Conocida también como 'la enfermedad de las mil caras', la esclerosis múltiple es una patología neurológica, autoinmune y crónica, es decir: no tiene cura. Recibir el diagnóstico de esta enfermedad significa la búsqueda constante de fármacos y tratamientos para tratar de controlar sus síntomas, que pueden ser de lo más variados y diversos en cada paciente, característica que también ha dado a la enfermedad ese apodo o segundo nombre. Así, más de 55.000 personas sufren esclerosis múltiple en España, y de ellos, tres de cada cuatro son mujeres.
Las causas por las que aparece esta enfermedad son desconocidas. Así, es el propio sistema inmunitario el que pasa a atacar sus propios tejidos y destruye la protección de las fibras nerviosas del cerebro y la médula espinal. Aun así, es muy difícil anticipar el avance de la enfermedad o cómo se manifestará, ya que en cada paciente es distinta. Esto podría deberse a una combinación de factores genéticos y ambientales, aunque no hay certezas sobre ello.
Primeros síntomas de la esclerosis múltiple
Son muchos los síntomas y problemas de salud que pueden aparecer en los pacientes de esclerosis múltiple. Entre ellos se encuentran la sensación de choques eléctricos que se producen con ciertos movimientos del cuello, la visión borrosa o doble prolongada, vértigos y fatiga. Además de esto, también aparecen problemas en el habla y la articulación de palaras y la sensación de hormigueo, pero algunos efectos aparecen antes que otros.
Según los profesionales, los síntomas iniciales de la esclerosis múltiple no son demasiado específicos e identificables, por lo que es fácil asociarlos a otro tipo de enfermedades. Entre los más visibles se encuentran los problemas intestinales o urinarios: tener que ir al baño frecuentemente, la incontinencia o el estreñimiento son algunos de los primeros síntomas, así como el entumecimiento o los espasmos musculares. Pero además de estos hay otros problemas que cuesta más identificar, como el dolor muscular. La debilidad o el cansancio constantes también son un indicativo, al igual que la disfunción sexual y problemas cognitivos.
Factores de riesgo
Algunas personas son más propensas a sufrir este tipo de patología. Aunque puede aparecer en cualquier momento y a cualquier edad, suele darse entre los 20 y 40 años. Las mujeres sufren mucho más la esclerosis múltiple que los hombres: tienen entre dos y tres probabilidades más que ellos. Los antecedentes familiares y sufrir diversos virus también pueden contribuir a ello, al igual que la raza. Las personas de piel blanca, en especial las de descendencia de Europa del norte, corren mayor riesgo.
