocho por ciento prefiere no tener pareja y el cinco por ciento se inclina por una relación no monógama (libre, poliamor…) o por otros tipos de parejas. En el caso de las relaciones sin compromiso, los hombres superan a las mujeres (14 por ciento de ellos frente al 8 por ciento de ellas), al igual que ocurre entre quienes no quieren tener pareja (10 por ciento de ellos frente al siete por ciento de ellas).
En las relaciones, también en el poliamor, lo importante es el respeto y la libertad. Foto: Pixabay.
Más allá del poliamor
Si se rompe también con la exclusividad afectiva, la experta nos habla de este tipo de relaciones que podemos encontrar:
- Poliamor: un paraguas que incluye diferentes tipos de relaciones en las que no hay exclusividad afectivo-sexual. Se puede configurar de diferentes maneras (trieja, relaciones en vértice, poliamor jerárquico, etc).
- Triejas: tres personas que se relacionan afectivamente entre sí. En una trieja existe una relación de tres personas y tres relaciones de dos. Para que tenga éxito hay que tener muy claros una serie de principios básicos.
- Relaciones en vértice: una persona que tiene dos vínculos, pero estos no se relacionan afectivamente entre sí.
- Poliamor jerárquico: una pareja que tiene relaciones afectivo-sexuales con otras personas pero ellas son prioridad respecto a los otros vínculos que puedan tener.
- Poliamor no jerárquico: todas las relaciones se sitúan al mismo nivel, sin que haya unas principales y otras secundarias.
- Polícula: red afectiva de personas que se relacionan de manera poliamorosa.
- Anarquía relacional: relaciones no basadas en planteamientos de pareja o sometidas a categorías o etiquetas preexistentes. Cada vínculo es diferente, se construye a su medida y puede variar su importancia en función del momento y las circunstancias. Se rompe con cualquier tipo de jerarquías en los vínculos.
“En definitiva se trata de entender que una vez se rompe con lo normativo, se abre una gran cantidad de posibilidades basadas en la comunicación, el respeto, el consenso y los cuidados para todas las partes”, nos dice la sexóloga de Wyylde.
Qué es una trieja
Una trieja es un modelo incluido dentro del poliamor, una relación sexoafectiva consensuada entre tres personas que no entiende de géneros, ni de tendencias sexuales. Se diferencia del trío en que este último se limita solamente a la interacción sexual entre tres, mientras que en una trieja la relación también es afectiva.
Arola Poch nos explica que en una trieja hay una relación de tres personas y tres relaciones de dos personas. Así funciona una relación de tres:
1. Sexo para tres. No hay tendencia sexual preestablecida ni tampoco es obligatoria la interacción entre todos; lo habitual es que una persona tenga relaciones con las otras dos. En cualquier caso, el sexo será siempre más variado y divertido.
2. Mis dos mejores apoyos. La compañía y el apoyo emocional es mayor mientras el afecto, el cariño y el amor recibido se multiplican. Los consejos siempre serán más, además de los abrazos, los besos…
3. Se comparte todo… también las tareas. A nivel práctico, compartir tareas del día a día entre tres personas lo hace más llevadero. Si se convive, compartir los gastos entre tres es más rentable que entre dos.
4. Una agenda de tres. Coordinar tres agendas es más complejo que dos. Es importante aceptar y gestionar que hay menos tiempo para uno mismo.
El poliamor se puede dar de diferentes maneras. Foto: Pixabay.
5. Celos e inseguridades. Es clave saber gestionar estas emociones y tener muy presentes a todas las personas de la trieja para que todas se sientan integradas. Como en todas las relaciones, la confianza es la base.
6. En busca del equilibrio entre las partes. Un trieja son tres personas en una relación, no una pareja con otra persona. Por eso todas las partes deben sentirse cómodas y valoradas por igual.
7. El papel de juez. En la gestión de conflictos, suele haber alguien que medie entre los otros dos y que aporte una visión objetiva y externa para aportar una solución.
8. Presión social. Al mundo le cuesta entender las relaciones poliamorosas. Es más que posible que una pareja de tres sea criticada y encuentre dificultades a nivel social. Es importante aceptarlo y no permitir que te afecte.
9. ¿Solo tres? No hay normas preestablecidas. Algunas triejas acuerdan abrirse a otras personas sobre todo si son personas liberales, pero otras no admiten a nadie más.
10. Crecimiento personal. Gestionar una trieja es un reto que requiere habilidades de comunicación y negociación. Afrontar miedos, celos e inseguridades entre tres es para nota y claramente mejora las habilidades de gestión emocional.
11. ¿Boda de tres? En España no existe ninguna manera de formalizar una trieja, ni a través de la fórmula de parejas de hecho ni por matrimonio. En cuanto a los hijos, tampoco existe ninguna forma de adopción que se ajuste a este modelo.