El ojo es sin duda uno de los órganos del cuerpo más complejos y sofisticados en cuanto a su biología. De hecho, su mera existencia sigue siendo hoy un argumento recurrente entre los negacionistas de la teoría de la evolución de las especies. Controversias al margen, lo cierto es que, a nivel funcional, es también fundamental en nuestra interacción con el mundo que nos rodea: aproximadamente el 50% de la información que recibimos por los sentidos se la debemos a los ojos.
De todas las estructuras que los conforman, la retina desempeña un papel crucial. Situada en la parte posterior del globo ocular, las imágenes que pasan a través del cristalino se enfocan en esta capa de tejido sensible a la luz, que las convierte en señales eléctricas que envía al cerebro a través del nervio óptico. Y es entonces cuando “vemos”.
Esta importantísima función es proporcional a los problemas para la visión que pueden provocar las patologías que afectan a la retina, como retinopatía diabética, glaucoma, tracción vitreomacular, desprendimiento de retina o degeneración macular asociada a la edad. Esta última es la más común en España, con unos 26.000 nuevos casos cada año. Y, en conjunto, las patologías de la retina son la causa más frecuente de ceguera en el mundo occidental.
Avances en tecnología diagnóstica
No es de extrañar, por tanto, que la tecnología oftalmológica desarrolle cada vez más sofisticados y precisos instrumentos diagnósticos de las patologías retinianas. Uno de los últimos avances se denomina tomografía de coherencia óptica (OCT por sus siglas en inglés), una prueba de imagen no invasiva que utiliza ondas de luz para tomar fotografías de la sección transversal de la retina.
“La llegada de la OCT ha supuesto un gran avance oftalmológico, ya que elimina la necesidad de utilizar un líquido de contraste para tintar el entramado vascular y poder visualizarlo tal y como se hacía antes. Esto disminuye las complicaciones y efectos secundarios asociados a esta prueba, como la intolerancia o las reacciones alérgicas al líquido de contraste”, explica el doctor Nabil Ragaei Kamel, jefe del servicio de Oftalmología del Hospital Quirónsalud Marbella.
Las mediciones ayudan a una detección temprana de enfermedades de la retina, su diagnóstico y consiguiente tratamiento
Mediante una OCT puede observarse con gran precisión cada una de las capas características de la retina, lo que permite mapear y medir su espesor. Estas mediciones ayudan a una detección temprana de enfermedades de la retina, su diagnóstico y consiguiente tratamiento.
Otra ventaja de la tomografía de coherencia óptica es que “permite analizar en detalle las estructuras vasculares retinianas para así detectar posibles anomalías. Además, ofrece la posibilidad de visualizar en 3D los vasos sanguíneos retinianos desde diferentes perspectivas”, subraya el especialista de Quirónsalud Marbella, que ya cuenta con esta tecnología. Todo ello, añade, al servicio del objetivo último de cualquier prueba diagnóstica: “adoptar las decisiones terapéuticas más rápidas, adecuadas y eficaces para cada paciente”.