Ciencia

De cómo el colonialismo alteró la distribución global de plantas

Un nuevo estudio muestra cómo las cuatro grandes potencias coloniales (Gran Bretaña, España, Portugal y Países Bajos) alteraron la distribución de especies en todo el mundo.

  • La llegada de Colón a América, pintada por John Vanderlyn en 1847. -

Que el colonialismo alteró la distribución global de plantas y animales es un hecho sobradamente conocido. A partir de la llegada a América de españoles y portugueses se abrieron nuevas rutas que trajeron nuevos productos como el cacao o los tomates, mientras que británicos y neerlandeses hacían los propio en Asia e incluso llevaban especies de un continente a otro para cultivarlas en sus colonias. ¿Pero qué impacto tuvo esta actividad frenética de varios siglos y cómo se puede cuantificar? 

Para dar respuesta a esta cuestión, el equipo de Bernd Lenzner ha utilizado una medida ecológica conocida como diversidad zeta (con la que se mide mide el grado de superposición de las formas de vida presentes en diferentes comunidades) y se ha centrado en cuatro potencias europeas (Gran Bretaña, España, Portugal y los Países Bajos). Mediante diferentes herramientas, Lenzner y sus colaboradores investigaron la distribución de 19.250 taxones de plantas de 1.183 regiones colonizadas en el pasado en todo el mundo

El resultado, que se publica este lunes en la revista Nature Ecology & Evolution, revela que la cantidad de especies de plantas compartidas en regiones que alguna vez estuvieron ocupadas por el mismo imperio (por ejemplo, Sudáfrica y regiones de América del Norte que fueron colonizadas por los Países Bajos) es mayor de lo que se hubiera esperado por casualidad. En otras palabras, el análisis de la distribución de especies demuestra que al colonizar otras tierras, los imperios europeos dejaron legados duraderos sobre la distribución global de las plantas que todavía perdura y que tiene efectos en la biodiversidad.

El colonialismo y su legado

“El colonialismo cambió radicalmente el mundo natural tal como lo conocemos”, escribe la paleontóloga Nussaïbah B. Raja en un artículo de análisis de la misma revista, “cuando los europeos 'descubrieron' las riquezas de los trópicos y otros continentes, los recursos naturales fueron intencionalmente (por ejemplo, el comercio de plantas económicamente importantes), o muchas veces también sin querer (por ejemplo, a través de contaminación), extraídos y llevados de regreso al estado metropolitano o transferidos a otras colonias donde aún hoy permanecen”. 

“El colonialismo cambió radicalmente el mundo natural tal como lo conocemos”

“Los primeros colonos europeos transcontinentales introdujeron intencionalmente plantas en nuevas regiones principalmente para producir alimentos y garantizar la supervivencia y el establecimiento de asentamientos, pero también por razones estéticas y nostálgicas”, subrayan los autores. “El intercambio de especies de plantas se aceleró aún más en el del siglo XIX y principios del XX a partir de su institucionalización. Los jardines botánicos fueron establecidos por las potencias europeas a lo largo de varios siglos como un medio para probar, cultivar y transportar especies de valor económico potencial”.

Las redes de distribución de los cuatro imperios |Lenzner et al.

Imperios con más impacto

Los autores encuentran que los cambios en estos grupos regionales de especies a lo largo del tiempo se ven afectados no solo por el clima y la distancia geográfica, sino también por el tiempo que una región estuvo ocupada por un imperio determinado. 

Uno de los hallazgos más interesantes del nuevo estudio es que las regiones ocupadas por británicos y holandeses tenían floras con mayor similitud que las colecciones aleatorias, mientras que las regiones ocupadas por los españoles y portugueses no eran más similares que las colecciones de regiones aleatorias.

Las regiones ocupadas por británicos y holandeses tenían floras con mayor similitud

“Las regiones más importantes desde el punto de vista económico o estratégico durante la época colonial tenían una tendencia a compartir más especies de plantas con otras regiones, ya que tendían a ser los principales centros para el movimiento de especies entre regiones”, señala Nussaïbah B. Raja. “Por ejemplo, Australia e India se destacan como regiones económicas y estratégicas clave del Imperio Británico en base a la similitud de composición de las plantas introducidas en esas regiones, atribuidas no solo al intercambio bien establecido de plantas a través de jardines botánicos y sociedades de aclimatación, sino también al antiguo comercio y explotación de recursos en estas regiones”.

Estos hallazgos brindan información sobre los impactos del comportamiento socioeconómico humano en la biodiversidad durante escalas de tiempo muy largas, algo que, según concluyen los autores, probablemente aumentará en el futuro con la expansión continua de la globalización y la conectividad. 

Desde este punto de vista, conocer mejor el rol que juegan estas especies en sus nuevos entornos puede servir para aprovechar introducciones que han sido beneficiosas, al mismo tiempo que estudiar qué sistemas funcionaban en las culturas indígenas podría ser útil para mejorar la biodiversidad y aminorar el impacto de la crisis climática.

Referencia: Naturalized alien floras still carry the legacy of European colonialism (Nature Ecology & Evolution) DOI 10.1038/s41559-022-01903-y

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