Las mandarinas son una de las frutas más consumidas durante la temporada de otoño e invierno en nuestro país. Pero además, son un alimento admirado por sus numerosos beneficios para la salud que los expertos recomiendan incluir en nuestra dieta diaria. Una dieta en la que no pueden faltar saludables frutas como la granada, otro de los alimentos más populares del otoño; las manzanas, que cuenta con una potente actividad antioxidante; o los arándanos, considerados un superalimento por sus múltiples propiedades nutricionales.
Aunque existen dudas respecto a su origen, se sabe que las mandarinas se han cultivado en China durante varios milenios, existiendo referencias a este fruto desde el siglo XII a.C. Desde allí se extendió a gran parte del sudeste asiático y a Europa, el norte de África y Norteamérica, donde se cultivan desde el siglo XIX.
Redondeadas, de pequeño tamaño y con una cáscara fácil de pelar, existen numerosas variedades de mandarinas que se pueden encontrar en el mercado desde el mes de septiembre hasta principios de marzo. Una temporada en la que podemos beneficiarnos de las numerosas propiedades de esta fruta.
Foto: Topntp26 en Freepik
Las enfermedades que las mandarinas ayudan a combatir
Tal y como señala la Fundación Española de la Nutrición (FEN), las mandarinas son fuente de vitamina C, aunque su contenido es algo menor que en las naranjas. Al contrario que la provitamina A, cuyo aporte es considerable y superior a estas. Además, “es destacable su composición en criptoxantina (caroteno), un compuesto que además de transformarse en vitamina A en nuestro organismo, tiene propiedades antioxidantes.”
Las mandarinas también destacan su contenido de ácido cítrico y ácido málico, responsables del sabor ácido, sus flavonoides y su riqueza en ácido fólico. Además, contiene pequeñas dosis de vitaminas, B1, B2 y B6; y minerales como el potasio, el calcio y el magnesio. Unas propiedades nutricionales que hacen que esta fruta pueda ayudar a combatir algunas conocidas enfermedades como estas:
-Anemia: gracias a su alto contenido en vitamina C, las mandarinas, al igual que la naranja, ayudan a absorber el hierro aportado por otros alimentos y favorecen la producción de glóbulos rojos, por lo que se recomiendan a las personas con anemia.
-Colesterol: gracias a su contenido en fibra que impiden la absorción de las grasas, las mandarinas ayudan a eliminar el colesterol malo.
-Tensión arterial alta: las mandarinas ayudan a controlar la hipertensión gracias a su aporte de potasio, un mineral que disminuye la tensión de las paredes de los vasos sanguíneos.
Foto: Wirestock en Freepik
-Gripes y resfriados: los expertos recomiendan consumir esta fruta que ayuda a reforzar el sistema inmune. Gracias a su alto contenido en vitamina C, ayuda a prevenir enfermedades como la gripe y el resfriado.
-Estreñimiento: las mandarinas son fuente natural de fibra, por lo que combaten el estreñimiento estimulando el movimiento intestinal.
-Diabetes: según señala la Fundación Española del Corazón (FEC), investigadores de la Universidad de Ontario Occidental (Canadá) han descubierto que “las mandarinas contienen una sustancia denominada nobiletina, un tipo de flavonoide que no solo previene la obesidad, sino que también nos protege frente a la diabetes tipo 2 y la aterosclerosis. El estudio, realizado en ratones, viene a confirmar que la nobiletina actúa contra la acumulación de placa en las arterias, lo que reduce considerablemente las posibilidades de padecer un infarto de miocardio o un ictus cerebral”.
-Gota: las mandarinas, al igual que otros cítricos, ayudan a reducir los niveles de ácido úrico, por lo que son unos buenos aliados para evitar los ataques de gota.