Si la vida de Garik Israelian fuera una película, alguna de las escenas se parecería a Ocean's Eleven. Garik no es tan guapo como George Clooney, pero si levanta el teléfono es capaz de que acudan a su llamada algunos de los astronautas que pisaron la Luna, varios premios Nobel y gente como Richard Dawkins o Brian May. ¿Cómo se reúne a todos estos talentos en el mismo lugar y al mismo tiempo? "Los fui llamando y contactando uno a uno", relata, "y al final hicimos una fiesta de amigos, donde hay charlas de astronautas, astrónomos, biólogos, músicos... Creamos una atmósfera muy especial".
Para organizar la primera edición del festival Starmus, celebrado en Tenerife en el año 2011, Garik se gastó su parte de los 500.000 dólares del premio (compartido) de astronomía Viktor Ambartsumian y se endeudó hasta las cejas junto a un amigo empresario que le prestó su ayuda. A los invitados les explicaba que quería hacer realidad un sueño, juntar en el mismo entorno a los mejores científicos, a los mejores astronautas y cosmonautas, y a los artistas que estuvieran dispuestos a participar en un gran homenaje a Yuri Gagarin, el primer hombre en el espacio. Y el sueño se hizo realidad. Durante varios días, fue posible escuchar a Neil Armstrong y el cosmonauta ruso Aleksei Leonov compartir anécdotas sobre la carrera espacial, a la astrónoma Jill Tarter sobre la posibilidad de contactar con vida extraterrestre y a Kip Thorne hablar sobre los agujeros de gusano.
“Nos hemos olvidado del cielo y de las cosas que nos preguntábamos hace 3.000 años”
Para entender la atmósfera que se respira en uno de estos eventos, basta con escuchar uno de los momentos que más emocionaron a Garik en el primer Starmus. "Estábamos sentados en la misma mesa Neil Armstrong, Jim Lovell, Leonov, Brian May y yo", recuerda. "De repente, Armstrong se puso a contarnos en primera persona cómo salió de la nave, qué se sentía al pisar la Luna... ¡no podíamos creerlo! Pero después Leonov nos contó cómo estuvo a punto de morir en su caminata espacial, y Jim Lovell la odisea de regresar con vida en el Apolo 13". Al hacer balance de la gran fiesta, sin embargo, la sonrisa se borró de la cara de Garik. Las cuentas de su sueño espacial salieron en números rojos, las instituciones canarias apenas apoyaron el festival y se vio inmerso en una situación económica muy difícil para él y para su socio.
Tres años después, y una vez repuesto del susto, el astrónomo vuelve a la carga y ya ha anunciado la organización, en el mes de septiembre, de una segunda edición del Starmus (esta vez con más apoyo institucional), en la que participarán otros tres astronautas que caminaron por la Luna (Harrison Schmitt, Charlie Duke y Edgar Mitchell) entre otras sorpresas. Su obsesión es juntar a los exploradores con los científicos, porque de la mezcla de ambos salen grandes ideas. "Muchos de estos hombres eran pilotos militares y tenían la mente muy cerrada", explica Garik, "pero la experiencia en el espacio les ha mejorado como a un vino de reserva. Necesitamos escucharles".
“Mi vida cambió después de ver la película Solaris”
Garik Israelian es experto en analizar estrellas fuera del sistema solar mirando el espectro de luz que captan los telescopios. Este astrónomo español de origen armenio, es uno de los más destacados científicos del Instituto Astrofísico de Canarias, al que llegó tras varios años investigando en lugares como Australia y Holanda. Su interés por la música y la cultura se explican en buena parte por su biografía: de niño vivió al margen de la ciencia, hasta que vio su primera película de ciencia ficción. "Fui muy mal estudiante en colegio, uno de los peores en clase", reconoce a Next, "pero mi vida cambió cuando tenía 16 años, después de ver una película, Solaris". Aquel film de Andréi Tarkovski le introdujo el gusanillo de la ciencia y, como no tenía dinero para ir a la universidad, pasó un año trabajando de tramoyista en un teatro de la capital armenia y estudiando por su cuenta. "Con los soviéticos los libros eran superbaratos y había un montón de libros. Estudié todo el material del colegio en un solo año, por eso luego en la universidad me resultó tan fácil, solucionaba todos los problemas".
Su exitosa participación en una conferencia TED en 2009 fue la que puso en su cabeza la idea de organizar un festival. Quería organizar algo similar en torno a la astronomía que - por una razón u otra- parece haber dejado de estar en el foco de atención de los medios y las personas. "Vivimos saturados de información y nos hemos olvidado del cielo y de las cosas que nos preguntábamos hace 3.000 años", asegura. Su intención es crear un foro como el que reúne a los grandes de la economía en la ciudad suiza de Davos. "Lo mismo pero en astronomía, en ciencia y en arte", explica. "Eso es algo que hoy por hoy no existe. Con Davos el mundo se para cada año, y está lleno de banqueros y políticos corruptos. Yo quiero reunir a la gente que está creando valor para la humanidad, que son los científicos y los artistas, los que están cambiando el mundo". ¿Por qué hemos perdido el interés por las estrellas y no tenemos otro Carl Sagan? Es una pregunta que le obsesiona pero para la que no tiene respuesta. “Hemos llegado al punto de que los niños en el colegio no conocen a los científicos ni a los astronautas porque no son 'celebrities'”, concluye. “Y eso lo tenemos que cambiar".
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