La llegada de 2023 implica, entre otras cosas, que la humanidad dispone de un año menos para lograr los objetivos de descarbonización de la economía planteados por los Acuerdos de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. Una carrera contra reloj en la que la búsqueda de fuentes de energía limpias es una de las principales prioridades, y en la que los gases renovables se postulan como una alternativa cada vez más pujante y viable. La producción de gases renovables está alineada con el recientemente aprobado paquete REPowerEU, el plan europeo para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y avanzar en la transición verde.
Según datos de la Comisión Europea, España es el tercer país con más potencial de desarrollo de biogás en Europa, con capacidad para alcanzar un potencial de generación de 137 TWh anuales. Las estimaciones apuntan a que los gases renovables podrían llegar a cubrir el 57% de la demanda total de gas en España, y que en en 2030 el país podría estar produciendo 20TWh de biometano.
Una concepción circular de la energía
La sostenibilidad supone no solamente el viraje hacia modelos energéticos limpios, sino también una concepción circular de la economía, lo que en el terreno energético implica el aprovechamiento de las infraestructuras ya existentes. El gas renovable es una energía verde con balance nulo de emisiones,que además es totalmente intercambiable por el gas natural. Esta característica convierte a esta fuente de energía en especialmente interesante desde un punto de vista logístico, ya que no es necesario crear infraestructuras especificas para su distribución, sino que puede hacerse a través de la infraestructura gasista ya existente. Además, sus aplicaciones y casos de uso son idénticas a las del Gas Natural tanto en hogares, industrias, comercios, así como para la movilidad en el transporte.
El gas renovable es una energía verde con balance nulo de emisiones que además es totalmente intercambiable por el gas natural
Naturgy apuesta por el desarrollo de nuevas energías que permitan al país aprovechar la calidad e inversiones realizadas de las redes de suministro de gas actuales. En la actualidad, la compañía trabaja con una cartera de proyectos de conexión de plantas de biometano a sus redes que supondrá la inyección de cerca de 6 TWh/año. Recientemente, la empresa energética anunció la adaptación de la planta de biometano instalada en la explotación ganadera de Porgaporcs, en el municipio leridano de Vila-Sana, para inyectar gas renovable en la red de distribución del grupo en 2023.
Se estima que esta instalación, que representa inversiones por valor de 1,5 millones de euros, inyecte 11,8 GWh/año de biometano en la red de distribución de gas, el equivalente al consumo anual de 3.150 hogares, a partir del próximo verano. Su puesta en marcha evitará la emisión a la atmósfera de más de 2.450 toneladas equivalentes de CO2/año, lo que equivale a plantar más de 4.900 árboles. Esta nueva planta supone un paso más en la apuesta de la multinacional energética la producción de energía a nivel local y la economía circular, ya que aportará un gas limpio al sistema energético y contribuirá a la gestión sostenible de los residuos agroganaderos de esta granja leridana.
Naturgy apuesta por el desarrollo de nuevas energías que permitan al país aprovechar la calidad e inversiones realizadas de las las redes de suministro de gas actuales
Naturgy tiene en los gases renovables un vector clave para el cumplimiento de su objetivo de que en 2050 todo el gas que circule por sus redes de distribución sea de origen renovable. A través de su filial Nedgia, la compañía cuenta con casi 5,4 millones de puntos de suministro de gas natural en 1.150 municipios del país. Su principal activo son los más de 55.500 kilómetros de redes que permiten hacer llegar hoy de forma segura y eficiente el suministro energético de gas natural y también la distribución de gas renovable, así como de hidrógeno en el futuro.
Otros proyectos
En 2019, Naturgy ya testó las posibilidades del biometano en el proyecto LIFE Methamorphosis (Lleida), que fue financiado con fondos europeos. Un año después, el biometano generado se llevó hasta Zaragoza para su uso en el transporte urbano de esta ciudad.
La planta de biometano de Vila-sana será la tercera de estas características que Naturgy ponga en operación comercial en España. La primera está en la estación depuradora de aguas residuales de Bens (A Coruña). Una segunda instalación, Elena, ubicada en Cerdanyola del Vallès (Barcelona), fue la primera en inyectar a la red de gas de España gas renovable procedente de vertedero. Con una producción de 12 GWh/año de biometano, lo que equivale al consumo anual de 3.200 hogares, esta instalación evita la emisión a la atmósfera de 2.400 toneladas de CO2/año, una cantidad equivalente a plantar unos 5.000 árboles. Además, parte del gas que se inyecta a la red se utiliza para ser suministrado como combustible a vehículos en las estaciones del grupo Naturgy, ya que es una alternativa totalmente viable para la movilidad sostenible. De este modo, el biometano producido permite un aprovechamiento energético que contribuye a la economía circular.
Estudio sobre el biogaá en España
El estudio ‘El biogás y el biometano como palanca clave en la descarbonización de la economía española’, elaborado por PWC y el CIEMAT, y publicado por Fundación Naturgy aboga por establecer objetivos vinculantes y más ambiciosos para aprovechar el potencial real de este gas en España.
Los expertos que han elaborado este trabajo sostienen que, según se está observando en otros países europeos que son líderes en la producción de biogás y biometano, el apoyo institucional es primordial para poder facilitar y apoyar el progreso de esta tecnología y aprovechar sus ventajas energéticas y ambientales. Además, su uso puede expandirse apoyándose en la infraestructura existente, lo cual puede favorecer además un despliegue rápido y competitivo.
Los responsables de este trabajo concluyen que otra de las claves para el desarrollo de estos gases renovables en nuestro país radica en el desarrollo definitivo de un sistema de garantías de origen para los gases renovables, la digitalización de las redes de gas para permitir reducir las necesidades de upgrading del biogás, y la simplificación de los procedimientos administrativos para la construcción de las plantas.
Asimismo, el estudio advierte de que es necesario que se establezcan mecanismos de apoyo y de un marco normativo y fiscal que regule las aplicaciones no eléctricas del biogás, que se centren en la financiación de los costes de inyección, la compensación del valor de los derechos de emisión y en garantizar la venta a un precio resultante de una subasta competitiva.