Intercambiar saliva con nuestra pareja nos hace un poco más parecidos a ella. Es una de las principales conclusiones del estudio publicado por el equipo de Remco Kort en la revista Microbiome, quienes han analizado qué sucede en nuestra fauna bacteriana cuando nos besamos en la boca.
Para el trabajo, realizado en Holanda, los científicos reunieron a 21 parejas y les hicieron un cuestionario sobre sus hábitos diarios, incluido el número de besos que se daban al día. En una primera fase del estudio, los investigadores tomaron muestras de su boca para analizar la composición de las bacterias que viven en sus lenguas y su saliva, y lo compararon con sus hábitos. Según sus resultados, las parejas que se besaban al menos nueve veces al día tenían microbiomas más parecidos en sus bocas.
Para cuantificar el nivel de transferencia en cada beso, los autores del trabajo hicieron beber a uno de los dos miembros de la pareja un preparado con bacterias específicas como lactobacilos y bifidobacterias, les pidieron que se besaran y tomaron muestras para contabilizar los niveles e traspaso. Sus conclusiones indican que en un beso con lengua de 10 segundos de duración se intercambian unos 80 millones de bacterias, una cantidad importante pero nada significativa en un microbioma de miles de millones de microorganismos.
El beso en la boca es un comportamiento de cortejo único en humanos.
"El beso íntimo con lengua e intercambio de saliva parece un comportamiento de cortejo único en humanos y es compartido por el 90% de las culturas conocidas", asegura Kort. "Queríamos saber hasta qué punto se comparte fauna bacteriana y resulta que cuanto más se besa una pareja, más similares son entre ellos". Entre las curiosidades del trabajo está la diferencia de apreciación en el número de besos diarios (los hombres estimaban un 74% más de besos que su pareja en los tests) y que los cambios en la microbiota se producían en la saliva y no en la lengua.
Nuestro organismo posee varios miles de millones de bacterias (diez por cada célula del cuerpo humano) y solo en la boca hay más de 700 variedades. El papel de estos ecosistemas en nuestra salud está siendo objeto de estudio por muchos biólogos, ya que podrían tener un papel clave en procesos como la digestión, la síntesis de nutrientes o la prevención de enfermedades.
Referencia: Shaping the oral microbiota through intimate kissing (Microbiome)
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