Por fin estamos en verano, el tiempo de desconectar, de olvidarnos de la rutina, de ir a la playa, a la montaña, a lugares donde pasar unas vacaciones. Pero el verano no solo trae momentos de ocio, diversión y viajes, en esta época del año se hace más ejercicio al aire libre, y en muchas ocasiones, no nos damos cuenta de que las altas temperaturas, las tan temidas olas de calor que hay en verano y la alta actividad física, pueden provocar un golpe de calor. Cuando hace mucho calor, el organismo reacciona activando una serie de mecanismos para regular la temperatura del cuerpo, como la sudoración o la necesidad de beber líquido para mantenernos hidratados. Cuando estos mecanismos no funcionan, el cuerpo puede llegar a alcanzar temperaturas superiores a 40º, provocando un golpe de calor. Si no se trata rápidamente, esta situación puede provocar daños en el cerebro, el corazón, los riñones o los pulmones. El daño puede ser más grave si se retrasa el tratamiento. El golpe de calor suele ocurrir por una exposición prolongada al sol, lo que se conoce como una insolación, o por hacer ejercicio en ambientes calurosos o con poca ventilación, lo que hace que el cuerpo se deshidrate.
Si no se trata rápidamente, los golpes de calor pueden provocar daños en el cerebro, el corazón, los riñones o los pulmones
Pero, ¿cómo saber si alguien está sufriendo un golpe de calor? Los principales síntomas de un golpe de calor son: temperatura corporal por encima de los 39º, estado de confusión, agitación y desorientación, dolor de cabeza, mareos o vómitos, piel seca, anhidrosis –ausencia de sudor – y sed intensa. Cuando nos encontramos con una persona con estos síntomas, lo primero que se debe hacer es avisar al servicio médico de urgencias. Mientras llega la asistencia médica, es muy importante colocar a la persona inmediatamente a la sombra y quitarle toda la ropa que sea posible para bajar la temperatura corporal. “Si está consciente, elevar la cabeza e iniciar hidratación abundante, refrescar con hielo o agua la zona cervical y las axilas y nunca sumergirlo en la bañera. Si está inconsciente, se debe colocar en posición de seguridad, es decir, de decúbito lateral con las piernas flexionadas y no administrar líquidos en ningún caso”, explica el doctor Juan Enrique Costell López, jefe del Servicio de Urgencias del Hospital Quirónsalud Torrevieja.
Mientras llega la asistencia médica, es muy importante colocar a la persona inmediatamente a la sombra y quitarle toda la ropa que sea posible para bajar la temperatura corporal
Según la causa que lo provoque, el golpe de calor se puede clasificar como pasivo o clásico y activo o de esfuerzo. El golpe de calor clásico suele afectar a las personas mayores con enfermedades crónicas. Estas personas suelen tener fallos en los mecanismos de regulación corporal que les produce un aumento de la temperatura en el organismo. Por otro lado, el golpe de calor por esfuerzo puede afectar a personas de todas las edades pero, especialmente a personas jóvenes y activas que realizan un esfuerzo físico intenso al que no están acostumbrados, en sitios poco climatizados o en los momentos más bochornosos del día. “Los factores que predisponen a patologías por calor son una temperatura y humedad ambiental elevadas, falta de climatización al calor, hidratación insuficiente, ejercicio físico y consumo de alcohol. Hay que prestar especial atención y vigilancia a las personas mayores y pacientes crónicos como diabéticos, EPOC, con insuficiencia cardiaca o renal, entre otras patologías” apunta el doctor Costell.
El golpe de calor por esfuerzo afecta especialmente a personas jóvenes y activas que realizan un esfuerzo físico intenso al que no están acostumbrados en sitios poco climatizados o en los momentos más bochornosos del día
Además del golpe de calor, las altas temperaturas pueden producir otros problemas de salud como un colapso, que sucede cuando el cuerpo ha perdido mucha agua o sales (electrolitos). Es muy parecido al golpe de calor pero “el colapso es un cuadro súbito caracterizado por síntomas inespecíficos como astenia, debilidad, cefalea, sed, vértigo, nauseas, calambres, vómitos, diarrea, temperatura normal y, en la exploración clínica, se pueden encontrar signos de hipoperfusión, es decir, disminución del flujo sanguíneo que pasa por un órgano y deshidratación, manteniéndose la sudoración” añade el jefe del Servicio de Urgencias.
Para evitar un golpe de calor, es fundamental no salir en las horas centrales del día, cuando el calor más aprieta, entre las 12 y las 18 horas; beber líquidos aunque no se tenga sed, especialmente agua, hacer comidas ligeras, reducir la actividad física, y en caso de hacer ejercicio, si se realiza en un lugar cerrado, procurar que esté bien climatizado. También es importante en esta época del año, utilizar ropa ligera, de tejidos naturales como el algodón o el lino, de colores claros, utilizar gafas de sol con cristales polarizados para filtrar los rayos de sol, y proteger la cabeza con gorras o sombreros. Además, se debe tener un cuidado especial en verano con la conservación de los alimentos, ya que el calor favorece el crecimiento de bacterias y hongos que pueden provocar infecciones como la salmonelosis.