Ciencia

Más de 1.600 científicos, entre ellos un español, firman una declaración negando la emergencia climática

Entre ellos se encuentran también dos ganadores del Premio Nobel

  • Manifestación cambio climático -

Ya son 1609 los científicos, entre los que se encuentran varios premios Nobel, han firmado en una declaración titulada "No hay emergencia climática". Este texto ha sido promovido por la fundación Climate Intelligence (CLINTEL). "La ciencia del clima debería ser menos política, mientras que las políticas climáticas deberían ser más científicas", recoge este texto.

«No hay ninguna emergencia climática. Por lo tanto, no hay motivo de pánico ni alarma. Nos oponemos firmemente a la dañina y poco realista política neta de CO2 cero propuesta para 2050. Apostar por la adaptación en lugar de la mitigación; La adaptación funciona cualesquiera que sean las causas», ha asegurado el grupo de científicos.

Además, aseguran que este gas es "esencial" para nuestro planeta. También sostienen que "el clima de la Tierra ha variado desde que existe, y el planeta ha experimentado varias fases frías y cálidas".

Dos 'Premio Nobel'

El físico estadounidense Ivar Giaever y John F. Clauser, ganadores de un Premio Nobel en 1973 y 2022 respectivamente, se han sumado a la declaración contra la crisis de cambio climático .

El físico ha declarado que "la narrativa popular sobre el cambio climático refleja una peligrosa corrupción de la ciencia que amenaza la economía mundial y el bienestar de miles de millones de personas".

Un español entre los firmantes

El mallorquín Luis Pomar, geólogo y Profesor Emérito de la Universidad de las Islas Baleares figura en la lista de científicos que rechazan el cambio climático. El español ha sido el primero en conseguir la medalla Sorby de la Asociación Internacional de Sedimentología.

Puntos de la declaración

El texto titulado "No hay emergencia climática" recoge los siguientes puntos:

Factores naturales y antropogénicos causan el calentamiento

El archivo geológico revela que el clima de la Tierra ha variado desde que existe el planeta, con fases naturales frías y cálidas. La Pequeña Edad del Hielo terminó en 1850. Por lo tanto, no sorprende que ahora estemos experimentando un período de calentamiento.

El calentamiento es mucho más lento de lo previsto

El mundo se ha calentado significativamente menos de lo previsto por el IPCC sobre la base del efecto antropogénico modelado. La brecha entre el mundo real y el mundo modelado nos dice que estamos lejos de comprender el cambio climático.

La política climática se basa en modelos inadecuados

Los modelos climáticos tienen muchos defectos y no son ni remotamente plausibles como herramientas de política global. Exageran el efecto de gases de efecto invernadero como el CO2. Además, ignoran el hecho de que enriquecer la atmósfera con CO2 es beneficioso.

El CO2 es el alimento de las plantas, la base de toda la vida en la Tierra

El CO2 no es un contaminante. Es esencial para la vida en la Tierra. La fotosíntesis es una bendición. Más CO2 es beneficioso para la naturaleza, reverdece la Tierra: el CO2 adicional en el aire ha promovido el crecimiento de la biomasa vegetal mundial. También es bueno para la agricultura, ya que aumenta el rendimiento de los cultivos en todo el mundo.

El calentamiento global no ha aumentado las catástrofes naturales

No hay evidencia estadística de que el calentamiento global esté intensificando huracanes, inundaciones, sequías y desastres naturales similares, o haciéndolos más frecuentes. Sin embargo, existe amplia evidencia de que las medidas de mitigación de CO2 son tan dañinas como costosas.

La política climática debe respetar las realidades científicas y económicas

No hay emergencia climática. Por tanto, no hay motivo para el pánico y la alarma. Nos oponemos firmemente a la perjudicial y poco realista política de cero emisiones netas de CO2 propuesta para 2050. Si surgen enfoques mejores, y sin duda surgirán, tenemos tiempo de sobra para reflexionar y readaptarnos. El objetivo de la política mundial debe ser la "prosperidad para todos" mediante el suministro de energía fiable y asequible en todo momento. En una sociedad próspera, los hombres y las mujeres están bien educados, las tasas de natalidad son bajas y la gente se preocupa por su entorno.

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