La movilidad es un elemento muy ligado a grandes retos globales como la descarbonización y la digitalización, especialmente en las ciudades. Según datos de Naciones Unidas y del Banco Mundial, en el año 2050 el 70% de la población mundial se concentrará en entornos urbanos. En ese contexto de superpoblación y concentración, medidas como las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) son clave para descongestionar el tráfico.
Se estima que en 10 años habrá un 50% más de coches en España y en 18 años más, el doble. El tráfico de vehículos es actualmente responsable del 23% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Y, aunque la progresiva electrificación del parque automovilístico va a contribuir a reducir los problemas de contaminación que asolan el planeta, esto no es suficiente para alcanzar el objetivo de una movilidad sostenible; también, se necesita disminuir la congestión para poder crear entornos más seguros.
Las llamadas Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) se postulan como una de las soluciones para evitar que las ciudades vivan en una situación atasco permanente. Según el ll informe “Regulación de acceso de vehículos urbanos: del diseño a la aplicación”, elaborado por el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT), las zonas restringidas al tráfico en las ciudades europeas han aumentado un 40% en los últimos tres años, pasando de 228 en 2019 a 320 en 2022.
Los cambios regulatorios, tanto a nivel nacional como europeo, están contribuyendo a este cambio. Así, por ejemplo la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética exige a los municipios de más de 50.000 habitantes tener Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) implantadas antes de 2023.
Qué son las Zonas de Bajas Emisiones
Una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) es una herramienta que limita el acceso de los vehículos más contaminantes a determinadas zonas de la ciudad con el objetivo de reducir la congestión y, por tanto, la contaminación. Con este sistema también disminuye la contaminación acústica y la posibilidad de accidentes de tráfico, además de incentivar la renovación de la flota automovilística por vehículos menos contaminantes y más modernos.
Las Zonas de Bajas Emisiones se postulan como una de las soluciones para evitar que las ciudades vivan en una situación atasco permanente
Estas Zonas de Bajas Emisiones tienen como objetivo mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y la calidad del aire en las ciudades, reducir en nivel de ruido, propiciar un cambio modal hacia transportes más sostenibles y contribuir a la mitigación del cambio climático con el reto de ser neutros en carbono en 2050. Además, las zonas de restricción de tráfico aumentan el atractivo de las ciudades y mejoran la habitabilidad en las zonas urbanas mediante la gestión del espacio público.
Casos de éxito
Numerosas experiencias acreditan la eficacia de estas zonas de regulación del tráfico. El informe de la EIT examina los casos de Barcelona y Milán. En la ciudad italiana, la ZBE ha permitido reducir en un 38,5% los viajes diarios, la llegada de más modelos eléctricos e híbridos, así como reducir significativamente las emisiones. La propia ciudad decide cómo se gasta el dinero recaudado, destinando el 75% a mejorar las UVAR (Regulación de Acceso de Vehículos Urbanos) y el otro 25% a financiar proyectos de movilidad urbana sostenible.
Por su parte, en Barcelona la ZBE, que abarca toda la ciudad, restringe gradualmente el acceso de los vehículos más contaminantes. Desde enero de 2021, esta medida ha impulsado la renovación de la flota en Barcelona, con sólo un 2% de vehículos que no cumple con los requisitos de bajas emisiones.
Tecnología como aliado
La tecnología es un requisito indispensable para la implantación de las ZBE. En ese sentido, Abertis Mobility Services (AMS), filial tecnológica del Grupo Abertis, está desarrollando proyectos avanzados en servicios de tecnología punta para la gestión de infraestructuras y de movilidad inteligente en zonas urbanas en 10 países. Su objetivo es liderar la transformación del sector de la movilidad a través de la gestión y de toda la tecnología e innovación necesaria para crear infraestructuras más sostenibles, seguras y conectadas.
Entre sus desarrollos recientes, AMS cuenta con una solución Cloud para la gestión inteligente del tráfico a través del pago por uso y pago por contaminación, basado en la tecnología satelital y el vehículo conectado, que ya está implementada en Estados Unidos.
Proyecto de Pamplona
Recientemente, la UTE formada por AMS e i3i Ingeniería Avanzada ha sido seleccionada por el ayuntamiento de Pamplona para llevar a cabo la implementación del proyecto de la ZBE en algunos barrios de la capital navarra.
El proyecto contempla, entre otros aspectos, el despliegue de un sistema de estaciones para medir la calidad del aire y el ruido que permitirá comparar los índices de contaminación del aire y contaminación acústica antes y después de la implantación de la zona restringida. Dichas estaciones están equipadas con diferentes sensores que permiten monitorizar la calidad del aire mediante la medición de gases considerados por la OMS como gases nocivos para el ser humano en determinadas concentraciones (CO, SO2, NO, NO2, O3).
También está prevista la monitorización y recogida de datos de tráfico y contaminación para la futura definición e implementación de la ZBE. En cuanto a la tecnología, se desplegarán cámaras de lectura de matrículas (LPR) que identificarán todos los vehículos que entran y salen de la zona restringida. También se instalarán cámaras con algoritmos de inteligencia artificial y deep learning que generan analíticas por visión artificial y permiten obtener parámetros adicionales sobre el tráfico y la movilidad en la ciudad. El proyecto también contempla el despliegue de sensores de aparcamiento que permitirán monitorizar el uso de las plazas de aparcamiento en superficie para conocer en tiempo real la ocupación de dichas plazas.
El imparable avance de las ZBE es para los expertos solo un primer paso hacia ese objetivo de lograr unas ciudades hechas a la medida de las personas
Todo el proyecto se gestionará desde una plataforma integral de movilidad y gestión de ZBE estructurada en módulos funcionales y microservicios, formada por cuatro componentes: puntos de control, sistemas de back office y procesos, interfaz de conexión con servicios externos e interfaz de conexión con servicios locales.
El imparable avance de las ZBE como la de Pamplona es para los expertos solo un primer paso hacia ese objetivo de lograr unas ciudades hechas a la medida de las personas. Christian Barrientos, director general de AMS, recuerda que una vez que todos los coches se hayan renovado por vehículos eléctricos y más limpios, la congestión del tráfico reaparecerá. Por esa razón, este experto aboga por una visión más holística en la que “se pueda fomentar un verdadero cambio de comportamiento y convencer a los ciudadanos de que dejen sus coches en casa y utilicen medios de transporte más sostenibles y eficientes”.