Hubo un tiempo en que se recomendaba reposo como terapia preventiva a los pacientes que habían sufrido alguna enfermedad de corazón. Todos los enfermos coronarios, con insuficiencia cardíaca o con insuficiencia cardiaca tienden habitualmente a reducir su actividad física al mínimo imprescindible por temor a una recaída o empeoramiento.
El reposo como prevención ya está desterrado de la práctica médica y hoy hay consenso general sobre los beneficios del ejercicio moderado como terapia rehabilitadora. Los programas de rehabilitación cardíaca incluyen, además, apoyo psicológico para que los enfermos superen el miedo comprensible, porque los pacientes son conscientes de las graves consecuencias de una recaída.
“Los pacientes a los que se indica el programa de rehabilitación cardíaca son los que han sufrido un problema coronario y lo han superado, los que padecen insuficiencia cardíaca e, incluso, los que han sido intervenidos del corazón”
Las enfermedades cardiovasculares causan casi un tercio de los fallecimientos en España. De ellas, alrededor de un 23 % son accidentes cerebrovasculares; el resto está relacionado con enfermedades del corazón (insuficiencia cardíaca, cardiopatías isquémicas, infarto, etc.). Estamos, por tanto, ante un conjunto de patologías con una gran incidencia en el conjunto de la población y cuyas consecuencias, más allá de su morbilidad, obligan a importantes cambios en el estilo de vida.
Rehabilitación para una vida normal
Tras haber sido diagnosticado de alguna enfermedad cardíaca, haberse sometido a una cirugía o tras un infarto de miocardio, la rehabilitación debe formar parte del tratamiento. El ejercicio moderado y bajo supervisión, el abandono del tabaquismo, una dieta saludable y adecuada y el apoyo psicológico para afrontar la nueva situación sin miedos infundados son los pilares de este nuevo enfoque.
“Los pacientes a los que se indica el programa de rehabilitación cardíaca son los que han sufrido un problema coronario y lo han superado, los que padecen insuficiencia cardiaca e, incluso, los que han sido intervenidos del corazón”, explica la doctora Esther Merino, cardióloga y responsable de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid. “Se incluye a los pacientes en un programa de dos meses en el que los pacientes realizan ejercicios dirigidos a mejorar tanto la resistencia como la fuerza. Durante las sesiones los pacientes llevan un dispositivo que permite al médico controlar su electrocardiograma en todo momento”.
“Los problemas que sufren estos pacientes no son sólo físicos, sino también psicológicos. El apoyo psicológico es una parte esencial del programa, ya que como es lógico, cuando la enfermedad afecta al corazón, los pacientes tienen por lo general miedo a retomar su actividad normal (laboral, deportiva, sexual, etc.), con riesgo incluso de caer en un estado de ansiedad o depresión”, explica el Dr. Luis Serratosa, jefe del servicio de Medicina Deportiva del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid donde se desarrolla un programa integral de rehabilitación fundamentado en los tres ejes antes citados y con especial atención a la práctica de ejercicio.
Los pacientes a los que se indica el programa son los que han sufrido un problema coronario y lo han superado, los que padecen insuficiencia cardíaca e, incluso, los que han sido intervenidos del corazón. “El programa tiene una duración de dos meses, durante los que realizan ejercicios dirigidos a mejorar tanto la resistencia como la fuerza. Durante las sesiones, los pacientes llevan un dispositivo que permite al médico controlar su electrocardiograma en todo momento”, señala la doctora Merino.
“Está demostrado que los pacientes que realizan un programa de rehabilitación cardíaca tienen menor mortalidad, menor riesgo de recaídas, acuden menos a consulta médica, reducen la medicación, mejoran su nivel de autoconfianza y estado de ánimo, y probablemente lo más importante, mejoran su calidad de vida”, explica el doctor Luis Serratosa.
Cambios para siempre
Además de recibir una prescripción de ejercicio adecuada a sus características individuales, “también identificamos los factores de riesgo que han podido favorecer el infarto o la enfermedad cardíaca que se trate, intentando ayudar al paciente a modificarlos con asesoramiento nutricional y apoyo para dejar de fumar”, subraya el especialista de Quirónsalud.
De hecho, recalca la doctora Merino, el programa incluye un plan de formación “para que el paciente conozca qué le ha pasado y se conciencie de las medidas que podrán favorecer su recuperación. El programa tiene una duración de dos meses, tras los que el paciente está preparado para volver a su vida habitual, pero pretendemos que los cambios en los estilos de vida que le proponemos duren para toda la vida”.
Todo ello, coinciden ambos especialistas, junto a asesoramiento psicológico para que el paciente temores infundados sobre lo que puede o no puede hacer. Y, como queda visto, lo mejor que puede hacer un paciente cardíaco es no dejar el ejercicio, al principio bajo supervisión médica, como es natural.