La ballena jorobada (Megaptera novaeangliae) es uno de los mayores viajeros de nuestro planeta. Cada año, los biólogos registran sus travesías que les llevan desde las aguas más ecuatoriales en invierno hasta las frías aguas polares en verano. Hasta ahora se habían observado sutiles diferencias, pero se creía que las ballenas jorobadas del Atlántico Norte, el Pacífico y el hemisferio sur pertenecían a la misma especie. "El color de los cuerpos y los laterales de las colas de las ballenas del norte tiende a ser mucho más oscuro que el de las ballenas del hemisferio sur", asegura Jennifer A. Jackson, de la Misión Antártica Británica, pero no se advertían más diferencia.
Las hembras han cruzado de un hemisferio a otro en determinados momentos en los últimos miles de años
Sin embargo, en un trabajo publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, el equipo de Jackson acaba de dar la sorpresa. Tras tomar muestras genéticas de 2.700 ballenas en los tres océanos, los investigadores están en condiciones de afirmar que las ballenas jorobadas se separaron hace varios miles de años y han evolucionado por separado desde entonces hasta constituir tres subespecies.
Imagen: British Antarctic Survey
A pesar de las grandes distancias que recorren estos animales cada año, aseguran los autores del estudio, raramente se cruzan unas con otras en el camino y permanecen separadas por la invisible barrera de las cálidas aguas ecuatoriales. "Hasta este estudio", explica Jackson, "no nos hemos dado cuenta de que este tipo de sutiles diferencias [como el color de la piel] eran en realidad una señal del aislamiento a largo plazo que han vivido las poblaciones de ballenas jorobadas en las tres grandes plataformas oceánicas".
Debería revisarse la clasificación taxonómica y dividir a las ballenas jorobadas en tres subespecies.
Este nuevo análisis, argumentan los científicos, debería ser suficiente para cambiar la clasificación taxonómica y dividir a las ballenas jorobadas en tres subespecies. El ADN muestra que las tres poblaciones se han mezclado muy excepcionalmente. "Aunque las hembras han cruzado de un hemisferio a otro en determinados momentos en los últimos miles de años", insiste Jackson, "generalmente permanecen en su océano de nacimiento".
La población de ballenas jorobadas se está empezando a recuperar gracias a la moratoria internacional que impedía su caza, aprobada en los años 80, aunque siguen estando amenazadas. Los científicos quieren continuar investigando estas diferencias para comprobar si este aislamiento de las ballenas tiene algún papel en el descenso de su población.
Referencia: Global diversity and oceanic divergence of humpback whales (Megaptera novaeangliae) (Proceedings of the Royal Society B)
--
Next es la nueva sección de Ciencia y Futuro de Vozpópuli. No te olvides de seguirnos en Twitter