Por mucho que nos esforcemos y nuestra casa siempre esté como los chorros del oro, no siempre podemos evitar los malos olores. La humedad, los electrodomésticos, los desagües, algún alimento mal conservado, la basura o el tabaco pueden provocar que nuestro hogar no huela tan bien como nos gustaría.
Muchos de estos hedores se quedan impregnados en las paredes, las cortinas y toda clase de muebles de la casa, lo que termina por generar aromas bastante desagradables que, si no se toman medidas, perduran con el paso del tiempo. Todo esto puede destrozar la armonía y paz de la vivienda, que debe ser nuestro templo para todos los sentidos.
Lo cierto es que los olores cada vez cobran una mayor importancia dentro del concepto doméstico y es necesario alcanzar un equilibrio entre el buen gusto olfativo y la decoración. Tanto es así que los diseñadores de interiores cada vez prestan más atención y comienzan a surgir y crear fragancias de todo tipo y para todos los gustos. No obstante, basta con aplicar unos sencillos trucos y valerse de algunas herramientas para poner fin al mal olor en casa.
Ventila a diario
Durante el confinamiento no hemos parado de escuchar lo importante que es tener la casa ventilada para evitar el contagio del coronavirus (en cualquier espacio cerrado, como ya reveló Vozpópuli), pero lo cierto es que en nuestros hogares también tenemos muchos aparatos que generan olores y contaminantes que molestan y que incluso de forma paulatina pueden influir en nuestra salud. De hecho, cuanta más gente haya viviendo en un mismo lugar y más tiempo se conviva, más necesaria se hace la correcta ventilación.
El tiempo recomendado para realizar esta actividad imprescindible en casa está entre los 10 y los 20 minutos, a ser posible, un par de veces al día, aunque puede variar dependiendo del número de convivientes y de las condiciones climatológicas. Los dormitorios hay que airearlos después de levantarse porque no solo elimina malos olores y el dióxido de carbono producido mientras dormimos, sino también evita la proliferación de humedades y bacterias. Es más, en los meses de menos frío es aconsejable ventilarlos antes de acostarse.
En cuanto a los baños, si tienes ventana ventila durante 30 minutos y si no, procura limpiarlo a diario. En la cocina debes hacerlo una vez se haya terminado de utilizar, para que se renueve el aire, se vayan los malos olores y, en general, para tener una mayor sensación de limpieza.
Huye de lo químico y apuesta por lo natural
Es casi imposible imaginar un hogar sin ambientadores químicos eléctricos. Sin embargo, además del gasto energético que suponen, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) asegura que muchos de estos productos emiten sustancias nocivas altamente perjudiciales para la salud y el medioambiente. Por suerte, existen alternativas más naturales para dar un buen aroma al hogar. El incienso, las velas aromáticas, los aceites esenciales o las varillas de ratán son productos que huelen genial.
Una de las formas más eficientes y decorativas de dar roma a tu sala de estar son las flores frescas. Peonías, narcisos, lirios, gardenias, jacintos... Escoge la variedad que más te convenga según la estación para perfumar tu salón. Además, una idea que nunca falla es la de crear saquitos aromáticos: elige telas tramadas que dejen traspasar las fragancias, como las de lino o de organza y rellénalos usando flores de lavanda secas, que son muy aromáticas y su olor dura bastante tiempo, o de café. Una vez los tengas llenos, átalos con un cordel y déjalos en algún rincón.
Cuidado con el baño y la cocina
Es fundamental extender o tender las toallas después de cada uso y cambiarlas habitualmente para que no huela a humedad. Además, se debe intentar mantener las tuberías del baño o la cocina en buen estado, ya que, en muchas ocasiones, el fuerte olor que desprenden es el resultado de hábitos que practicamos a diario y que ignoramos, como dejar ir por el fregadero los restos de alimentos.
¿Un consejo? Calienta una taza de vinagre, añade sal gorda y bicarbonato y vierte la solución en el fregadero. Deja que actúe durante media hora y enjuaga con agua caliente
¿Un consejo? Calienta una taza de vinagre, añade sal gorda y bicarbonato y vierte la solución en el fregadero. Deja que actúe durante media hora y enjuaga con agua caliente. Olerá mejor y, además, desatascarás las tuberías.
En cuanto a la bolsa de basura, una de las cosas que peor hedor desprende, aunque en el mercado existen productos que eliminan esta pestilencia, hay una forma más económica para que huela mucho mejor. Todo lo que necesitas es una bola de algodón y varios aceites esenciales. Al meter este material empapado del líquido dentro del recipiente, se enmascara el mal olor y se termina con el problema.
Puedes mojar la pelotita de algodón con cualquier aroma que desees, desde cítricos, eucalipto hasta lavanda o rosas. Entonces, todo lo que tienes que hacer es dejarla caer en el interior antes de colocar la bolsa. Incluso si la cambias varias veces a la semana, aún puedes mantener tu ambientador casero un par de veces más antes de reemplazarlo. De hecho, muchos aceites esenciales tienen propiedades antibacterianas, como el limón o el árbol del té, por lo que pueden ayudar a mantener tu recipiente libre de gérmenes.
El lavavajillas es otro de los focos habituales de olores desagradables en nuestra cocina. Para evitarlos, enjuaga bien los platos antes de colocarlos y, de vez en cuando, haz un lavado en vacío con vinagre y añade un poco de bicarbonato. En cuanto al frigorífico, intenta limpiarlo una vez cada tres meses con un trapo mojado en vinagre. Además, cuando notes que huele mucho a comida, puedes recurrir al truco de los posos de café o dejar un cítrico cortado por la mitad.