Los ojos son parte de nuestro organismo y, como parte del mismo, el paso de los años también les pasa factura. A medida que envejecemos, los ojos se secan, la pupila reacciona más lentamente con los cambios de la luz; pero además, el cristalino se vuelve más amarillento, se convierte en más denso, dificultando la visión, o más rígido, por lo que no puede enfocar correctamente los objetos que están cerca.
“El envejecimiento ocular afecta a todas las estructuras oculares (párpados, córnea, cristalino, retina...), siendo la enfermedad más común asociada al envejecimiento ocular la catarata, que consiste en el oscurecimiento del cristalino, una lente natural de nuestros ojos que se encarga de enfocar las imágenes en la retina”, tal y como afirma la doctora Belén Torres Ledesma, especialista en oftalmología del Hospital Quirónsalud Clideba (Badajoz).
Entre sus principales síntomas, según prosigue, se encontrarían: dificultad para ver de lejos, falta de luz al leer de cerca, pérdida de nitidez o de vivacidad en los colores. Así, señala que el tratamiento definitivo de la misma es una operación quirúrgica, donde se retira la opacidad del cristalino y se introduce una lente transparente que ayuda a enfocar la imagen en la retina.
La enfermedad más común asociada al envejecimiento ocular es la catarata, que consiste en el oscurecimiento del cristalinoDra. Belén Torres Ledesma, especialista en oftalmología del Hospital Quirónsalud Clideba
“Es una intervención rápida, bajo anestesia tópica, y de carácter ambulatorio, que permite al paciente marcharse a casa el mismo día de la operación, y con un tratamiento postoperatorio muy sencillo a base de gotas oculares”, agrega.
Otros problemas visuales con alta incidencia entre la población más envejecida son la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), o la caída de los párpados, tal y como indica esta experta. Concreta que la degeneración macular provoca pérdida de la visión central; mientras que la caída de los párpados se produce por una reducción de la elasticidad en la piel de los mismos, pudiendo llegar a cubrir el eje visual y dificultar la visión. “Para ello, existe una intervención quirúrgica, denominada ‘blefaroplastia’, que consiste en retirar la piel redundante de esta zona y devolver la visión al ojo”, agrega.
Pérdida de visión de cerca
Y, ¿quién no tiene presbicia o ve peor de cerca a partir de los 40? La vista cansada o pérdida de la visión de cerca es frecuente a partir de la cuarta década de la vida, se debe a un defecto en la acomodación. El músculo encargado de enfocar de cerca las imágenes a través del cristalino empieza a debilitarse. A ello se le suma un aumento en la rigidez del cristalino.
“La presbicia, o vista cansada, suele aparecer a partir de los 40 o 45 años. Una de las principales señales que nos alertan de que podemos sufrirla es la dificultad para ver de cerca adecuadamente”, advierte esta oftalmóloga de Quirónsalud Clideba.
Esto se debe al debilitamiento de los músculos oculares encargados de enfocar a corta distancia, tal y como añade; recordando la doctora Torres que para tratar la presbicia suele aconsejarse la utilización de gafas con una graduación adecuada: “Con las gafas adecuadas sería suficiente; sin embargo, existe un tratamiento definitivo que consiste en la colocación de una lente multifocal dentro del ojo, que evitaría el uso de gafas”.
Mucho cuidado con el glaucoma
Pero sin lugar a dudas, tal y como reconoce esta experta, uno de los principales problemas oculares que pueden surgir con el paso del tiempo es el glaucoma, muy peligroso teniendo en cuenta que puede conducir a una pérdida irreversible de visión.
“El glaucoma es la tercera enfermedad ocular más común asociada a la edad. Se relaciona con la tensión ocular, que completamente independiente de la tensión arterial”, según matiza la doctora Belén Torres.
En concreto, explica que el glaucoma provoca una pérdida de visión como consecuencia de un daño progresivo en el nervio óptico, generalmente asociado a una presión ocular alta, pero no es la única causa del mismo: “Esta afección se da con mayor frecuencia en personas con antecedentes familiares de glaucoma, y en pacientes con otras afecciones como miopía o diabetes”.
El glaucoma provoca una pérdida de visión como consecuencia de un daño progresivo en el nervio óptico, generalmente asociado a una presión ocular alta
Ahora bien, sí insiste en que el problema de esta enfermedad es que "estas presiones oculares suelen pasar desapercibidas y no presentan síntomas patentes, como dolor o enrojecimiento"; de ahí que "su prevención sea difícil".
En cualquier caso, la oftalmóloga de Quirónsalud Clideba (Badajoz) subraya la importancia de que se acuda al oftalmólogo a revisar la vista, al menos, una vez al año, y a partir de los 50 años.
Las pantallas y la fatiga visual
Por otro lado, nuestra especialista alerta sobre la fatiga visual, provocada por el uso de pantallas; “un problema muy común asociado al uso de ordenadores, de tabletas, de de smartphones, y de otros dispositivos electrónicos que, cada vez, se da con mayor frecuencia en una sociedad digitalizada como la nuestra”.
Entre los síntomas que pueden desarrollarse ante la fatiga visual esta oftalmóloga apunta a la sequedad ocular, al enrojecimiento, a una sensación de arenilla, e incluso dolor. “Para prevenirla se debe parpadear a menudo; relajar nuestra vista mirando a un punto lejano; así como reducir, en la medida de lo posible, el número de horas de exposición a estas pantallas”, concluye.